Gasoducto a Vaca Muerta y segmentación: proyectan una baja en los subsidios  

Los subsidios a la energía cerrarían el 2023 con una reducción respecto al año pasado y con un menor impacto sobre el PIB. El gasoducto a Vaca Muerta y la segmentación de tarifas serían la clave.  

Los subsidios a la energía podrían cerrar el año con una reducción respecto a lo que gastó el Estado en 2022 que, si bien no sería de un impacto sustancial, representaría un cambio de tendencia hacia adelante. Se proyecta una menor incidencia sobre el Producto Interno Bruto (PIB). La segmentación de tarifas y el gasoducto a Vaca Muerta serán la clave. 

La proyección es que este año se destinen unos 11.055 millones de dólares en subsidios, que pese a que significaría una -escasa- baja de unos 1.300 millones de dólares respecto al año pasado, el verdadero beneficio se ve respecto a su impacto sobre el Producto Interno Bruto (PIB).  

Los datos se desprenden de una proyección que realizó la consultora Economía y Energía (E&E), que lidera Nicolás Arceo. 

En números

1,7%
sobre el Producto Interno Bruto (PIB) es el impacto que tendrían los subsidios este año. Una rebaja de 0,6% desde 2021.

En 2021 Nación utilizó 11.003 millones de dólares en subsidios al sector que tuvieron un impacto de 2,3% en el PIB, mientras que el año pasado se destinaron 12.343 millones de dólares, que representaron un 2% del PIB. La estimación para este año es que los subsidios representen un 1,7% del PIB, es decir, una caída de 0.6% desde 2021. 

Desde la consultora señalaron que si bien la reducción en dólares no es significativa lo que cobra valor es que se trata de un cambio de tendencia. Conjuntamente con el resultado proyectado de la balanza comercial estarían indicando un cambio en el impacto que tendrá el sector a nivel macroeconómico durante los próximos años. 

Hay cuatro factores que juegan a favor de la proyección a la baja de los subsidios que son la caída en los precios internacionales (este ítem lo analizaremos más adelante); el proceso de segmentación tarifaria, la expansión del transporte de gas desde Vaca Muerta y la mejora en la hidraulicidad que, sin bien es baja, sería mejor que lo que se vio el año pasado.  

Antes de avanzar, desde E&E marcaron que la estimación realizada debe considerarse sólo como un «ejercicio de proyección» en base a los supuestos considerados, los cuales pueden modificarse «significativamente» a lo largo del año. 


Gasoducto a Vaca Muerta y segmentación: Precios internacionales 


La compra anticipada de la primera tanda de los buques de GNL que realizó el gobierno en febrero le permitió cerrar un precio promedio por debajo de los US$ 20 por millón de BTU. Si bien es un precio que no llega ni a los mínimos del año pasado, ahora son todavía más bajos, es decir que la segunda tanda será más económica. 

Los dos análisis que se pueden hacer es que si el gobierno hubiese esperando algunos meses más podría haber cerrado precios todavía más bajos para la primera tanda. Sin embargo, como marcamos, los precios de 2023 serán más bajos que el año pasado.  


Gasoducto a Vaca Muerta 


El gobierno nacional inició una carrera contrarreloj el año pasado para terminar el gasoducto Néstor Kirchner antes de julio de 2023. En off the record la mayoría de las empresas de upstream confirman que sus proyectos están atados a esa fecha. 

Tal como publicó este medio, para finales de febrero el gasoducto registró menos del 40% de la obra terminada. Un porcentaje que parece bajo teniendo en cuenta la proximidad a la fecha programada para que comience a operar, aunque todavía nadie confirmó ni que se retrasará ni que se terminará a tiempo.

Lo concreto es que el caño quedaría terminado, sin las plantas compresoras, este año. Con lo cual, a partir del año que viene podría usarse desde bien temprano en el año, lo que permitirá incrementar el abastecimiento de las centrales térmicas del país y, en paralelo, reducir las importaciones de gasoil y fuel oil que, además de ser más contaminantes, son caros.  

«Esta reducción permitirá una disminución significativa en los costos de abastecimiento del sistema, y con ello, el nivel de subsidios», indicaron desde la consultora.  


Segmentación tarifaria 


La creciente presión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que Argentina cumpla con las metas fiscales a las que se comprometió (déficit de 1,9% del PIB) le implicará al Estado acelerar la quita de subsidios, en el marco de la segmentación de tarifas. El sector apuntado es el de Nivel 1, que abarca ingresos altos y a quienes no se anotaron en el Registro de Acceso a los Subsidios de Energía (RASE). 

En números

US$ 702
millones es el ahorro que le significaría al Estado eliminar los subsidios al grupo de Nivel 1, durante la segunda mitad del año.

De avanzar con la quita total de subsidios al Nivel 1 para usuarios de energía eléctrica y gas natural durante el segundo semestre del año, E&E estimó que se alcanzaría un ahorro de unos 702 millones de dólares para el Estado.  


Importación de energía eléctrica y retraso del gasoducto 


Teniendo en cuenta los precios internacionales actuales, y la demanda energética estimada, E&E proyectó el impacto que tendrá para las cuentas del Estado el retraso de la puesta en funcionamiento del gasoducto Néstor Kirchner y el aumento de importación de energía eléctrica. 

En números

US$ 870
millones de dólares es el gasto adicional que se le generaría al Estado si no se puede usar el caño este año.

Si el gasoducto no comienza a operar hasta el año que viene habría un impacto negativo en las cuentas del Estado de unos casi 870 millones de dólares. Por un lado, se registraría un salto en el costo monómico de generación por mayor requerimiento de importaciones estimado en unos 187 millones de dólares. 

En segundo lugar, por un mayor requerimiento de Gas Natural Licuado, se registraría un rojo de unos 681 millones de dólares. 

Por último, de haber un salto en la importación de energía eléctrica entre mayo y agosto, estimado en unos 1.400 MW medios, se alcanzaría otro ahorro de 223 millones de dólares, ante el menor costo de generación por la disminución del requerimiento térmico y el menor consumo de combustibles alternativos.  


Los subsidios a la energía podrían cerrar el año con una reducción respecto a lo que gastó el Estado en 2022 que, si bien no sería de un impacto sustancial, representaría un cambio de tendencia hacia adelante. Se proyecta una menor incidencia sobre el Producto Interno Bruto (PIB). La segmentación de tarifas y el gasoducto a Vaca Muerta serán la clave. 

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