El comercio en Río Negro, frente a un escenario muy complicado

Sin dudas que, en este complejo contexto que trae aparejado la cuarentena, Bariloche es una de las ciudades de la provincia más afectadas. Roca y Cipolletti también están una situación crítica.

Los números que muestra Río Negro no son muy distintos a los de Neuquén. Las consultas a empresarios del sector se encuentran limitadas por lo que pueden decir públicamente. Muchos de los comercios hoy están recibiendo la ayuda del Estado –en el pago de sueldos y créditos blandos– pero como contraparte no pueden despedir personal. “Se nos complica mucho contar las cosas tal como son”, señala en forma casi irónica un empresario del sector al ser consultado por el tema. Solo hay señales sobre la posibilidad de que una ola del tsunami esté por llegar a la costa, pero nadie quiere generar el caos antes de que esta aparezca.

Sin dudas que, en este complejo contexto que trae aparejado la cuarentena, Bariloche es una de las ciudades de la provincia más afectadas. Cuenta con más de 3.500 comercios activos y una fuerte presencia gastronómica y hotelera. La temporada invernal, perdida en casi su totalidad, representa uno de los grandes ingresos que tiene anualmente el sector dentro de la estacionalidad económica que tiene la ciudad. En una de las últimas encuestas realizadas por la Cámara de Comercio de la ciudad quedó determinado que un 14% de los asociados admitió el cierre de su establecimiento como una decisión tomada o probable. En la actualidad existen en la ciudad poco más de 3.500 habilitaciones, por lo que el quebranto alcanzaría a cerca de 500 comercios.

Los comercios de Bariloche aducen problemas para pagar los aguinaldos.

Pero el titular de la Cámara, Eduardo Caspani, comentó al respecto que no hay elementos para darlo como una cifra cerrada. Tampoco para calcular con certezas cómo afectaría al empleo, ya que existe una variación muy grande, entre empresas con más de 100 trabajadores y un gran universo de pequeños emprendimientos unipersonales o que no tienen hasta tres empleados.

Teniendo en cuenta que la situación no cambiará en el corto y mediano plazo para Bariloche, es más que probable que esos comercios cierren. Haciendo una cuenta muy conservadora, unos 1.500 trabajadores serían los afectados. Este gris escenario se debe trasladar a los contratos temporarios. Las empresas seguramente convocarán al personal que, por convenio colectivo de trabajo, deberían pagarle un mínimo de 60 días. Pero muchos de estos temporarios, que tradicionalmente son llamados por firmas familiares o pequeños negocios, no están amparados por ningún régimen laboral. Existen anualmente unos 4.000 contratos de este tipo. “El 50% de estos contratos son totalmente informales”, confió uno de los empresarios consultados.

Los locales en el Catedral no abrirán esta temporada.

En el el resto de las ciudades

Roca. El sector comercial y de servicios de la ciudad tenía aproximadamente 3.000 emprendimientos activos antes de la pandemia. Desde la Cámara de Agricultura Industria y Comercio estimaron que un 10% de esos negocios ya decidieron cerrar sus puertas como consecuencia de la parálisis económica.

El índice de empleo de la ciudad, siempre de acuerdo con datos suministrados desde la entidad, es de 3,5 trabajadores por local. Por lo tanto, serían más de 1.000 los roquenses afectados hasta el momento por la pérdida del empleo en relación de dependencia que tenían hasta marzo.

Desde el Centro de Empleados de Comercio informaron que Roca tiene unos 10.000 trabajadores en el sector mercantil (no incluye servicios, que tienen otra representación sindical), aunque advirtieron que es difícil elaborar un promedio, porque la incidencia de los supermercados (con hasta 70 empleados por local) altera las estadísticas.

Los referentes del gremio consultados también mencionaron que hasta el momento no hay despidos formales, por la prohibición establecida por el gobierno nacional, pero admitieron que el panorama a la salida de la cuarentena será complejo.

Desde CAIC habían pedido al principio de la crisis que les permitieran flexibilizar las relaciones laborales, tomando días de parálisis como vacaciones o formalizando un esquema de reducción salarial para evitar despidos. Sin embargo, a pesar de las diferentes instancias de diálogo que hubo con autoridades municipales y provinciales, esas medidas no fueron incorporadas al paquete de acciones para atenuar el impacto de la cuarentena en el sector privado.

