Productores: el reclamo que desnudó inevitablemente la pobreza

Postales de la pobreza.

Desde las 7:30 de la mañana cientos de personas viajaron desde distintos puntos de la Capital y el Gran Buenos Aires para recibir un poco de fruta gratis. Muchos esperaban más de lo que finalmente sería, y llegaron a la Plaza de Mayo con cajones, changuitos y grandes bolsas como para cargar kilos. En poco tiempo se conformó una veradera multitud.

Frente a las cajas repletas de peras y manzanas se formaron dos filas que atravesaron la Plaza: una de 150 metros y otra apenas más corta. Los productores empezaron a repartir la fruta alrededor de las 9:30. La regla: una pera y una manzana por persona. No fueron pocos los desilusionados. Hora y media más tarde, unas 6 toneladas se habían acabado. Los organizadores anunciaron que comprarían más y, poco antes de las 13, llegó un camión desde el Mercado Central con (según sus cálculos) otros 5.000 kilos de manzanas rojas y verdes.

Para entonces, cientos de personas habían elegido esperar 2 horas bajo el sol para conseguir simplemente una pera y una manzana. “No puedo pagar la del supermercado y no tengo que estar en ningún lado. Puedo esperar”, dijo una mujer consultada por este diario.

Los productores intentaron organizar las filas, pero la gente se agolpaba contra las cajas de fruta. Hubo peleas y hubo insultos. Mujeres, con niños, alargaban sus manos para pedir comida, y algunos trataban de convencer al productor que tenían en frente de que les diera una manzana más.

Un hombre se acercó a hasta los productores y quiso darles $100 “para colaborar”. Los fruticultores se negaron y algunos desde las filas pidieron que entonces se los dieran a ellos.

Cuando la fruta se había acabado, se acercó un cartonero para aprovechar las cajas con ayuda de sus dos hijas. Pero no era el único que las quería. Tuvo que discutir con dos mujeres, que consiguieron que les ceda algunas.

Alguien se acercó hasta los productores y quiso darles $ 100 “para colaborar”. Estos se negaron y algunos desde las filas pidieron que se los dieran a ellos.