El tiburón que apareció en Monte Hermoso está en peligro de extinción

Es el bacota. Lo acechan la pesca recreativa con caña y la comercial con redes. El hecho de que se acerque a la orilla es completamente inusual. Aunque no hay registros de ataques a bañistas, recomiendan no acercarse ni tocarlos. En marzo, un ejemplar fue rematado de un tiro a la cabeza en Bahía Blanca. En cambio, otros pescadores participan de un programa de conservación.

La presencia de un tiburón en la línea de rompiente en la costa de Monte Hermoso el fin de semana pasado se hizo viral a partir de la difusión por las redes de un video que lo mostraba entre los olas con los turistas a pocos metros, entre asombrados y atemorizados.

Es el segundo avistamiento cercano a la costa en los últimos cinco años. El anterior se produjo en otro balneario bonaerense, Santa Clara del Mar, el 14 de enero del 2019. Aunque al principio se lo identificó erróneamente como un bacota, luego los biólogos determinaron que se trató de un tiburón sardinero, más oceánico.

“Es un hecho completamente inusual”, destaca el especialista Juan Martín Cuevas, investigador de la WCS Argentina y del Museo de La Plata. Consultado por “Río Negro”, consideró que por lo que se observa en el video sería de la variedad denominada vulgarmente bacota (Carcharhinus brachyurus), en apariencia un ejemplar juvenil, una de las 10 especies que se arriman a la costa de las 55 descriptas para el mar argentino, de las que en ningún caso hay registros de ataques a bañistas.

¿Por qué este tiburón se acerco tanto, mucho más que los otros? “Es totalmente inédito y muy raro. Se lo puede considerar inofensivo pero sigue siendo un bicho salvaje. No son para acercárseles ni mucho menos acariaciarlos”, señala. Y agrega que el hecho de que en las imágenes se lo observe dándose vuelta le hace sospechar que no estaba en buenas condiciones de salud.

La variedad bacota está en peligro de extinción, acechada como principal factor de riesgo por la pesca recreativa con caña y la comercial con redes. “Su condición actual es de fragilidad y vulnerabilidad como todos los tiburones ya que dejan pocas crías que se pueden contar con los dedos de una mano a veces, en lugar del resto de los peces que dejan millones de huevos. Hay que recordar que estos animales son de crecimiento muy lento y algunos tardan décadas en poder reproducirse. El bacota puede reproducirse recién cuando las hembras llegan a los 2,15 metros de largo y eso ocurre cuando tienen 22 años. Las hembras de bacota paren entre 7 y 24 ejemplares de unos 60 centímetros cada dos años”, explica Cuevas.

El bacota se distribuye sobre todo, en provincia de Buenos Aires, aunque llega a Río Negro y Chubut. Pero el fuerte de la interacción y amenaza por la pesca es en la provincia de Buenos Aires, donde es obligatoria la pesca con devolución con caña en las primeras 12 millas náuticas, y no hay restricciones para la pesca comercial. Por ejemplo, los investigadores tienen registros de la presencia de esta variedad de tiburones en la zona del Faro Querandí, a 30 km de Villa Gessell, pero nunca en Monte Hermoso, en el sur bonaerense.

En Río Negro no hay normativas al respecto. Por eso desde el proyecto Conservar Tiburones en Argentina de Ciencia Ciudadana se impulsa a los pescadores a que los marquen en las aletas para que los biológos obtengan información vital, como hizo el domingo pasado el pescador Esteban Giussi en Bahía Creek, Río Negro.

El proyecto lleva 10 años en los que cientos de pescadores han colaborado con el marcado y la devolución de manera desinteresada de más de 650 tiburones en la costa argentina. La base de la iniciativa es la alianza entre científicos y pescadores recreativos con un mismo objetivo: promover la pesca con devolución de tiburones incluyendo el marcado biológico de los individuos.

Los pescadores que participan de ese programa están en la vereda opuesta a la de aquellos que los matan, como los que terminaron con la vida de un tiburón bacota de un tiro a la cabeza en Bahía Blanca. El ejemplo perfecto de lo que no hay que hacer según el investigador. «En vez de atacarlos a balazos hay que protegerlos».

Más información en Facebook: Conservar tiburones en Argentina


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