Ya no recibir fondos del Estado: así opinó la iglesia católica en Río Negro

Previo a conocerse la decisión de la Iglesia católica de comenzar a independizarse de los aportes que recibe del Estado nacional, “Río Negro” consultó a tres referentes de la institución en la provincia.

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Sus opiniones ya reflejaban el debate interno que hace meses se venía dando puertas adentro:

Ricardo Modarelli | Párroco Los Menucos

“Yo soy partidario de que tiene que haber una separación Iglesia – Estado”, dijo el sacerdote, para quien el artículo 2 de la Constitución “se tiene que borrar”.

“Ahí a nosotros nos va a tener que dar la posibilidad de ver cómo generamos los recursos (…) que aquellas comunidades que tienen, acompañen y ayuden a las que menos tienen, eso en la realidad no se ve y creo que deben ser muy pocos los obispos que deben ser conscientes de que a veces los curas no sabemos de donde generar el mango”.

“Yo tengo que laburar (es profesor de Nivel Medio) y me encanta, me encanta por qué, porque a mí el hecho de trabajar me hace aterrizar, me hace tener mucho sentido común en cuanto de ver cómo vive la gente”.

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Marcelo Cuenca | Obispo de la Diócesis del Alto Valle

Sobre el autofinanciamiento, reconoció que “se ha hablado que sea progresivo y que se buscarán otras formas en que se pueda gestionar… pero ciertamente hoy, digamos, [el dinero del Estado] llena un vacío… yo de lo que la iglesia aporta para mi persona, el obispo, el 80% lo dedico a pagar cosas de la Diócesis”.

“[El aporte] es en el orden de los 130 millones anuales, no hace al PBI ni al presupuesto nacional. Es una ayuda que es ínfima respecto a lo que la iglesia sirve en el bien común y al pueblo en general”.

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Honorio Caucamán | Autoridad Salesiana Argentina Sur

Sobre el autofinanciamiento opinó que “lo mas lindo es que una comunidad cristiana, lo que quiere, lo sostenga”.

“¿Hoy qué le da el Estado a una comunidad religiosa, a una capilla, una parroquia? Habría que averiguar, porque algunos creen que los sacerdotes cobran un sueldo desde el Estado, o por tener una cierta cantidad de fieles, y no es así”.

“No me asusta esa división Iglesia – Estado, sinceramente, porque es periférico, hay cosas más profundas que esa. Estaría bueno también, porque yo creo que no se puede tener privilegios si los hay (…) Si vos me decís: ‘¿la iglesia ha tenido ciertos privilegios delante del Estado, porque a veces preside los actos, hace las oraciones?’, yo te digo: ‘si, es verdad, sería lindo que sean ecuménicos’.