Un paseo por tres edificios históricos de Bariloche

En Bariloche no todo es excursión. Hay muchos lugares a los que podés llegar caminando o en transporte público y que permiten conocer la historia, arquitectura y misticismo de una ciudad que siempre nos sorprende.

Hoy te presentamos tres edificios de mediados del siglo pasado, con mucho de la influencia europea de los antiguos colonos, que supieron desafiar el paso del tiempo.

1. En pleno centro de la ciudad encontramos la catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi. De construcción neogótica, la catedral está emplazada en un parque muy bien cuidado, con senderos pintorescos y juegos de plaza. Fue inaugurada en 1946, siendo Alejandro Bustillo el genio creador de su arquitectura en piedra y hormigón, quien además ofreció su proyecto gratuitamente.

La escultura de Nuestra Señora del Nahuel Huapi reproduce una imagen que acompañaba al padre Mascardi en su Misión, establecida a orillas del lago allá por 1670.

La catedral está abierta al público de lunes a viernes desde las 9 a 12 y desde las 17 a 21, sábados y domingos de 9:30 a 12:30 y de 17 a 21:30.

2. La capilla San Eduardo se encuentra en la zona de Llao Llao, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Está erigida en una suave elevación a unos 300 metros del Hotel Llao Llao y de Puerto Pañuelo.

Fue construida en 1938 con un estilo montañés de caracteres neogóticos y evidentes influencias de arquitectura europea, bajo un proyecto del arquitecto Alejandro Bustillo. Además de su atractivo religioso, sus características y la belleza natural del entorno la ubican hoy entre las construcciones más visitadas de la ciudad.

En 1973, fue adornada con un friso donado por el pintor Raúl Soldi denominado “Retablo”. El friso ilustra escenas de la vida de San Eduardo “el Confesor”, último de los reyes anglosajones antes de la conquista normanda. Se destacan también sus vitrales, reproducciones realizadas por los artistas plásticos Forte y Vázquez Málaga.

Puede visitarse de martes a viernes de 10 a 16 y sábados de 10 a 14.

3. Otra de las construcciones que dan personalidad a la ciudad es la estación del ferrocarril. Su estructura antigua de piedra, con rincones de madera y bronce, se mantiene intacta. El dorado de los barrotes de bronce de la boletería, en el extenso salón de la estación, dan cuentan del esplendor del edificio.

En la estructura se mantienen la galería amplia y los carteles que indicaban cada sala. Los pisos, techos y grandes puertas de madera son originales.

El tren desembarcó por primera vez a Bariloche en 1934 y congregó a gran cantidad de personas ansiosas por presenciar la llegada de la locomotora. También hoy los visitantes disfrutan de ver partir el tren, cada domingo a las 17, con destino a la ciudad de Viedma.

La estación está abierta al público todos los días desde las 9 a las 16 menos los jueves y viernes, que permanece cerrada.

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