Contó por redes un abuso sexual de hace 15 años y se inició la causa judicial

"No quiero que nadie más pase por esto", remarcó la joven de Andacollo. La fiscalía se contactó con ella. Una segunda víctima brindó su testimonio y se sumó a la causa.

«Ya no aguantaba más verlo pasar como si nada». La impotencia llegó a su límite y utilizó las redes sociales para revelar lo que guardó tanto tiempo: un amigo de la familia la había abusado sexualmente a los cinco años en Andacollo. «Ahora trabaja en un jardín y no quiero que a nadie más le pase lo que me pasó a mí«, enfatizó la mujer.

Su publicación llegó hasta la fiscalía, en Chos Malal, a principio de junio, solo unos días después de haberla hecho. El equipo la contactó y fue a visitarla para preguntarle si quería hacer la denuncia formal. «Para mi fue un alivio», comentó.

Es que ya había acudido a la Justicia en 2017, pero en ese entonces el defensor de los Derechos del Niño, Ezequiel Chiavassa, le dijo que no había nada para hacer. «Me explicaron que ya había pasado mucho tiempo», señaló la mujer y relató que volvió a Andacollo descreída de la Justicia. «Tuvimos que quedarnos con los brazos cruzados», agregó la madre de la víctima, quien acompaña a su hija en su lucha: «Fue como si no le creyeran».

El fiscal Fernando Fuentes tomó el caso. «Está en pleno trámite investigativo con la dificultad propia de un hecho que ocurrió hace 15 años atrás», explicó.

La fiscalía y la víctima saben que no será fácil, pero están dispuestos a intentarlo. «Sé que no soy la única a la que abusó», afirmó y estaba en lo cierto. Una segunda víctima brindó su testimonio y se sumó a la causa. «Son dos hechos en un mismo legajo», indicó Fuentes.

Contar las experiencias de abusos sexuales y violencia de género incentiva a otras víctimas a que hagan lo mismo. «No quiero que nadie más pase por esto», remarcó.

El agresor trabaja en un jardín de niños y teme que algún alumno viva lo mismo que ella cuando era una niña y jugaba a las muñecas con la sobrina del denunciado.



«Mi mamá trabajaba mucho y yo me quedaba en la casa de mis abuelos», relató. Tenía cinco años y salía a jugar todo el día con las vecinas de su abuela, que también son sobrinas del hombre.

Una tarde, la niña volvía a la casa de sus abuelos, después de ir al quiosco, cuando el tío de sus amigas la invitó a pasar a la casa. «Yo volvía para lo de mi abuelo. Me mostró algunas fotos y me sentó en el sillón. Después me sacó el pantalón», afirmó la víctima.

En otras ocasiones, el hombre le decía que su sobrina quería jugar con ella para que entrara a la vivienda. «Entré y mi amiga no estaba. Estábamos solos», comentó y agregó que nuevamente volvió a abusarla.

Con estrategias similares para convencerla, los ataques sexuales se repitieron varias veces, en un determinado período, hace 15 años atrás. Añadió que en una de las ocasiones, el hermano de quien cometió los abusos participó del hecho. «Yo no entendía por qué me hacían eso», remarcó la joven.



La víctima no habló sobre lo sucedido por muchos años, hasta que en 2013 se animó a ponerlo en palabras. «Estaba con una amiga de la secundaria. Ella me empezó a contar que no quería estar cerca de su abuelo porque la tocaba y sentí que era el momento para decirle que a mi me había pasado lo mismo», dijo.

«Ese día llegué a mi casa, me senté en las escaleras y decidí contarle a mi familia», continúo.

«Yo siempre la sobreprotegía, pero igual le pasó», subrayó la madre y agregó: «Ahí entendí por qué él dejó de juntarse con la familia y se alejó de nosotros».

En ese momento no se animó a denunciar, pues había vivido muchos años con la impunidad de verlo caminar por la ciudad. Hasta que él empezó a trabajar en un jardín de infantes, como auxiliar de servicio: «Tienen que sacarlo. Está con muchos niños».



Tomar la decisión de publicarlo en las redes no fue fácil, pues en Andacollo todos se conocen. Sin embargo, la reacción de la gente la sorprendió: «Recibí muchos mensajes de apoyo».

«No es cuestión de que me crean o no. Es lo que me tocó pasar», sostuvo. Le pasó a ella, pero no le tiene que pasar a nadie más. Por eso ahora busca que la Justicia acompañe su causa.


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