Los prestadores turísticos acumulan fuertes pérdidas por el incendio

Los prestadores de lago Steffen fueron los más afectados porque desde hace un mes y medio tienen el camino cortado, aunque el fuego no dañó sus instalaciones. En El Manso, los cortes de ruta generaron pérdidas para los campings, cabañas y rafting.

El lago Steffen y los valles recorridos por los ríos Villegas y El Manso cuentan con una importante oferta turística vinculada al camping, el alojamiento en cabañas y las actividades de aventura, que se prepararon para tener una temporada memorable, como lo vaticinaban las planillas de reservas.

El interés de los viajeros por recuperar el terreno perdido durante la pandemia, sumado al cierre de fronteras, volcó a miles de visitantes a recorrer toda la región, pero el devastador incendio que se inició hace ya un mes y medio en lago Martin y que se extendió por todo el sur del parque nacional Nahuel Huapi causó graves perjuicios en la actividad turística.

El rafting en el río Manso quedó instalado hace ya varios años como un producto emblemático del turismo activo, con reconocimiento nacional, y fue uno de los que recibió más impacto. Lo mismo ocurrió con quienes trabajan con cabalgatas, trekking, visitas de arte rupestre y con turismo rural.

Pero para los prestadores de camping el daño fue todavía mayor, ya que en algunos casos se equiparon para aprovechar la temporada que colmó todos los complejos de Bariloche y la zona cercana, pero permanecen cerrados desde el inicio del incendio.

En el valle del Manso hay emprendedores agrícolas y ganaderos que combinan el turismo con su actividad central. Foto: Chino Leiva

Pablo Albornoz es comisionado de El Manso y también administra un pequeño complejo de cabañas. Dijo que estuvieron sin trabajar casi todo diciembre, incluida la semana de las fiestas y solo pudieron abrir desde los primeros días de enero. Si bien el fuego no llegó al valle de El Manso, las tareas de los combatientes y los cortes de ruta en los días críticos condicionaron la actividad y la ocupación alojativa no llega al 60%, cuando en el resto de la región el promedio supera el 90%.

Albornoz dijo que en condiciones normales también reciben mucho turismo diario, a razón de “200 ó 300 autos por jornada”, que en esta temporada se vio muy limitado.

“Ha caído bastante y para la gente es un golpe fuerte, porque son muchos los que esperan el verano para reunir un dinero que les permita continuar con la actividad agrícola el resto del año”, señaló.

Tapados de humo. Así vivieron varios días los pobladores de Río Villegas, El Manso y Steffen, ahora la lluvia aplacó el incendio. Foto: Chino Leiva

Explicó que en el paraje El Foyel, que está sobre la ruta 40 “hay oferta gastronómica que subsiste igual”, porque el incendio no afectó tanto, salvo algún día de corte de tránsito. Pero la gente que ingresa al valle por la ruta provincial 83 no lo hace en el número esperado.

El Manso está ubicado a unos 80 kilómetros al sur de Bariloche, mientras que al lago Steffen se ingresa por otro desvío enripiado de unos 10 kilómetros, que permanece cerrado al tránsito en general desde hace más de 40 días. Parques Nacionales prometió su habilitación para este lunes, lo cual permitiría la apertura de los tres campings del lugar, que llevan cerrados varias semanas.

El titular de uno de ellos, David Schvoumaker, dijo que no pudieron trabajar como esperaban y hacia adelante todo es incertidumbre. “La verdad que esto nos parte al medio”, admitió. Abrir al público no será tan fácil, aseguró, porque si bien las construcciones quedaron a salvo el incendio pasó muy cerca, quemó alambrados y pasturas, debieron mover animales y la situación de emergencia en lago Steffen sigue latente.

Schvoumaker dijo que él y otros prestadores permanecen desde el inicio del verano “sin ningún ingreso económico” y todavía no recibieron ayuda oficial, “solo promesas”. Señaló que en temporada de verano “un día a pleno entran en Steffen entre 50 y 100 vehículos” y eso no se ve desde el año pasado.

Destino emergente


En El Manso el perfil turístico está más desarrollado, con varios pequeños prestadores que ofrecen alojamiento, guiadas o venden alimentos regionales y artesanías a los visitantes, y cuyas economías dependen de tener un buen verano.

Muchos de ellos en los días más difíciles del incendio trabajaron como voluntarios, junto a los operadores del rafting, para hacer cortafuegos y ayudar en tareas de prevención.

