Nico, el viajero solitario que muestra los pueblos secretos y escondidos en la Patagonia

Nicolás Maucieri es de Río Grande, Tierra del Fuego, desde hace dos años sale a descubrir pueblos de la Patagonia y a conocer su gente y lo comparte en Instagram @elrutaa.

Recorre solo lo caminos de la Patagonia, la estepa, la cordillera, duerme en su carpa en los lugares más alejados, frente a los paisajes más indescriptiblemente bellos y despierta en muchos las ganas de viajar a través de las redes. Nicolás Maucieri es de Río Grande, Tierra del Fuego. Hace dos años, y desde el fin del mundo, sale a descubrir pueblos de la Patagonia argentina y chilena y a conocer su gente. Su nombre en Instagram es @elrutaa y en su historia viajera, nada es casual.

Su nombre en Instagram es @elrutaa

Nico es técnico en hotelería, se está por recibir de técnico en turismo, por lo que “el bichito de viajar”, siempre es parte de su vida. De vacaciones, o cuando iba a visitar a familiares al norte, debía atravesar la Patagonia y muchas veces transitó esos lugares, pero decidió que no sea solo un camino de paso.

“Decidí mostrar lo que hay, los lugares de turismo emergente, los no tan conocidos, los pueblitos. El primer viaje lo hice el año pasado. Por 40 días recorrí Santa Cruz y Chubut, y este año, hice carretera austral en Chile, crucé por Esquel a Argentina y todo estaba lleno de gente, un día vi en un reel del Salto del Agrio en Caviahue y me fui para allá”, cuenta

Googleó a cuanto quedaba, estuvo en Copahue, en Caviahue y cuando lo mostró en redes la respuesta fue espectacular. Viaja en su Fiat Argo, y si bien el año pasado acampó, en este nuevo viaje reacondicionó el auto para poder dormir ahí y funcionó muy bien, “le digo el auto home”, relata.

Su nombre en Instagram es @elrutaa.

Caviahue lo sorprendió en cada tramo. Su papá también es un viajero de alma y lo había llevado a la tierra del volcán a los 15 años. En esa oportunidad, pasaron dos días y siempre quedó “con la cabeza volada por ese lugar”.

Por eso, quería volver solo. «Y la experiencia esta vez fue totalmente distinta, las araucarias, el paisaje de montaña, saber que hay un volcán activo, caminar por fumarolas fue increíble”, relata con asombro.

Se metió a las termas de Copahue y confiesa que siempre pensaba que ese era turismo para adultos mayores pero rompió con el prejuicio. “Además me re sorprendieron los precios súper accesibles. Pase un día de spa buenísimo», dice.

Antes de irse, en Caviahue le aconsejaron que pruebe el agua de limón. “Pasé, probé y lo compartí en las redes. Tomaba algunas gotas diluidas en agua, le puse al mate, tenía gusto a limón. El agua es como un té Vic”, describe Nico.

El viajero asegura que, de inmediato, el video se hizo viral. Después fue al Salto del Agrio, pasó la noche ahí en el auto, cenó frente a esa fabulosa caída de agua. «A la noche hubo temporal y cuando desperté, abrí la puerta y frente a mi estaba el amanecer en el Salto, se me puso la piel de gallina. Parece otro mundo, me encantó”.

Descubrir pequeños pueblos es una de sus pasiones. En Villa Pehuenia, encontró otro pequeño gigante, también en Aluminé. “Los pude conocer y me encantaron. Otro que me gusta es Gualjaina cerca de Esquel, que es hermoso, con un cañadón gigante, o Lago Posadas, que antes se llamaba Hipólito Irigoyen y tiene un arco en medio de un lago, me dejó flasheado», recuerda.

«Decís ‘qué lugares, cuánto potencial’. La gente se pone a charlar con vos y dice, ‘te recomiendo este bar’. Vas y es un bar de 1800, entrás y está intacto, como si los años no hubieran pasado, es como un viaje en el tiempo. Poder vivir eso es tan fabuloso», se emociona el viajero.


El placer de viajar solo


Para Nico es una elección práctica. Decide sus tiempos, cuanto se queda o cuando se va. No le gusta planificar, viaja, si le gusta un lugar y se quiere quedar, se queda uno o dos días más. No tiene que negociar nada, es cómodo y al no compartir sus emociones, está más sociable y dispuesto a la conversación.

«Tenés la posibilidad de que al primero que ves le querés contar todo. Además te podés encontrar con vos mismo. En lugares alejados de todo, con otras vistas maravillosas, podes pensar, escribir, reflexionar, sacar lo que hay en tu corazón, en tu alma. Cada vez que vuelvo de estos viajes vuelvo con más amigos, y experiencias nuevas. Lo recomiendo».

Esta última salida fueron 40 días. Al final pasó por Neuquén y el Alto Valle. Recorrió unas sidreras, las bardas, el río. “Son lugares que uno tiene de paso y cuando descubrís lo que hay para hacer te das cuenta que hay que dedicarle unos días más».

Después fue a Las Grutas y de ahí pego el tirón para abajo, porque tenía los días contados para regresar a trabajar, pero se quedó con ganas de más.

Hoy, desde su casa, mientras cumple con la rutina del año planea un nuevo viaje. Piensa en la intriga que le quedó por el Norte Neuquino, o cuánto le gustaría recorrer la región sur de Río Negro y ya sueña con nuevas rutas.


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