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Por la sequía, la generación hidroeléctrica cayó más de un 40%

En el primer bimestre de este año se despachó menos que lo producido en enero del 2019. En la región el panorama es más grave que el año pasado.

La sequía no da tregua en buena parte del país, y así se evidencia en los niveles de generación hidroeléctrica que cayeron a casi la mitad en apenas cuatro años y por primera vez dejaron de ser la segunda fuente de generación eléctrica del país.

De acuerdo a los registros mensuales de la Compañía Administrado del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), en enero la generación de todas las represas del país sumó 1.980 GWh, mientras que el febrero el nivel fue aún menor, de apenas 1.369 GWh.

Estos valores marcan que se trata de los niveles más bajos de generación en largo tiempo y en comparación con la producción de 2019 ya acumulan una caída del 44,56%, es decir que la generación hidráulica cayó a casi la mitad en estos cuatro años.

La razón de fondo está a la vista en los esmirriados niveles de los embalses de las represas, y es la extendida sequía que en el caso de la cuenca del Comahue, la de la región, ya ingresó en su décimo tercer año consecutivo.

Si bien los niveles de este 2022 aún no pueden ser íntegramente comparados con los de los años previos, en los balances anuales de los últimos tres años se evidencia una clara tendencia declinante.

En 2019 las represas de todo el país aportaron 35.370 GWh al sistema energético nacional. Para el 2020 ese nivel de inyección cayó a 29.093 GWh, y cerró el 2021 con el menor valor de toda la serie, en apenas 24.116 GWh.

Dicho en términos porcentuales, entre el 2019 y el 2021 se perdió un 31,81% de la generación hidroeléctrica, a raíz de la menor disponibilidad de agua en las cuencas tanto de la región como del Paraná, el otro gran polo productor de energía hidroeléctrica.

En febrero, el último mes con datos completos a la fecha, el nivel de generación su paupérrimo, con una inyección de solo 1.369 GWh que hicieron que por primera vez las hidroeléctricas dejaran de ser la segunda fuente de generación eléctrica del país, para ser desplazadas por las energías renovables.

Este cambio de posiciones responde precisamente a la mala performance de las centrales hidroeléctricas y no tanto a un avance de las energías renovables, que ante la falta de capacidad de transporte han visto limitado su crecimiento.

Para el sistema eléctrico nacional, la menor generación hidroeléctrica es una mala noticia, desde donde quiera mirársela. En lo que hace a los costos, se trata de la generación más económica del sistema, por lo cual cada GW de menos, debe ser reemplazado por otra fuente de generación más costosa, ya sea térmica o renovable.

Pero además, desde un punto de vista ambiental la menor generación de las represas marca que ese espacio debe ser cubierto mayormente por la generación térmica que desde hace meses viene ganando terreno a pesar de tener una matriz productiva mucho más contaminante.

Esta necesidad de apelar a las usinas para la generar electricidad que no surge de los ríos, potencia también la crisis que en este invierno vivirá la Argentina ante la necesidad de importar cuantiosas cantidades de gas natural.

Es que ya sea que las centrales térmicas quemen gas natural o líquidos como el gasoil o fuel oil, se trata en ambos casos de energéticos hoy escasos y costosos.


La AIC extendió la Emergencia Hídrica para tres provincias


A diferencia de las cuencas del norte del país, en el Comahue la sequía no da tregua y es por esto que desde la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) se extendió el estado de Emergencia Hídrica que inicialmente se declaró el año pasado.

Esta situación abarca tanto a la provincias de Río Negro y Neuquén como a Buenos Aires y marcará un control a raja tablas de las erogaciones de las represas para la generación eléctrica.

Es que desde la AIC se avanza en esta declaración de emergencia para garantizar que se priorizarán los usos consuntivos de las represas que son el agua para el consumo humano, el riego rural y las industrias como prioridad antes que la generación eléctrica.


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