Unesco y su agenda 2015

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) suscribe infructuosamente desde 1997 con naciones y ministerios educativos tratados con metas sencillas, como completar el nivel primario en el mundo, y ambiciosas, como erradicar la pobreza en el planeta, ambas aún sin cumplimiento, y presentó una agenda para después del 2015. Unesco, que eligió en los años 90 levantar su oficina regional de Buenos Aires y dejar sólo el Instituto Internacional de Planeamiento Educativo (IIPE), como señal del achicamiento que venía en el sector educativo en varios países de América Latina por las “reformas” a la enseñanza que se planificaron, renovará la “Agenda Educacional Post 2015”. Cuando en la segunda mitad del 2013 aún no se cumplieron las metas de fines de los años 90 de “Educación para todos”, declaradas y firmadas como promesa de los países miembros de Unesco, el organismo está considerando en la nueva agenda que planea su oficina regional Orealc, con sede en Santiago de Chile, “atacar” a través del fomento del libro y la lectura adelantan que será una parte “clave”. Los especialistas aparentemente están tratando de encontrar el camino al final del túnel actual en las metas educativas mínimas, a las desigualdades en el aprendizaje hacia las mujeres y la fuerte repitencia y abandono aun en el nivel primario, en el contexto también del fuerte arraigo de las tecnologías de la información y la comunicación y los nuevos soportes que se instalaron, aparentemente, por mucho tiempo. Tal vez apuesten por que el libro y la actividad lectora podrán ser los vehículos, tanto en el ámbito escolar como fuera del mismo, que concreten los objetivos de mínima de alfabetización y escolarización. Los representantes del Comité Intergubernamental proponen entre esos nuevos fines “aumentar de aquí al 2015 el número de adultos alfabetizados en un 50%, en particular tratándose de mujeres, y facilitar a todos los adultos un acceso equitativo a la educación básica y la educación permanente”. También apuntarán a lograr “suprimir las disparidades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria y lograr antes del 2015 la igualdad entre los géneros en relación con la educación, en particular garantizando a las jóvenes un acceso pleno y equitativo a una educación básica de buena calidad, así como un buen rendimiento”. Entrarán también en los postulados “mejorar todos los aspectos cualitativos de la educación, garantizando los parámetros más elevados, para conseguir resultados de aprendizaje reconocidos y mensurables, especialmente en lectura, escritura, aritmética y competencias prácticas”. Los especialistas trabajarán en varios ejes temáticos, a fin de identificar los grandes desafíos, las interacciones y los elementos imprescindibles en la nueva agenda frente al entorno tecnológico; apuntan a formar “sociedades lectoras”, que faciliten la lectura, la escritura y la literatura y, por otro lado, que se “fortalezcan” los creadores, las editoriales y las librerías, las bibliotecas y las escuelas. Jorge Sequeira, director de la Oficina Regional de América Latina de Unesco, afirmó que “los libros y la lectura son aliados imprescindibles para que la agenda educacional post 2015 enfrente los desafíos de desigualdad y de calidad en educación que tiene nuestra región”. Reconoció que, dado que los nuevos libros digitales “ya están entre nosotros debido a las tecnologías de información (TIC), es necesario evaluar su impacto en los procesos educativos. En conjunto con el Cerlalc trabajaremos para fomentar un uso más amplio y adecuado de los nuevos soportes en los espacios de enseñanza, a fin de mejorar el aprendizaje”. El 2015 también es el plazo para lograr ocho Objetivos de Mínima (ODM), entre ellos erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer y reducir la mortalidad de los niños menores de cinco años. Restan dos años y medio, 30 meses. ¿Será posible? (*) Periodista especializada en educación

LAURA HOJMAN (*) DyN

Educación


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