Con 100 años se recuperó de Covid-19 y salió de alta emocionado y aplaudido por médicas y enfermeras

Don José Salatino Mazzulli es de Darwin y llegó a Roca desde Valle Medio en taxi el 12 de diciembre. Le detectaron una dolencia cardíaca y neumonía producto del virus. Tras estar grave las primeras 48 horas, su recuperación fue asombrosa. Mirá el momento en que se va de la clínica el 23 de diciembre...

El 9 de noviembre José Salatino Mazzulli cumplió 100 años y los vecinos de Valle Medio lo acompañaron en los festejos en un año tan particular atravesado por la pandemia. Luego de contraaer Covid-19 se recuperó, le dieron el alta el 23 de diciembre y hoy sigue de festejo en la casa de su nieta en la pequeña localidad de Darwin. Demostró una vez más que es un “guerrero y un enamorado de la vida”, como lo define su nieta Sandra.

Apretón de manos. En la clínica en Roca con la doctora Luciana Mollo.

Es un día gris a punto de llover y don José (tres hijos, José, Susana y Rafael, 9 nietos, 14 bisnietos y 4 tataranietos) con una lucidez envidiable está sentado en el alero de la casa, con la tradicional pava y mate en mano, disfrutando de la charla con su familia.

Repasa esos días complicados en una de las habitaciones del Juan XXIII de General Roca, donde su corazón parecía estar frágil, aunque su fuerza de voluntad estaba intacta para salir adelante. 

El sábado 12 de diciembre viajó en taxi hasta la clínica de Roca para realizarse un electrocardiograma, “porque sentía que mi corazón se estaba apagando” y cuando los médicos del centro de salud aplicaron el protocolo descubrieron que tenía Covid-19 y producto del virus neumonía y rápidamente lo internaron.

Pasó las primeras 48 horas peleando por su vida. Luego lo pasaron a una sala con aislamiento fuera de la terapia y solicitaron la presencia de algún familiar para acompañarlo. Como sus hijos José y Rafael son personas de riesgo y su hija Susana estaba contagiada de coronavirus, la única que podía viajar a Roca era su nieta Sandra, quien se sentó junto a la cama por horas esperando que José abriera sus ojos. Y cuando ese momento llegó, no pudieron evitar las lágrimas.

“Mi abuelo nos volvió a mostrar que tienen una gran fortaleza, que se aferra a la vida, pase lo que pase, él no se entrega nunca”, dijo Sandra. “Contra todos los pronósticos médicos, sorprendió a todos la recuperación”, agregó.

Con su nieta Sandra, que lo acompañó durante la internación y ahora lo hospeda en su casa en Darwin.

En diálogo telefónico con Río Negro don José muestra su alegría. “Estoy bien, bien, bien, voy por los 101 años”, remarcó. “Gracias a Dios nos encontramos en mi querido pago de Darwin, que nos vio llegar el 10 de junio de 1949, parece mentira que ya pasaron tantos años que estamos en estas tierras rionegrinas”, dice.

“Felizmente acudí al servicio médico de Roca y ahí los médicos y todo el equipo dieron rápido en la tecla y me aplicaron unas cositas que fueron muy efectivas. Los felicito y les agradezco por la atención que me dieron. Hoy me encuentro perfectamente bien.”

“Por esas cosas de la vida, mi corazón en un momento se había querido como parar y no bombeada como lo tiene que hacer y la presión del corazón se iba abajo. Pero con lo que me dieron ahora estoy muy bien. En 10 días tengo que volver a Roca para hacerme un nuevo chequeo para ver como va funcionando. Pero le trasmito a todos que me siento muy optimista”, contó José.

Un saludo desde Darwin. Recibió muchos llamados de amigos y familiares.

¿Y qué piensa de las vacunas? Si se tuviera que poner la que el gobierno nacional comenzó a distribuir para combatir el coronavurus, don José no dudó. “Sí, me la pongo”, dijo.

Por su parte Sandra aún no sale del asombro de la situación vivida.

“Mi abuelo tenía una situación muy complicada con sus cien años: neumonía, el corazón y el Covid-19 y nadie le daba muchas esperanzas. No la paso nada bien, cuando salió de terapia estuvo un rato bien, pero después comenzó a tener mucha fiebre, el pecho era un solo rugir, sondas por todos lados. El panorama era poco alentador, pero al otro día comenzó a mejorar y así fue cada día, hasta que al noveno día estaba como si nada hubiera pasado. Mi abuelo tiene un espíritu impresionante y con muchas ganas de luchar y de vivir«, dijo la nieta.

Unos matecitos en la casa de su nieta en Darwin.

El miércoles 23 de diciembre don José fue dado de alta y se instaló en la casa de Sandra y su esposo. Desde ese momento no paran de llegar mensajes o recibir llamadas de familiares, vecinos y amigos. Desde ese momento no paran de llegar mensajes o recibir llamadas de familiares, vecinos y amigos que buscan «contagiarse» del espíritu guerrero.

Don José suele responderles lo mismo. “Hay que lucharla y hay que batallar, eso es la gran fortaleza y espíritu que me sacó adelante», cuente que les dice y se despide. Ya es hora de cambiarle la yerba la mate.


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