Una noticia falsa derivó en la muerte de un hombre en Centenario

Lo atacaron por lo menos 50 vecinos, e impidieron que la policía y los bomberos lo rescaten. Qué hubo de cierto y qué de falso en los posteos que se viralizaron en las redes.

La noticia falsa se construyó, como suele suceder, a partir de fragmentos deformados de hechos reales. Se viralizó en las redes sociales, saltó al mundo real y tuvo consecuencias fatales. Ocurrió en un barrio de Centenario, Neuquén, y ahora la fiscalía busca a los responsables de la muerte de un hombre.

La víctima se llamaba Rigoberto Godoy, tenía 65 años y residía solo en una vivienda del barrio Villa Obrera, en la calle Confluencia al final. En las redes sociales lo acusaban de un delito aberrante que en la vida real no fue probado.

Pero 50 vecinos se convencieron de su culpabilidad y decidieron aplicar la ley de la selva. Basados en la información falsa fueron hasta su vivienda la noche del lunes 2, la prendieron fuego con Godoy en el interior y le impidieron salir.

También corrieron a piedrazos a los policías y bomberos que intentaron auxiliarlo, al punto de lesionar a una sargento.

Godoy, con el 70% del cuerpo quemado, murió el martes en el hospital Castro Rendón.


¿Cómo empezó todo?


El 30 de octubre pasado, una mujer de Centenario presentó ante la policía una denuncia contra Godoy por presunto abuso sexual simple de sus hijas. Ya en 2019 lo habían acusado del mismo delito contra otra niña, pero la causa se archivó por falta de pruebas.

La mujer pidió que revisen a sus hijas para constatar su estado de salud. Por protocolo, informaron fuentes judiciales, las niñas fueron internadas. El examen médico permitió corroborar que no habían sido víctimas de abuso sexual agravado. Quedó en pie la acusación por el presunto abuso sexual simple (se llama así a los manoseos), y eso era lo que debía investigarse.


Realidad y redes


Pero mientras en el mundo real sucedían estos hechos, verificables, en las redes sociales se tejía otra historia. Sólo respaldada en rumores, versiones, dichos.

La historia virtual crecía en sordidez y truculencia. Una clásica fake news, basada en un hecho real (las niñas habían sido internadas) pero tergiversado (se lo atribuyó a otras causas) y parcializado (se ocultó el resultado del examen médico).

Posteo a posteo, la culpabilidad de Godoy se fue consolidando por hechos que no habían ocurrido. Tampoco faltaban antojadizas acusaciones hacia la madre de las víctimas. Es un clásico: la mujer tiene mandatos culturales de los que más le vale no se aparte, y cuidar a sus hijos e hijas está entre los primeros.


Salto a la vida real


La noche del lunes 2 de noviembre algunos vecinos de Godoy fueron hasta su vivienda decididos a aplicar la ley de la selva.

La casa, de la cual hoy quedan los escombros, era pequeña y tenía una sola puerta con rejas. Godoy estaba en el interior y no pudo salir cuando crecieron las llamas iniciadas por los agresores.

El fuego también alcanzó un viejo Volkswagen Polo estacionado en el lugar. Cuando llegaron la policía y los bomberos, los atacantes los corrieron a piedrazos.

Estaban determinados a ejecutar a alguien al que consideraban culpable de hechos que sólo existían las app de sus celulares.


Quemaduras


Se dispersaron cuando llegaron efectivos de los grupos especiales con sus escopetas antidisturbios. Recién allí pudieron rescatar a Godoy, con el 70% de su cuerpo quemado y mínimas oportunidades de sobrevivir.

Murió al día siguiente en el Castro Rendón. Ya no se lo podrá investigar, nunca se sabrá si manoseó a las niñas, si hubo más víctimas, o si era inocente.

Los vecinos volvieron horas más tarde, la madrugada del martes, e intentaron quemar otra vivienda ubicada en el mismo terreno de la casa de Godoy. La policía lo impidió.


La investigación


La fiscal de Homicidios, María Eugenia Titanti, tomó ayer la investigación del caso. En el barrio hay temor a los violentos, capaces de actos extremos sin pruebas y sin medir las consecuencias. También hay dolor ante tanta irracionalidad.

El Ministerio Público trabaja para identificar a los que participaron del ataque porque mataron a una persona sin justificación alguna: no fue en legítima defensa ni bajo emoción violenta.


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