El MPN presentó un proyecto para derogar las PASO

El texto fue elaborado por la diputada nacional Alma Sapag y el gobernador Omar Gutiérrez. En los fundamentos cuestiona el gasto que implica un mecanismo que no logró su cometido.

El Movimiento Popular Neuquino presentó un proyecto de ley ante el Congreso de la Nación para derogar las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). La iniciativa fue elaborada en conjunto por la diputada nacional Alma Sapag y el gobernador Omar Gutiérrez.

“La experiencia indica que, desde la implementación de las PASO, los partidos políticos no dirimen su interna en ellas, ya que, por lo general, prefieren evitar la competencia presentando listas únicas, por lo que no resultaron ser un mecanismo razonable para garantizar la democratización de los partidos políticos, y devinieron en un elemento imprevisto de inestabilidad política y por lo tanto económica y social”, expresó la diputada en los fundamentos del proyecto.

La iniciativa plantea la derogación del título II de la Ley 26571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral y consecuentemente propone reformas a distintos artículos del Código Electoral Nacional, la Ley Orgánica de los Partidos Políticos, como así también la de Financiamiento de los Partidos Políticos.

En los fundamentos se agrega que “las PASO han actuado como una especie de primera vuelta electoral, una encuesta seria antes de la verdadera primera vuelta, que se realiza ciento veinte días antes del recambio presidencial, costando una fortuna al erario público.

Si no hay nada que elegir, ¿se justifica semejante gasto para cumplir formalmente con la ley que vino a democratizar a los partidos políticos, a pesar de que la experiencia recogida muestra que el éxito obtenido en este sentido es cuanto menos dudoso?”, se pregunta la diputada Sapag.

Además pidió reflexionar sobre «si es justo que una sociedad que tiene a más del 35 por ciento de sus integrantes sumidos en la pobreza, financie un mecanismo que no garantizó la democratización de los partidos políticos”.

Y afirmó finalmente: “Influenciados por las elecciones presidenciales de 1989, que se habían adelantado al mes de mayo, los convencionales procuraban que un presidente no deba mantenerse mucho tiempo en el ejercicio del cargo, si ya no contaba con el apoyo de la mayoría de la ciudadanía, y como comprobamos, los 120 días que establecen las PASO no cumplen con el pronóstico ni la premisa de abreviar los tiempos electorales”.


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