Trabajadores del rafting y pobladores hicieron cortafuegos en los días más críticos, a fines de diciembre. Foto: Chino Leiva

En los hechos, la actividad turística interactúa con la economía tradicional del valle, que se apoya en la producción agrícola y ganadera. “Hubo ferias regionales que no se pudieron hacer y también allí apunta en parte el relevamiento”, dijo Vélez. Por eso en el diagnóstico y la eventual ayuda participa también el ministerio de Producción.

La ministra dijo que hoy las cabañas, las casas de alquiler y los campings del valle ya reciben turistas, pero debieron permanecer cerrados “unos 20 días”, y ese daño generó problemas graves porque “son todos pequeños emprendedores”.


El impacto sobre el rafting, la actividad fuerte del verano


El río Manso ofrece segmentos ideales por su accesibilidad y variedad para la bajada en balsas de rafting, pero el incendio declarado a comienzos de diciembre por la caída de un rayo condicionó todo. El fuego se acercó desde el norte al valle por el que discurre el río y si bien no llegó a afectar el bosque lindante, y el río estaba “operativo”, la ruta de acceso quedó cerrada y la actividad se suspendió.

Alejandro Rosales, uno de los operadores (de Extremo Sur), afirmó que son media docena las empresas que ofrecen rafting en El Manso y Villegas y que estuvieron al menos diez días sin trabajar.

El impacto fue grande porque -según cómo esté el clima, entre otros factores-, son “entre 200 y 400 por día las personas que realizan rafting” en la zona.

Hay media docena de empresas que ofrecen raftin en el río Manso. Foto: Gentileza ATAP

Una cantidad grande de pasajeros ya tenían el servicio contratado, con pago anticipado por programa Previaje. Rosales dijo que no tienen margen para devolver el dinero pero sí hay un esquema previsto de reprogramaciones, “como realizan las líneas aéreas”, aunque las pequeñas operadoras de rafting no tienen las mismas espaldas que ese tipo de compañías para dar respuesta.

Dijo que hablaron de ese tema puntual con el ministerio de Turismo de Nación, Matías Lammens, que les ofreció acompañamiento, y habló de cambiar la operatoria del Previaje para el año próximo.

Hoy el rafting opera con normalidad, aunque el incendio todavía no quedó extinguido. Rosales dijo que otra gestión que realizaron fue para resolver eventuales cortes de tránsito como el que ocurrió hace dos semanas de forma sorpresiva, cuando el incendio avanzó sobre la ruta 40 y obligó a interrumpir el tránsito. “La gente ya estaba en El Manso, y para volver a Bariloche fue enviada en caravana por la Línea Sur, vía Ñorquinco y Las Bayas. Es una vuelta de más de 200 kilómetros de ripio, en condiciones bastante difíciles y llegaron a las 2 de la mañana. Por eso se estableció un protocolo, por si vuelve a suceder, para que en esos pueblitos la policía esté alertada y haya una estructura básica de asistencia”.

Otro operador de rafting, Sergio Sopranzi (de Adventure Center Travel), dijo que el corte de varios días que sufrieron “fue muy grave, se dio en un contexto complejo” y afectó severamente la economía de las empresas. “Fue un impacto para todos, también para la población local (que presta servicios complementarios) y lo peor es que esto no terminó, porque el incendio continúa”, afirmó.

El río Manso tiene pasarelas y agua cristalina para disfrutar en verano. Foto: Chino Leiva

La ayuda del Estado está en etapa de análisis


El gobierno provincial y también el ministerio de Turismo de la Nación iniciaron distintos relevamientos para medir el daño que causó el incendio de lago Martin y lago Steffen sobre los operadores con base en la zona afectada y brindarles asistencia.

Todavía no hay precisión sobre la modalidad de la ayuda y tampoco se habla de montos, pero los funcionarios dieron por seguro que habrá una compensación.

La ministra Martha Vélez dijo que ya tienen cuantificados a quienes resultaron perjudicados y “el gobierno provincial prevé implementar un acompañamiento”.

En lago Steffen el cierre absoluto de la actividad turística fue más prolongado que en El Manso y recién comenzaría a normalizarse desde mañana.

El mismo compromiso de efectuar un “aporte económico” fue transmitido por el ministro Matías Lammens, cuando se interiorizó sobre las pérdidas causadas.

Alejandro Rosales, que trabaja desde hace años como prestador de rafting y preside la Asociación de Turismo Activo de la Patagonia dijo que llevaron a Lammens su inquietud por la preventa de servicios que no pudieron cumplir. “Fue algo de fuerza mayor, un evento natural y lo entendieron así”. En esa línea avanzaría el diálogo para instrumentar la ayuda.


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