Además de los 300 comercios que ya decidieron bajar sus persianas, en Roca todavía hay un centenar de gimnasios, escuelas deportivas, centros de yoga, reiki y actividades similares que esperan una habilitación para reabrir.

Muchos son los locales cerrados y en alquiler en la ciudad.

Las autoridades de la cámara hicieron conocer su malestar esta semana, porque esperaban una reunión con la gobernadora, Arabela Carreras, y con la intendenta, María Emilia Soria, que había sido confirmada en un principio, pero que nunca se concretó.

“La Actividad económica de Roca no puede seguir siendo la variable de ajuste de un sistema que no puede controlar el epicentro del problema, que, de acuerdo con las informaciones emitidas por el Sector Público, está en el Ámbito Privado de los ciudadanos. Solicitamos a la autoridad competente que administre los medios necesarios para aumentar los controles e implementar sanciones severas para quienes se burlan de las reglas, ejerciendo como corresponde su autoridad y poder de policía”, indicó un comunicado posterior de CAIC.

El documento finaliza asegurando que “a esta altura es difícil contener a todas aquellas personas involucradas en actividades que no generan ingresos desde hace más de 100 días, o que aun teniéndolos han sido seriamente disminuidos. Es necesario que el Estado dimensione el problema económico en toda su magnitud, actuando en consecuencia, de manera positiva y proactiva en pos de mantener las pymes y todos los puestos de trabajo que directa o indirectamente dependen de ellas”.

Cipolletti. Desde la Cámara de Industria y Comercio afirman que los números se incrementarán con el cierre de locales por la falta de flexibilización de rubros que permanecen cerrados hace 3 meses. Las medidas de restricción vigentes en la ciudad impiden la apertura de comercios afectando a sus dueños y empleados. La falta de respuesta para pasar de la categoría de aislamiento a distanciamiento desgasta a las pymes hasta su cierre.

El titular de la Cámara de Industria y Comercio, José Luis Bunter indicó que “se registran al menos unos 61 comercios cerrados desde que comenzó la pandemia, arrojando como resultado una pérdida de 300 puestos de trabajo”. Sin embargo, asegura que no existen estadísticas claras porque “algunos han bajado persianas y no le avisan a nadie, por lo que implica dar la baja de oficio en el municipio”.

Comercios de Cipolletti presentaron en su momento un plan para poder trabajar.

“El sector privado es uno de los grandes motores de la economía en la ciudad, impedirle funcionar por 90 días es perjudicial para todos”, mencionó el empresario.  “De no producirse una reactivación a la brevedad se generará unos 400 despidos más por cierre de los locales”, afirmó. Según indicó el sector gastronómico y de gimnasios son los más afectados.

Además, remarcó que una solución para revivir el consumo y el trabajo es aplicar un sistema de pasantías. “Con esto se recuperan fuentes laborales y se les da aire a las pymes”. El apoyo del Estado debe ser fundamental para colaborar con aportes de los empleados, de “esa manera incorporar gente y se tendría más movimiento económico y no sería una presión tan asfixiante para el pequeño empresario”.

Viedma. Aún con distintas percepciones, los rubros comercial y hotelero-gastronómico son los que más sufren la pandemia del coronavirus, pero en las finanzas y la inestabilidad que amenaza con seguir en el desguace. En la Cámara de Comercio, Industria, Producción y Turismo, los números del sector mercantil se ven con preocupación. “Estimamos que el 10% de los locales hoy cerraron sus puertas producto de la crisis y unos 120 empleados acordaron su salida presentando la renuncia previo acuerdo monetario”, sentenciaron fuentes de la Cámara de Comercio de la ciudad.

Su presidenta, Giselle Iaccarino, puso como ejemplo ante  RÍO NEGRO que de 60 comercios, “sólo el 10% no tiene deuda” en cambio el resto está teniendo problemas financieros “generando deudas” con la Agencia de Recaudación Tributaria de Río Negro (Artrn), la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) o no pudo pagar el formulario 931, que es el que combina aportes y contribuciones. Consideró que el grueso no puede hacer frente a la doble indemnización, y en consecuencia está pagando los salarios por semana o a los 15 días “en algunos casos muy de consenso” con los empleados. Insistió en que el escenario es “súper complejo” y “nadie quiere tomar crédito de nada porque muchas cosas tendrán para agosto con los vencimientos” que se vienen.

