Ruca Limay: un ciclo de cine que le pelea a la adversidad

Maggie y Daniel son cinéfilos, tienen una colección de películas que ronda los 400 a 500 títulos. Pero semejante cantidad es difícil de ver en solitario.

Así fue como en 2012 decidieron compartir sus colección con más personas. Ellos no tenían ni equipos, ni lugar, pero todo eso si lo tenía la biblioteca Ruca Limay (Leguizamón 1701) de la que la pareja era socia.

“Nosotros, mi mujer y yo, en realidad somos socios de la biblioteca y teníamos una colección bastante importante de películas porque nos gusta el tema, y quisimos compartirlas porque teniendo 400 o 500 películas no las estas viendo todo el tiempo, las vas juntando y cuando te querés acordar tenés un montón. Entonces se nos ocurrió ir a la biblioteca y decirle a la gente de ahí que las podíamos compartir”, contó Daniel sobre el origen de la idea que derivó en el ciclo de cine.

“Nosotros teníamos las películas pero no teníamos proyector, no teníamos equipo de sonido, no teníamos espacio físico, ellos tenía todo eso más la voluntad de sumarse al proyecto, entonces arrancamos ahí”, agregó el responsable del ciclo.

Lo cierto es que el proyector antiguo con el que contaba la biblioteca del barrio Jardines del Rey un día, a fines de 2018, dijo “basta” y quedó fuera de juego.

El deseo de Maggie y Daniel, pero también de todos los que quincenalmente agotan la capacidad de la sala, es continuar proyectando cine. Claro que para eso es necesario adquirir un nuevo proyector, lo que significa un costo que ni los organizadores, ni la biblioteca popular pueden afrontar.

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“Es un espacio que no está siendo explotado, no hay muchos espacios en Neuquén para ese tipo de cine, cine más de arte”,

sostuvo Daniel Noe sobre el ciclo de cine que lleva adelante con su esposa.

“El equipito, el proyector, durante los 7 años fue funcionando hasta que dijo basta. Es un equipo obsoleto, los repuestos son muy difíciles de conseguir y carísimos, entonces nos dimos cuenta que no tenía sentido tratar de arreglarlo. Todo lo que se hace es ad honorem, nosotros vamos una vez cada 15 días y proyectamos de forma gratuita, no se cobra entrada, ni nada. Entonces lo que hemos resulto, que lo hemos resuelto junto con los espectadores, es hacer un aporte voluntario para juntar el dinero necesario”, contó Daniel.

Pero al mismo tiempo aclaró que ni la plata, ni el proyector es para la pareja. “Los aportes que se hacen se hacen en la cuenta de la biblioteca, la compra del equipo es para la biblioteca, nosotros no tenemos nada que ver, somos dos asociados que hemos promovido esto y punto”.

La campaña para recaudar fondos comenzó a fines de 2018 y ya se ha recaudado aproximadamente la tercera parte de lo necesario. Las perspectivas son alentadoras y si la colecta sigue por buen puerto pronto el ciclo de cine de la biblioteca Ruca Limay podrá volver a proyectar cine de autor, de ese que no se consigue en los cines tradicionales.

La biblioteca no cuenta con subsidios para afrontar el gasto que significa la compra de un nuevo equipo de proyección.

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