Violencia de género en la Policía: lo que apareció en un juicio por homicidio

La imputada es una cabo, y la víctima un cabo primero. Los vecinos fueron testigos de sus discusiones, pero los compañeros de trabajo dicen que ignoraban que se llevaban mal.

Carlos Vallejo es cabo primero, tiene 9 años de antigüedad en la policía de Neuquén. Cuando la fiscal Eugenia Titanti le preguntó si sabía qué tenía que hacer si advertía que una compañera suya era víctima de violencia de género, recitó: «informar a mis superiores».

La misma pregunta le hizo Titanti a Tamara Reyes, cabo primera, 9 años de antigüedad, y obtuvo la misma respuesta: «informar a mis superiores». La fiscal fue un paso más allá: «¿Y sabe cómo continúa el trámite?» No, la suboficial no sabe.

Iván Flores Melo, en cambio, es subcomisario. Es el superior de los anteriores. ¿Qué tiene que hacer si advierte que una policía es víctima de violencia de género?, quiso saber Titanti. El oficial recitó como de memoria: «se le pregunta si está lesionada, qué tipo de violencia están ejerciendo sobre ella, se da intervención al magistrado que esté de turno, se cursa informe al fuero de familia, y Policía le da asistencia al efectivo policial».

Si con esa falta de empatía se maneja a diario, muy poco personal femenino se le debe acercar con una denuncia que en general está dirigida hacia sus camaradas varones. El subcomisario no habló de personal femenino especializado en las comisarías para tratar el tema, ni de espacios institucionales o informales para garantizar los derechos de las víctimas.

Hay mucho trabajo por hacer en la policía en esa materia.


Con el arma reglamentaria


La vivienda donde se produjo el homicidio. (Gentileza)

Vallejo, Reyes y Melo fueron testigos ayer en el juicio que se inició contra la cabo Claudia Mardones, autora de la muerte de su pareja, el cabo primero Fabián Pinochet.

El hecho ocurrió el 3 de octubre de 2019 a las 20 en la vivienda que ambos compartían desde hacía un año y medio en Pasteur 651. Ella le disparó con su arma reglamentaria en el rostro, y el deceso se produjo 4 días después.


Homicidio atenuado


La acusación inicial de la fiscalía era por homicidio calificado por la relación de pareja y por el uso de arma de fuego, que tiene una pena de prisión perpetua. Pero ayer, en el comienzo del juicio, la fiscal Titanti anunció que había circunstancias extraordinarias de atenuación.

«Se analizó si Mardones era víctima de violencia de género y esto fue descartado, pero se advirtió que había falta de respeto mutua, agresiones mutuas y un desgaste de la pareja», explicó Titanti.

Si la encuentran culpable, la pena será sensiblemente inferior.

El defensor Carlos Ronda, por su parte, dijo que la suboficial había actuado «en un estado de inimputabilidad».

El Tribunal de Juicio está integrado por Richard Trincheri, Lucas Yancarelli y Cristian Piana.


Vecinos y compañeros de trabajo


En la primera audiencia hubo dos clases de testigos: los vecinos y los compañeros de trabajo. Mientras los primeros escuchaban a diario gritos y discusiones, los segundos no habían notado ningún problema en la pareja.

Una joven que vivió en la casa contigua relató, por ejemplo, que «la chica (Mardones) le decía que él escondía el celular, ‘seguro estabas con otra’, y él le reprochaba por qué tomaba mate con sus compañeros y era la única mujer, que era una trola de mierda».

El día del hecho, los vecinos escucharon un golpe fuerte (ninguno lo asoció con un disparo) y luego los pedidos de auxilio de ella.

La suboficial Reyes, quien participó del procedimiento, dijo que Mardones «lloraba pero no decía nada». Sin embargo a un jefe, que no identificó, la imputada le contó que ella se quería ir de la casa, que tuvieron una discusión y que Pinochet «se había puesto el arma en la cara. Eso lo escuché», dijo.

El juicio continuará hoy.


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