La Asociación de Empleados de Comercio (AEC) tiene claro que hay mucho personal sin ser blanqueado o cobra mitad en blanco y una parte en “negro”. Julio Pondal, titular del gremio, indicó que no resultó fácil recibir la cobertura en el marco del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), y si bien hubo pocos despidos, “le estamos pidiendo a los propietarios que aguanten y no cierren porque trabajan al 30%”.

Villa Regina.  El sector comercial de esta ciudad fue afectado en forma directa por la situación sanitaria por la pandemia de coronavirus con el cierre obligado de una gran cantidad de negocios por ser considerados no esenciales, aunque esto no implicó hasta el momento una baja en la cantidad de personal que depende ellos. La situación fue confirmada tanto por el Centro de Empleados de Comercios que representa gremialmente a los trabajadores, como por la Cámara de Comercio, Industria y Producción local.

Guillermo Endara, que encabeza el Centro de Empleados de Comercio de Regina, indicó que pese al cierre obligado que muchos comercios tuvieron que realizar por las medidas de restricción, no hubo desvinculaciones de personal, aunque sí hubo acuerdos entre empleadores y empleados, para garantizar la continuidad laboral con una reducción salarial autorizadas por medidas a nivel nacional. “En muchos casos hubo acuerdos que se homologaron a través de la Secretaría de Trabajo para reducir en un 25 por ciento los salarios durante el tiempo que los comercios tuvieron sus puertas cerradas. Cuando ya se autorizó la apertura de los negocios, en varios casos se dio de baja estos acuerdos, mientras que en otros se mantuvo con una menor carga horaria para el empleado”, señaló Endara.

Por su lado, Franco Susca, que preside la Cámara de Comercio local, agregó que el sector empleador “está haciendo un gran esfuerzo y mantiene a sus empleados. Se accedieron a diferentes alternativas que se ofrecieron; pero ahora se debe trabajar en alternativas para sostener los comercios. Si bien hubo un leve repunte por la habilitación de la actividad, se está lejos de llegar a los niveles que se tenía antes de la pandemia, y las deudas que se registran son muy importantes”.

Bariloche: mucha preocupación en el gremio

La crisis por la pandemia de coronavirus provocó en Bariloche un agravamiento de los índices de desocupación en el sector mercantil.

El único dato firme fue aportado por la Asociación de Empleados de Comercio, que acusó la pérdida efectiva de 200 puestos de empleo. El secretario general, Walter Cortés, dijo que el mayor perjuicio recayó sobre los comercios directamente vinculados al turismo, como las transportistas, agencias de viaje y los que venden artículos específicos para ese público.

Dijo que hay comercios que han optado por no reabrir sus puertas, aun pudiendo hacerlo, porque dejaron caer sus contratos de alquiler y ante la compleja perspectiva no los renovaron. Señaló que, en esos casos, los trabajadores se acercan al sindicato, hacen una presentación en la secretaría de Trabajo “para conciliar” su salida y si no hay acuerdo van a la Justicia. Nadie recibe formalmente un telegrama.

Datos clave

50%
del salario de los empleados de comercios formales hoy los está pagando el Estado nacional a través de ATP.
23.000
son los trabajadores declarados -en blanco- ligados al sector mercantil que existen en toda la provincia de Río Negro.

Cortés dijo que es particularmente complicada la situación de las líneas aéreas, como Jet Smart y Lan, que tienen poco personal en la localidad, pero su futuro es muy incierto. Calculó que las personas que ya se quedaron sin trabajo en el comercio serían “unas 200” a los que habría que sumar otros 100 del sector servicios. Destacó que para el resto la situación también es difícil porque “hay muchos que sólo cobraron el ATP que paga Nación, es decir medio sueldo, porque las empresas no pusieron su parte”.

En relación con los trabajadores temporarios, desde el sindicato de Comercio señalaron que todavía es incierto lo que va a ocurrir, pero “la obligación del empleador es convocarlos, o pagar igual un mínimo de 60 días”. Entre las principales empresas que trabajan con temporarios en Bariloche están la concesionaria Catedral Alta Patagonia, los rental de equipos de equí, comercios de la base de Catedral, chocolaterías y venta de regionales.

En el sindicato calculan que son “entre 2.500 y 3.000” los trabajadores formales en esa condición. La fuente explicó que desde lo técnico laboral son trabajadores “efectivos permanentes con tareas discontinuas” y según las normativas el empleador debe convocarlos en la temporada o garantizarle al menos 60 días remunerados.


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