Se postergó la adenda del contrato de importación de gas de Bolivia

Las nuevas condiciones contractuales debían comenzar a regir el 1 de enero pero se acordó extender un mes las negociaciones. Las claves de las gestiones para paliar la crisis del gas.

Con los días contados para el vencimiento de la actual adenda del contrato de importación de gas de Bolivia, el gobierno nacional, a través de la firma estatal Integración Energética Argentina (Ieasa), la exEnarsa, accedió al pedido de prórroga del vecino país y extendió un mes más las negociaciones clave para el aprovisionamiento de gas del país.

De acuerdo a la actual adenda vigente, la quinta desde la firma del contrato de importación en 2006, pasado mañana, es decir el 31 de diciembre, vencían las condiciones que se fijaron a fines del año pasado y que permitieron una reducción significativa en los volúmenes de gas natural que desde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se envían al país.

La negociación actual es tirante desde el primer minuto, ya que mientras desde Argentina se reclama un mayor nivel de entregas ante la imposibilidad del país de incrementar la inyección de gas desde Vaca Muerta por la saturación de los gasoductos, desde Bolivia se negocia todo lo contrario, una reducción en los volúmenes contractuales que esté acorde al declino de su producción.

En esa discusión, desde YPFB se solicitó un mes más de plazo para evaluar las posibilidades de entregar a una mayor producción a Argentina, pedido que si bien en un principio fue rechazado por parte de los negociadores de Iaesa, terminó siendo aceptado en los últimos días pero con una condición.

“Se accedió a darle este plazo de un mes a YPFB pero con la condición de que la nueva propuesta que presenten debe ser superior a la última que presentaron”, contaron fuentes del gobierno nacional que participan de los encuentros.

Si bien el detalle fino de las negociaciones se mantiene en forma confidencial por estar el proceso aún en marcha, las fuentes consultadas confiaron que desde YPFB se había pospuesto enviar a la Argentina un 20% menos de gas durante los meses de invierno, es decir que los despachos sean de 12 millones de metros cúbicos diarios, en lugar de los 14 que rigieron este año.

Si bien esa diferencia de volumen pareciera no ser tan importante, reemplazar ese gas tan solo en los tres meses del pico invernal representaría entre 17 y 41 millones de pesos por día a la cotización actual de las importaciones, o unos 132 millones de dólares, tan solo en los 90 días del invierno.

Pero el mayor problema en realidad está en el aprovisionamiento del Noroeste Argentino (NOA) ya que el sector depende de los envíos de gas desde Bolivia para garantizar el funcionamiento de algunas de sus centrales de generación eléctrica, y con estos menores envíos esa provisión estaría en dudas.

Por lo pronto, las partes volverán a reunirse después de los festejos de fin de año, con un plazo de vencimiento para las negociaciones que ahora vencerá el próximo 31 de enero.

De no llegarse a un acuerdo, el contrato prevé que se restablezcan las pautas originales que se firmaron en 2006 (el contrato rige hasta el 2026) cuyo cumplimiento de parte de YPFB es casi imposible ya que el acuerdo original previa un nivel de importación fijo durante todo el año de 27,7 millones de metros cúbicos.

La actual adenda estable que para esta época templada del año YPFB debe garantizar un despacho de 8 millones de metros cúbicos por día, un nivel que durante octubre fue incumplido desde el Altiplano, dando lugar al inicio de una serie de reclamos por parte de la Argentina.


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