“Amor hacia el prójimo”
Como miembro de la Asociación Regional del Enfermo Renal (Arder), desde lo más profundo de mi corazón deseo reconocer y agradecer el gran gesto de amor de Daniela, una chica que tiene un negocio de ropa en el centro de Neuquén, por la donación de ropa que hizo en este Día del Niño para chicos que esperan un trasplante de riñón. Cuando uno recibe donaciones para estas edades, realmente no hay palabras que describan esa actitud. En plena diálisis no sólo tuvieron un obsequio sino el afecto que trae consigo dicha acción y el sinfín de emociones que causó este acontecimiento. Daniela es el tipo de personas que te dicen “sí” sin importar el día y la hora, que te dan el apoyo y la ayuda para alegrar corazones. Ojalá muchos la copiaran y miraran la vida, y no el dinero, en una edad donde el afecto tiene un valor incalculable y que enseña a ver la vida desde otra perspectiva, formando seres humanos comprometidos con la sociedad, pero sobre todo con la vida y el amor. Estos niños merecen un capítulo aparte. No puedo dejar de pensar que día a día luchan por la vida, sostenidos por la esperanza y la fe, apoyados por sus padres, amigos, hermanos, tíos… y técnicos de hemodiálisis (grandes corazones dispuestos a alimentar dichas esperanzas y amigos en las horas de diálisis), y con la contención de los que aguardan en la sala de espera, esos que esperan al ser que termina su sesión de diálisis y aquellos que le piden a Dios por ese órgano que tarda en llegar… y así varias situaciones más. Todos piden “vida”. Debemos reflexionar lo bendecido que se es primero en estar vivo, en poder orinar. ¿Quién se pone a pensar en valorar que uno pueda ir al baño?, ¿pensar en la cantidad de proteínas que se ingieren por día en las comidas?… y así. Y también lo desagradecido que se es al no ver, por tensiones cotidianas o por lo que fuere, que mientras algunos luchan por su vida otros se quejan de tonterías y se amargan por cosas realmente sin sentido alguno. Estos seres te demuestran que la fortaleza y la entereza, junto con el afecto, son una regla primordial para alivianar el dolor, la incertidumbre y afrontar problemas en cualquier área de la vida. Ellos son cátedra de la vida misma, de las pequeñas cosas y de un “Que canten los niños”, de J. L. Perales… Y así también los adultos que están en la misma situación. Es amor la primera regla, a la par de la vida. El amor al prójimo, el valor hacia la vida, el hecho de donar sea un órgano o una ropa hace que uno se engrandezca en amor y gratitud, uno entiende que en eso está, en el vivir cada día un poco mejor. Un proverbio africano dice: “En muchos lugares pequeños, mucha gente pequeña haciendo cosas pequeñas cambiará la faz de la Tierra”. Un brindis por la vida y el amor al otro. Estefanía Petrella, DNI 32.021.326 Neuquén
Estefanía Petrella, DNI 32.021.326 Neuquén
Como miembro de la Asociación Regional del Enfermo Renal (Arder), desde lo más profundo de mi corazón deseo reconocer y agradecer el gran gesto de amor de Daniela, una chica que tiene un negocio de ropa en el centro de Neuquén, por la donación de ropa que hizo en este Día del Niño para chicos que esperan un trasplante de riñón. Cuando uno recibe donaciones para estas edades, realmente no hay palabras que describan esa actitud. En plena diálisis no sólo tuvieron un obsequio sino el afecto que trae consigo dicha acción y el sinfín de emociones que causó este acontecimiento. Daniela es el tipo de personas que te dicen “sí” sin importar el día y la hora, que te dan el apoyo y la ayuda para alegrar corazones. Ojalá muchos la copiaran y miraran la vida, y no el dinero, en una edad donde el afecto tiene un valor incalculable y que enseña a ver la vida desde otra perspectiva, formando seres humanos comprometidos con la sociedad, pero sobre todo con la vida y el amor. Estos niños merecen un capítulo aparte. No puedo dejar de pensar que día a día luchan por la vida, sostenidos por la esperanza y la fe, apoyados por sus padres, amigos, hermanos, tíos... y técnicos de hemodiálisis (grandes corazones dispuestos a alimentar dichas esperanzas y amigos en las horas de diálisis), y con la contención de los que aguardan en la sala de espera, esos que esperan al ser que termina su sesión de diálisis y aquellos que le piden a Dios por ese órgano que tarda en llegar... y así varias situaciones más. Todos piden “vida”. Debemos reflexionar lo bendecido que se es primero en estar vivo, en poder orinar. ¿Quién se pone a pensar en valorar que uno pueda ir al baño?, ¿pensar en la cantidad de proteínas que se ingieren por día en las comidas?... y así. Y también lo desagradecido que se es al no ver, por tensiones cotidianas o por lo que fuere, que mientras algunos luchan por su vida otros se quejan de tonterías y se amargan por cosas realmente sin sentido alguno. Estos seres te demuestran que la fortaleza y la entereza, junto con el afecto, son una regla primordial para alivianar el dolor, la incertidumbre y afrontar problemas en cualquier área de la vida. Ellos son cátedra de la vida misma, de las pequeñas cosas y de un “Que canten los niños”, de J. L. Perales... Y así también los adultos que están en la misma situación. Es amor la primera regla, a la par de la vida. El amor al prójimo, el valor hacia la vida, el hecho de donar sea un órgano o una ropa hace que uno se engrandezca en amor y gratitud, uno entiende que en eso está, en el vivir cada día un poco mejor. Un proverbio africano dice: “En muchos lugares pequeños, mucha gente pequeña haciendo cosas pequeñas cambiará la faz de la Tierra”. Un brindis por la vida y el amor al otro. Estefanía Petrella, DNI 32.021.326 Neuquén
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