Aumenta el impuesto a las cervezas y en Bariloche hay preocupación

Aumenta el impuesto a las cervezas y en Bariloche hay preocupación

Los cerveceros artesanales de Bariloche y la región evalúan hacer una presentación ante el gobierno nacional, a través de la cámara que nuclea la actividad a nivel nacional, para pedir una revisión del incremento de la alícuota del impuesto interno para las cervezas.

El ministro de Economía, Nicolás Dujovne, anunció un proyecto de reforma tributaria -de implementación gradual- que implicará subas en los impuestos internos para bebidas con alcohol y gaseosas azucaradas que, en el caso de las cervezas, pasará del 8 al 17%.

“Estamos evaluando este anuncio con mucha preocupación porque somos Pymes en pleno crecimiento y nadie quiere que este auge se detenga. Este impuesto, sin dudas, va a repercutir en el mercado porque se va a trasladar al consumidor”, resumió Leonardo Brizuela, uno de los propietarios de Cervecería Blest, la más antigua de la ciudad que ya cumplió 27 años.

Con el paso de los años, surgieron Berlina, Manush, La Cruz y Bachman. Pero no son las únicas porque la oferta se multiplica a la par de sus clientes.

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En la Patagonia, se calcula que hay alrededor de 220 microcervecerías distribuidas, principalmente, en la región andina aunque también en los valles y en la costa. Según las proyecciones, el valor de estos microemprendimeintos crece a una tasa de 30% anual.

Hoy se producen alrededor de 3 millones de litros de cerveza artesanal sólo en Bariloche y por cada fábrica, se generan entre 5 y 20 puestos de trabajo, más allá de los empleos indirectos originados por la apertura de bares.

Los cerveceros coinciden en que esta actividad económica generó una nueva matriz productiva en la región y que este aumento tributario anunciado por el gobierno nacional se reflejará negativamente en la inversión y por ende, en el derrame que genera en la ciudad.

Kunstmann Bariloche produce alrededor de 8.000 litros de cerveza por mes aunque en temporada alta, ese valor asciende a 10.000 litros. Su local y fábrica en el kilómetro 8 de avenida Bustillo cuenta con 24 empleados.

“No producimos mucho. En nuestro caso, somos franquiciantes y respondemos a otra forma de trabajo. Cuesta mucho sostener el personal porque los impuestos asfixian y los altibajos de las temporadas no ayudan. El impacto de este aumento es muy negativo. Hay emprendedores que están al filo de sus posibilidades. Esperemos que el gobierno clarifique la situación”, manifestó Walter Jaume, de Kuntsmann Bariloche.

Los cerveceros concuerdan en la necesidad de “medidas más proteccionistas para las economías regionales”. “No se tuvo en cuenta que los precios se trasladarán al mercado, a los costos y a los recursos humanos. Hay que pensar en los tamaños de las empresas -tenemos estructura de pyme- pero también en la cantidad de puestos de trabajo que se generan”, recalcó Juan Pablo Reina, de Berlina.

Otra pelea de los cerveceros

Este reclamo servirá para reimpulsar un viejo pedido: la diferenciación de impuestos entre las cervecerías artesanales e industriales.

Ante la explosión de la cerveza artesanal, a mediados del 2016, la Afip comenzó a recorrer fábricas y bares a fin de exigir el pago del 8% del impuesto correspondiente al expendio de bebidas alcohólicas. En ese entonces, se exigió incluso el pago del retroactivo.

“Lo que pedimos es que no nos pongan en una misma bolsa ya que las cervecerías industriales tienen otra espalda y nosotros somos pymes. El volumen de producción no es el mismo. Yo produzco 15.000 litros y pago los mismos impuestos que una cervecería que produce millones”, remarcó Marcos Wesley, de la cervecería que lleva su nombre.

Reina coincidió en la posición desfavorable para estos microemprendimientos. “No producimos el mismo volumen ni tenemos las mismas ganancias. Es una pelea que llevamos desde hace mucho tiempo porque terminamos pagando lo mismo que los capitales multinacionales”, acusó el responsable de marketing de Berlina.

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