Cipo: rejuvenecido, goleador e ilusionado

Antes que Gustavo Coronel se siente en el banco de Cipolletti en la fecha 10 contra Villa Mitre, el Albinegro llevaba 5 puntos y sólo 3 goles a favor.

Siete juegos después, llegó a 16 unidades y a 17 tantos convertidos, superando a casi todos los demás equipos del grupo en esta faceta.

El cambio en la efectividad ofensiva fue radical. Una de las principales falencias en las primeras jornadas era la falta de gol. A los jugadores les costaba crear situaciones y cuando lo hacía fallaban en la definición.

El 4-2-3-1 que dispuso Coronel desde que asumió le dio más verticalidad al funcionamiento colectivo.

Jóvenes como Juan Manuel Strak, Gustavo del Prete y Ulises Romero le brindaron velocidad y despliegue. Incluso potenciaron a Pablo Vergara y ayudaron a elevar el nivel en otros como Gabriel Chironi.

Dos empates seguidos 2 a 2 como visitante (contra Ferro y Sansinena) y dos goleadas de local fueron los puntos más altos del renovado equipo.

Los cinco goles a Deportivo Madryn y los tres a Sol de Mayo mostraron una versión muy diferente a la del comienzo del campeonato e ilusionan a los hinchas que pasaron de sufrir y desconfiar a creer que se puede apostar más por algo mejor.

D e esos ocho tantos en La Visera, sólo dos fueron de pelota parada, de cabeza tras un córner mediante Martín Zbrun y Maxi Herrera. El resto fueron producto de jugadas colectivas con traslados rápidos, una característica de esta nueva gestión.

Lo que podía ser un escenario preocupante para Cipolletti en el arranque de la Reválida en enero, se modificó a partir de los resultados que trajeron tranquilidad y esperanza para pelear algo más que la permanencia.