Un peronismo dividido recuerda hoy a Evita

En su corta existencia, de 33 años, dejó profunda huella en la historia.

Evita junto a Perón en el balcón de la Casa Rosada el 17 de octubre de 1950, Día de la Lealtad Peronista. Abajo una imagen poco conocida de ella.

El 60 aniversario de la muerte de Eva Perón será recordado hoy en nuestro país con una impresionante serie de eventos culturales y actos de fuerte tenor político y militante, cuya máxima expresión será seguramente el encabezado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la localidad bonaerense de José C. Paz.

La recordación, cara al sentimiento del peronismo, llega en un momento de profundos enfrentamientos dentro del justicialismo entre los seguidores del gobierno kirchnerista y quienes desde ya hace meses comenzaron a diferenciarse ásperamente de la conducción ejercida por la Presidenta, a la que califican de ser fuertemente personalista. Es el caso de los denominados dirigentes del Peronismo Federal (los puntanos Rodríguez Saá y el exgobernador salteño Juan Carlos Romero) y el líder cegetista Hugo Moyano, que se apartó a su vez de la dirección del Partido Justicialista.

Cómo sea, de uno y otro lado, los homenajes a la “abanderada de los humildes”, como la recuerdan a Evita sus más fervientes seguidores, serán numerosos.

María Eva Duarte de Perón murió el 26 de julio de 1952 a los 33 años a causa de un cáncer.

En su corta vida logró sin embargo marcar varios hitos de la historia argentina, que la convierten hoy en un emblema de la lucha por los “descamisados”, la llegada de la mujer a los sectores de poder y de la ideología peronista.

María Eva Duarte de Perón nació el 7 de mayo de 1919 en el pueblo de Los Toldos, unos 320 kilómetros al noreste de Buenos Aires, hija “natural” de Juana Ibarguren. Su padre Juan Duarte la reconoció recién años después.

Vivió una niñez signada por la pobreza, pero desarrolló una personalidad avasallante que la llevó a viajar sola a los 14 años a Buenos Aires para entrar en el mundo del espectáculo.

Se convirtió en una actriz de radioteatro y cine, en una carrera que abandonó tras conocer en 1944 a Perón, entonces un oficial del Ejército viudo y 24 años mayor que ella que estaba a cargo de la secretaría de Trabajo y Previsión Social del gobierno de facto que regía los destinos de Argentina.

En 1946 Perón fue elegido presidente y Evita ejerció por primera vez en la historia argentina un papel de primera dama con fuerte protagonismo.

A principios de 1950 comenzó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad. Muy joven aún, el cáncer de útero comenzó a consumirla y ni siquiera los cientos de miles de personas que se congregaron aquel 22 de agosto de 1951 para clamar en un cabildo abierto del justicialismo que aceptara acompañar a Perón en su reelección como candidata a vicepresidenta lograron convencerla.

Murió el 26 de julio de 1952, a los 33 años, luego de que su marido asumiera su segunda presidencia. Los funerales duraron diez días, en los que decenas de miles de personas le dieron el último adiós.

(Télam, DPA, Redacción central)


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