En qué consiste el «esquema Ponzi» utilizado por Generación ZOE

La estafa piramidal promete jugosas ganancias si el inversor logra el ingreso de nuevos aportantes a la red. El sistema colapsa ante el incremento exponencial de integrantes. Los vínculos políticos y mediáticos del estafador Leonardo Cositorto, y la forma en que logró diversificar la pantalla del fraude.

Prófugo. El supuesto gurú financiero se encuentra fuera del país con pedido de captura internacional.

La denuncia pública de la estafa piramidal llevada a cabo mediante la “empresa” Generación ZOE, del gurú en finanzas Leonardo Cositorto, puso a la vista una vez más la necesidad de advertir sobre los riesgos de este tipo de negocios, que se presentan como atractivos al inicio por su enorme rentabilidad, pero que terminan estallando por los aires ante la insolvencia, en el tercero o cuarto eslabón de inversores.

Un combo que incluye la ausencia de instrumentos financieros atractivos, devaluación del peso, escases de dólares, crisis económica crónica, la casi nula educación financiera en la mayoría de los habitantes, contactos políticos del más alto nivel, y un furioso lobby mediático, es el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de fraudes que se fundamentan en la buena fe de quienes buscan resguardo para sus tenencias.

Damnificados. Miles de ahorristas perdieron todo su dinero.

El timo de proporciones millonarias estructurado por Leonardo Cositorto, no es otra cosa que el conocido “sistema Ponzi”, en el que se promete a los inversores una rentabilidad real asegurada, la cual es financiada mediante el ingreso de nuevos inversores a la cadena.

Ni más ni menos, ese era el modus operandi de Generación ZOE. La propuesta era una inversión inicial en dólares, la cual debía quedar inmovilizada por un año, otorgando una ganancia del 7,5% anual en dólares. El premio era por demás atractivo frente a cualquier plazo fijo, al dólar financiero, o a otras alternativas de inversión en el mercado local.

La estafa de Generación ZOE iniciaba con un contrato de servicios de coaching ontológico, espiritual y financiero. Se solicitaba un aporte inicial inmovilizable durante un año con una ganancia del 7,5% anual en dólares, y la promesa de incrementar ese premio si se lograba el ingreso de nuevos inversores a la red.

Pero el mayor atractivo y la clave del engaño, era la promesa de incrementar esa ganancia si el inversor conseguía el ingreso de dos, tres o cuatro nuevos inversores a la red. Tal es el mayor incentivo que encuentran los inversores, el de subir de nivel en la organización logrando el ingreso de nuevos inversores.

En la práctica los fondos frescos que ingresan de las nuevas rondas de inversores, sirven para financiar las ganancias de los primeros eslabones. Todo funciona de maravillas mientras los primeros en ingresar a la red pueden hacerse con su ganancia, lo cual los entusiasma a trabajar denodadamente para hacer crecer la red.

Educación y automovilismo. Dos de los sectores elegidos por Cositorto para derivar los fondos de la estafa.

El problema es que el esquema garantiza que la cantidad de participantes crece de forma exponencial en cada rueda, con lo cual llegado un punto, no hay forma de pagar las ganancias prometidas a todos los inversores. Los que se ven timados y pierden todo su dinero cuando el sistema estalla, son los últimos en ingresar. Su dinero va a parar a los primeros eslabones, y para cuando comprenden la estafa, pierden toda posibilidad de recuperar su dinero.

La proliferación de este tipo de truhanerías no es nueva. Hace apenas un par de años y bajo el nombre de “telar de la prosperidad” o “flor de la abundancia”, el sistema caló hondo en los sectores feministas, hasta que la estafa se hizo masiva y salió a la luz dejando a miles de personas sin sus ahorros.

Pseudo religioso. El estafador Leonardo Cositorto fundó una iglesia a la que usaba como una de las pantallas para el engaño.

En este caso, la estrategia de Generación ZOE se estructuró en torno al coaching ontológico y la educación financiera. Su creador, Leonardo Cositorto, se presentaba a sí mismo como Coach Ontológico y especialista en finanzas, y la puerta de entrada a la estafa era un contrato mediante el cual se accedía a servicios de coaching ontológico, espiritual y financiero. Es otra de las claves del esquema: la manipulación emocional para lograr de forma coercitiva que los participantes entreguen su dinero.

La elocuencia y la retórica de Cositorto, y su capacidad de generar vínculos políticos y mediáticos, le permitieron escalar rápidamente en su visibilidad pública y validar así su propuesta financiera frente a los desprevenidos inversores. Una vez conocida la estafa, salieron a la luz diferentes imágenes que ubican a Cositorto muy cerca de reconocidos referentes de Juntos por el Cambio, como Diego Santilli, Cristian Ritondo o el mismísimo Horacio Rodríguez Larreta. Los funcionarios no tardaron en despegarse y desconocer las intenciones del supuesto empresario.

Altos vínculos políticos. Cositorto se codeaba con referentes de Juntos por el Cambio a nivel nacional.

Hasta hace apenas un par de meses, Cositorto recorría los canales de televisión reclamando por la falta de educación financiera en las escuelas públicas, y aconsejando acerca del rumbo que debería tomar la economía nacional.

El crecimiento repentino y abrupto de ZOE, le permitió al supuesto gurú diversificar la pantalla de la estafa a diferentes sectores de la economía y la vida social. La principal base de operaciones y donde más adeptos alcanzó, fue en la provincia de Córdoba. Desde allí, se extendió para fundar una criptomoneda (ZOE Cash), una universidad (ZOE Universidad del Trading), una constructora (ZOE Construcciones), un gimnasio (ZOE Fitness), una hamburguesería (ZOE Burguer), un equipo de automovilismo, una veterinaria (ZOE Natural), y hasta una iglesia (AVIVA ZOE).

En el prime time. El falso empresario en una de sus últimas apariciones mediáticas a fines de 2021.

El fraude comenzó a ponerse a la vista con la denuncia que la ONG Argentina Bitcoin presentó ante la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), en la que se acusa a Generación ZOE por «la posible comisión de los delitos tipificados en los arts. 172, 309 y 310 del Código Penal de la Nación».

En ese marco, fue detenido el contador de la empresa Norman Próspero, y otras cuatro personas acusadas de asociación ilícita y estafa. Sin embargo, el creador de la empresa Leonardo Cositorto, se encuentra prófugo de la justicia y tiene pedido de captura internacional. En el día de ayer y desde la clandestinidad, el pseudo empresario realizó un nuevo streeming en el cual solicitó a los presentes el aporte de u$s100 cada uno.

Dato

7,5%
La ganancia anual en dólares que ofrecía Generación ZOE.

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