Las pistas que aportó el huevo de dinosaurio que trataron de subastar en el exterior y ya está en Plaza Huincul

El material fue sustraído y sacado de manera ilegal hace veinte años atrás. Intentó ser vendido en un remate y años después fue adquirido por un privado que se contactó con un paleontólogo alemán. La pandemia demoró su entrega.

El huevo con embrión de un dinosaurio saurópodo fosilizado, de apenas dos centímetros de largo llegó en su pequeña caja y ya integra el patrimonio paleontológico del museo municipal “Carmen Funes” de Plaza Huincul. El fósil fue repatriado después de 20 años desde que fue extraído de manera ilegal y, a partir de su recuperación se pudo entender la morfología de determinados huesos de cráneo de estos embriones.

El “Carmen Funes” sumó una nueva “joya” a su patrimonio paleontológico al decir de Luis Chiappe, vicedirector del museo de Historia Natural de Los Ángeles, quien fue el encargado de trasladar y entregar la pequeña caja que contiene el huevo con el embrión fosilizado de un saurópodo.

El director honorario del museo huinculense, Rodolfo Coria dijo que es una “repatriación” porque es un material que salió ilegalmente del país. Entonces, el museo no lo recupera, sino que lo incorpora a su colección. Además, se trata de una muestra conservada de manera excepcional –a diferencia de las halladas anteriormente- que permitió dar un mayor valor científico.

Fue el paleontólogo alemán Martín Kundrat que dio con quien había obtenido –tras una fallida subasta en Nueva York- muchos años después con la pieza fósil. Se logró acordar la cesión del material por parte del privado que lo tenía y se inició la investigación. Se lo sometió a un estudio con sincrotron que permitió obtener imágenes de mucha precisión y detalle.

“Nos permitió hacer una reconstrucción en 3 D del animal, conocer la anatomía craneana del embrión”, refirió Coria. El huevo tiene escasos dos centímetros de longitud, se aprecia el sector del ojo, la mandíbula cerrada, la punta del hocico y todo en detalle.

Este embrión es de dinosaurio cuadrúpedo, pesado, robusto y si bien no llega a ser como el Argentinosaurus Huinculensis, pudo llegar a medir 25 metros de largo. “No sabemos a ciencia cierta en qué momento de la incubación está, entendemos que sería un animal a término, o cerca de la eclosión del huevo”, acotó.

El fósil fue entregado al museo Carmen Funes que lo incorpora a su patrimonio paleontológico (Foto: gentileza)

Por otra parte, el cráneo preserva partes desconocidas. “Nos dio la oportunidad de entender la morfología de determinados huesos que no estaban preservados o no lo estaban tan bien como en este ejemplar”, manifestó.

Como los huesos del cráneo es un poquito más grande que los embriones colectados previamente, les permitió a los investigadores conocer un momento más en el desarrollo del embrión. Se observaron las transformaciones anatómicas que se van sucediendo, qué huesos se modifican primero y cuáles después, de manera tal de entender el desarrollo ontogenético. Esto, sin un ejemplar perfectamente preservado “es prácticamente muy difícil de hacer”.

En este caso puntual este fósil presenta una especie de “nariz, que es puntiaguda, enfrente del hocico se había notado ya en otros materiales, pero no tan bien como aquí. La interpretación de esa estructura es que se podría haber utilizado para romper la cáscara del huevo desde su interior”, describió Chiappe. Se trata de un “promontorio” o el equivalente a un “diente de huevo” que lo suelen tener los cocodrilos y las aves para romper el cascarón.

“Es importante mantener la colección porque siempre está dando más información y mediante la utilización de nuevas técnicas”, explica Chiappe el especialista argentino radicado hace 30 años en Estados Unidos.

En 1997 cuando el equipo que encabezaban Coria y Chiappe lograron después de seis campañas en la zona de Auca Mahuida establecer que habían hallado una “nidada” de dinosaurios sin precedentes, se inició la investigación científica. Pero al mismo tiempo, el lugar logró ser ubicado y sufrió la extracción ilegal de material como la que concluyó veinte años después con la repatriación del fósil.

En el medio, las denuncias de los organismos oficiales de la provincia y la intervención de Interpol, concluyeron en la recuperación. A pesar de que la entrega iba a ser en 2019, la declaración de la pandemia de coronavirus a nivel mundial obligó a postergarla veinte meses.

“Acá no se cierra el ciclo de conocimiento, si el de cuidado de patrimonio porque finalmente el material queda depositado en este museo”, dijo Rodolfo Coria.


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