El mapudungun se afirma en el aula en Río Negro

Cada vez más escuelas de la provincia incorporan la lengua y cultura mapuche en su enseñanza. El programa comenzó en el 2003.

“Lo que más satisface es que el mapudungun se sigue fortaleciendo y llegando a los niños, a sus familias y a aquellos abuelos que antes tenían temor y vergüenza de hablarlo y hoy, lo pueden hacer tranquilamente con sus nietos”. Dianela Lagos pertenece a la comunidad Kume Mapu de Aguada de Guerra, ubicada en la Meseta de Somuncurá, e integra el equipo de Educación Intercultural Bilingüe (EIB).

Hoy, en 17 escuelas de Río Negro se enseña la lengua y arte mapuche. Son seis escuelas más que el año pasado.
“Tuvimos muchas trabas por parte de docentes y de padres que prefieren que sus hijos aprendan el inglés y no el mapudungun. Sucede también que no es fácil reconocerse indígena y hubo mucha resistencia”, reconoció Cristina Marín, referente del programa EIB por las comunidades del Parlamento Mapuche.

Respecto a las trabas del programa, Lagos consideró que se trata de “temor a lo nuevo, a pensar que vamos a imponer, a mapuchizar. Es todo lo contrario. Queremos que respeten nuestros derechos, el derecho a la identidad. Que conozcan dónde están, que es territorio mapuche y conozcan las raíces”.

El camino para enseñar la cultura mapuche en las escuelas fue largo pero ya empieza a dar sus frutos. En el 2003 se dieron los primeros pasos cuando el Consejo de Desarrollo de Comunidades Indígenas (Codeci) comenzó a firmar algunos convenios con el ministerio para implementar la Educación Intercultural Bilingüe en algunas instituciones. Todavía las escuelas que se incorporan al programa deben hacerlo por convenio porque la ley no está reglamentada.
“Todos los años, tenemos una lucha con el gobierno de turno para continuar con esta modalidad pese a que es ley”, aclaró Marín, miembro de la comunidad Lof Lafkenche.

Trabajar con los docentes desde una mirada integral es nuestro desafío. Que conozcan nuestra cultura, nuestra cosmovisión”.

Dianela Lagos, de la comunidad Kume Mapu y parte del programa.

El programa, destacan, involucra directamente a las comunidades mapuches. Desde ahí surgen los proyectos y se eligen a los maestros interculturales (uno de ellos enseña el mapudungun; mientras que un artesano aborda las cuestiones vinculadas al arte).

Ninguno de estos maestros tiene título docente. La única condición es que sean integrantes de las comunidades. Esto generó, en un principio, algunos reclamos del sindicato docente. Sin embargo, hoy acompañan el programa y los coordinadores solicitaron formación pedagógica.


El procedimiento para implementar el programa es sencillo. La comunidad mapuche debe presentar un proyecto para contar con una escuela intercultural ante un establecimiento educativo y la dirección debe socializarlo. Marín aclaró que esto “no significa pedir permiso sino informar a los padres. Hay casos de padres que se han opuesto. O docentes especiales que creen que se les va a sacar horas. Pero no es así”.

Lagos coordina el equipo en la Región Sur que abarca a las escuelas 65 de Chacay Huarruca, 151 de Aguada de Guerra, 209 de Cómico y 114 de Prahuaniyeu. “Es un desafío continuo porque no en todos los casos, la propuesta es bien recibida. Hay que profundizar sobre la interculturalidad, en la propuesta pedagógica. Pero en mayoría de los casos, tenemos buenos resultados”, aseguró.

Los integrantes del equipo de EIB coinciden en que se trata de “más igualdad para los pueblos originarios” y pone como ejemplo, a la localidad de Allen que tiene una escuela del pueblo Quechua Aymara.

El objetivo es lograr un equipo lingüístico con profesores mapuches. El idioma tiene distintas interpretaciones, según la región”.

Cristina Marín, docente del programa de Educación Intercultural Bilingüe.

También solicitaron a la Dirección de Educación Superior la capacitación de los futuros docentes que cursan en los diez Institutos de Formación Docente de la provincia “en un eje intercultural”.

A lo largo de estos años de trabajo en educación intercultural, muchos jóvenes y adultos se autoidentificaron como mapuches.

También notan mucho interés por parte estudiantes que no son mapuches. En 2018, cuando trabajaba en la escuela secundaria de Dina Huapi, recordó que muchos jóvenes le insistían con aprender la lengua mapuche.
“Hay de todo: en mi camino como docente en varios colegios de Bariloche, muchos chicos eran descendientes de mapuches y lo desconocían”.


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