Viaje a lo profundo de la canción: la nueva misión del Hombre Rana
Canción Abisal es el nuevo espectáculo del saxofonista Walter Lusarreta, que presentará este viernes, en Casa de la Cultura de Roca.
Lautaro Huanchullán, Mauricio Costanzo, Francisco Fuchs, Sabina Muruat, Santiago Díaz y Walter Lusarreta, el quinteto que acompaña la segunda misión del Hombre Rana.
El Hombre Rana está de regreso, ahora para sumergirse en lo profundo de la música y encontrar la conexión entre canciones que allá arriba, en la superficie que habitamos, parecen habitar mundos opuestos pero que, por alguna razón nos generan el mismo efecto. Esa es la nueva misión del Hombre Rana: encontrar en lo profundo esa conexión apenas perceptible pero conexión al fin. Encontrar, en definitiva, la Canción Abisal.
Un hombre rana en busca de la infancia perdida
En 2019, cuando supimos del Hombre Rana, la misión era buceare n lo profundo de la biografía de su alter ego, el saxofonista Walter Lusarreta, para encontrar la infancia perdida, con la sospecha de que no estaba nada perdida y que solo había que ir hasta lo profundo de sí. El resultado de aquella expedición fue un espectáculo musical apoyado en un quinteto de de base jazzística conformado por Francisco Fuchs (guitarra eléctrica), Sabina Muruat (piano y teclados), Pope González (contrabajo), Mauricio Costanzo (batería y voz) y el propio Walter Lusarreta (saxos y guitarra). Y junto a ellos, la actriz María Robín y el actor Antonio Alías; y el artista visual Nicolás Muñoz.
Cuatro años después de aquella incursión, el Hombre Rana regresa más musical que audiovisual para encontrar aquella conexión abisal que hace que “Dancing Queen” de Abba, logre erizarle la piel tanto como cualquier pieza de John Coltrane.
Ahora, con una formación que mantiene a Francisco Fuchs: guitarra eléctrica), Sabina Muruat: (piano, teclados y voz) y Mauricio Costanzo (batería y voz), y que incorporó a Santiago Díaz (teclados y universo sonoro) y Lautaro Huanchullán (bajo eléctrico y voz), Walter Lusarreta vuelve a escena con esta nueva misión, hoy a las 21:30, en Sala II de Casa de la Cultura.
“Este es un espectáculo más simple que el anterior”, avisa Lusarreta. “Compuse música para quinteto, después empezaron a rondar todos los demás alrededor de algo que es la canción entendida como forma de composición, con estribillos, estrofas, melodías que se te pegan de algún modo. Más que jazz rock le llamaría rock jazz porque hay más rock que cualquier otra cosa en estas composiciones, con algunas cosas de música contemporánea”.
Luego, el saxofonista explica qué es lo abisal en todo esto: “Lo abisal tiene que ver con qué pasa con esas canciones que no nos gustan nada pero que cuando las escuchamos nos mueven algo dentro nuestro y con los temas que sí nos gustan y que resulta que nos pasa lo mismo que con aquellos otros. Y lo que pasa es que son universos diferentes en la superficie pero, bien abajo, deben estar muy cerca, demasiado cerca porque nos generan las mismas cosas”.
Es entonces que Lusarreta se calza el traje del Hombre Rana y se sumerge en lo profundo para descubrir en esa especie de upside down de las música, qué tienen en común un bolero y Coltrane. “Cualquier cosa que haya que entrelazar en lo profundo de esos universos va a ser sutil”, aclara. “Sonidos que vienen de otro lado pero que quedan en el contexto de la música que estás tocando. Están todas las cosas mezcladas en lo profundo y jugamos con las texturas de los sonidos, por eso hay dos teclados, uno es más piano y el otro más electrónico; también hay varias guitarras, una eléctrica que a veces suena más rockera y otras más jazzera, a veces más filosa como la Spinetta”.
Esta es, en definitiva, la nueva misión de Hombre Rana: sumergirse bien hondo, donde habitan estas canciones, en la zona abisal. Abrir esas puertas y dejar que sus universos se entremezclen, se contagien, hasta crear uno nuevo que las contenga a todas. Coltrane, Shorter, Nino Bravo, The Police, Abba, el Flaco, Charly, Wagner, Gilda, Gardel; girando en una única canción, la Canción Abisal.
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