Dura condena a Morelli por delitos de pedofilia
Otras 14 denuncias de hechos similares se instruyen en su etapa inicial y podrían sumarse a la condena conocida ayer.
Judiciales
“La pena a aplicar debe ser de entidad suficiente que permita un trabajo carcelario acorde al delito por el que se lo condena, a los fines de lograr la resocializacIón. No será poca la tarea educativa que deberá efectuar el equipo técnico del organismo penitenciario”, concluyó la Sala B de la Cámara del Crimen de Viedma que preside Marcelo Chironi e integran como vocales Jorge y Guillermo Bustamante al condenar a 20 años de prisión al conocido locutor, conductor radial y operador sanantoniense, Marcelo Morelli.
Al también referente ambientalista y militante político, se le imputa haber abusado sexualmente de dos jóvenes denunciantes que en la actualidad tienen 20 y 23 años pero que al momento de los hechos tenían 12 y 13 años. A los dramáticos testimonios de las víctimas, a lo largo de las audiencias del juicio oral y público, se sumaron otros igualmente desgarradores, que confirmaron lo hechos denunciados.
“Los abrazos, besos, caricias y manoseos de Morelli a los niños eran de una irrebatible significación sexual”, dice el fallo. Además, todas las manifestaciones de poner videos pornográficos, las masturbaciones, convierten la conducta de Morelli “en gravemente ultrajante”. El abuso “se encuentra en concurso con la corrupción porque tienen a corromper la sexualidad” de los niños.
En cuanto a otra de las víctimas, se calificó a la conducta de Morelli como “abusos sexuales agravados y repetidos, exhibiciones obscenas, facilitamiento de pornografía a un menos de 14 años y corrupción de menores”.
La sentencia es contundente cuando afirma que “nadie pudo hablar de inocencia del imputado, tres testigos no vieron nada sobre los hechos, pero aportaron para acreditar la actividad de Morelli y su cercanía a los niños, y uno de ellos fue sospechoso al reconocer que los hechos ‘salían a la luz’. La restante y abundante prueba fue incriminatoria”.
En ese sentido, los relatos de las víctimas y los testigos son dramáticos. Según se determinó, los hechos ocurrieron hace 12 y 8 años. La Cámara confirmó durante el juicio que “Morelli realizó una tarea de captación de los niños, de confianza en los padres para llevar adelante su cometido y luego trabajó para que los niños asumieran las prácticas sexuales que él les inculcaba y con las cuales satisfacía sus deseos sexuales como actividad normal de amigos; de ello los convencía aprovechándose de su inocencia”, aseguraron los jueces.
Agregaron que los persuadió, sin utilizar la violencia física. “Morelli acomodó su vida, su actividad laboral en función de su parafilia”, sostienen. Además, indican que el imputado aprovechó su vulnerabilidad, la desigual relación, vulneró su libertad sexual, corrompiéndolos.
Para los magistrados, Morelli responde al patrón de los pedófilos, plenamente. “Si faltaba acreditarse alguna de las características de los pedófilos Morelli las completó en sus palabras finales”, al negar su vinculación. Dijeron que tampoco mostró arrepentimiento e intentó culpar a las víctimas.
Pretendió montar una idea de complot en su contra, aduciendo su compromiso social y su inicio en la carrera política encolumnado en las filas del ARI.
Las pericias psicológicas en las víctimas dan cuenta del grave daños producido a partir del trauma generado por las conductas de Morelli.
“No te metás”
En una parte de la sentencia, los jueces destacan el desonocimiento social de la flagelo de la pedofilia. “Con asombro hemos escuchado que por ser víctimas de delitos sus compañeros los cargaban en la escuela secundaria”, sostienen.
Además, indican que “en la escuela les enseñaron educación sexual, pero nada de sexualidad, dijo una de las víctimas. Le enseñaron cuidados en el acto sexual, pero no el que deben tener los niños con los abusadores”.
Por otro lado, los magistrados hacen mención a la responsabilidad social. “Una comunidad veía la irregularidad de la relación asimétrica pero no generaba anticuerpos para evitar los daños (o ganaba plata con los niños o era puto, dijo el padre de una de las víctimas). Ni los docentes ni otros mayores actuaron no pudiéndose aducir el desconocimiento de, por lo menos, que existía alguna irregularidad en la relación. El ‘no te metás’, la falta de compromiso a la prevención”, dijeron.
El Tribunal consideró “irreparables” los daños producidos por Morelli a sus víctimas. “Daña el abuso sexual a generaciones posteriores de las víctimas y es impredecible en cuanto a la conducta que ellos asumirán en su vida futura”, agregan. Y concluyen que “ni siquiera en esta etapa, ya esclarecidos los hechos, mostró arrepentimiento, y por el contrario, asumiendo las características pedófilas, se victimiza y culpa a las víctimas”.
En otra parte de la sentencia los jueces indicaron que “aprovechaba Morelli los sufrimientos de los niños a raíz de conflictos adolescentes, de los problemas familiares, separación de padres, mala relación familiar, maltrato emocional. Eran chicos de infancia dificil y Morelli les daba ese ‘cariño paterno’ que de alguna manera les faltaba.
Seleccionada entre los fanáticos del programa y con cuidado las personas con quienes podía compartir ese costado perverso”.
DeViedma
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