Decretado: la Bolsa de Comercio de Rosario dio por terminada la sequía

Después de un verano extremadamente seco, las precipitaciones en el núcleo productivo agrícola abre una luz de esperanza para la campaña 2023/2024. Sin embargo, los daños de la sequía son muy grandes y a esta altura irreversibles.

Y un día terminó la sequía. O al menos eso asevera la Bolsa de Comercio de Rosario (no el Servicio Meteorológico Nacional). Es que las importantes precipitaciones que tuvieron lugar en el centro del país permiten ilusionarse para la próxima campaña fina y la campaña gruesa 2023/2024.

La conclusión de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se basa en el volumen de precipitaciones que sucedieron en la zona núcleo de la actividad agropecuaria nacional entre el 18 y el 29 de marzo pasados. Afirma que, en ese lapso, el 85 % de Córdoba, 95% de Santa Fe y el 100% de Entre Ríos recibieron lluvias de más de 50 mm.

Sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) considera que en esa región hay igual probabilidad de ocurrencia para precipitaciones superiores a lo normal, normales o inferiores a lo normal hasta el mes de mayo inclusive.

Si bien las lluvias recientes son más que bienvenidas, llegan tarde para revertir las enormes pérdidas de la devastadora sequía.

Por otro lado, si bien las lluvias recientes son más que bienvenidas, llegan tarde para revertir las enormes pérdidas de la devastadora sequía. De acuerdo con otro informe de la BCR, la campaña gruesa 2022/2023 es la más seca en más de 60 años, y los efectos que tiene y tendrá sobre la economía argentina se sienten y preocupan.

El Movimiento CREA estimó en más de U$S 20.000 millones las pérdidas de divisas de origen agrícola ocasionadas por las inclemencias climáticas, fundamentalmente la sequía. Por su parte, la producción nacional de soja de la presente campaña será la menor en más de una década, de acuerdo con proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Dato

U$S 20.000.000.000
Son las pérdidas estimadas de divisas de origen agrícola ocasionadas por las inclemencias climáticas.

Los buenos acumulados de lluvia en los últimos días de marzo con tan amplia extensión geográfica es una muy buena noticia pues permite comenzar de buena manera la siembra y próxima campaña de trigo, sobre todo considerando el déficit hídrico con que comenzaron las anteriores. Asimismo, la BCR considera que «un otoño normal en lluvias es también clave para la próxima gruesa«


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