Puja política por el control de la CEB y su caja millonaria

Tres listas competirán en la elección del 6 de noviembre. Entre los candidatos hay políticos de varios sectores, sindicalistas, dirigentes sociales y empresarios. Se renueva un tercio del Consejo de Administración. Además, se elegirán 102 delegados y consejeros.

Unos quieren volver a tomar el control de la Cooperativa de Electricidad Bariloche (CEB) y otros no lo quieren perder. En ese plano se desarrolla la pelea electoral por la conducción de la cooperativa más importante de la provincia. Hay dirigentes políticos de todos los colores, sociales, empresarios, vecinalistas y hasta un exintendente anotados en las tres listas que competirán el 6 de noviembre.

La Lista Roja quiere recuperar la conducción que perdió en 2019, tras 16 años de haber estado al frente de la entidad que maneja un presupuesto millonario.

El listado está lleno de sorpresas. Hay dirigentes rojos que están en puestos de conducción desde hace más de 10 años. Y van otro período. Es el caso del primer candidato a consejero Alejandro Pozas, que se desempeña como tesorero del Comité Ejecutivo de la CEB, y del segundo candidato, Luciano Pilquimán, vocal en el Consejo de Administración. También, los representantes de la Lista Roja en la comisión fiscalizadora, José Pincheira, Patricia Maizón y María de los Ángeles Dalceggio van otro mandato.

Otros están expectantes, desde un segundo plano. En la lista van como candidatos a delegados el secretario general de la Asociación de Empleados de Comercio, Walter Cortes, el expresidente de la CEB y dirigente político Rodolfo Rodrigo, que ubicó además a su yerno Gustavo Godoy como uno de los tres candidatos a consejeros.

En la Lista Roja hay varios dirigentes del gremio de Comercio. Están Carlos Criado y Dana Guzmán, que buscan volver a la CEB, y Alberto Arabarco. También son candidatos a delegados por ese sector los empresarios Roberto Bruzzone, Julio Arrieta, María L. Fenoglio, la funcionaria provincial Norma Gómez, la exdefensora del Pueblo Beatriz Oñate y el exintendente de Dina Huapi, Danilo Rojas.

También son candidatos rojos el dirigente social José “Cachito” Lepio, los dirigentes peronistas Diego Puente, Osvaldo Nemirovsci, el director de Tránsito municipal, Carlos Catini, René Barriga, Oscar Borchichi, Oscar Zamora, Tomás Guevara, José Mella (funcionario del intendente Gustavo Gennuso), el exfuncionario de Anses y candidato a intendente de Juntos por el Cambio, Santiago Palmeyro.

La Lista Blanca que logró romper la hegemonía roja va dividida a la elección. Por un lado, está la Lista Blanca Verde, con varios dirigentes vinculados a Juntos por el Cambio. Es la lista del sector del presidente de la CEB, Carlos Aristegui, que no es candidato.

El dato

175 millones de pesos
Son los gastos corrientes mensuales de la Cooperativa de Electricidad Bariloche.
55.434 socios
Tiene la institución que presta el servicio de luz en la zona. El 87% está habilitado para votar.

La lista la lidera Pamela Najul, como primera candidata a consejera. La acompañan Hugo Orsili (consejero suplente de la CEB) y Lucas Gattás (exdelegado local del Ministerio de Trabajo durante el gobierno macrista).
Por el otro, se anotó para competir la Lista Blanca y Celeste, que encabeza el dirigente del gremio de los peones de taxis Luis Barrales, que va por otro mandato como consejero, seguido del secretario general de Utedyc, José Luis Poggi, y María Oyarzo.

La sociedad Aristegui y Barrales se rompió tiempo atrás. Nadie dio muchas explicaciones del motivo de la ruptura. Pero en el sector rojo advierten que es una estrategia para sumar votos y que en la asamblea votarán juntos.

La CEB tiene unos 55.400 asociados y mueve unos 175 millones de pesos mensuales en gastos corrientes. Además, es una vidriera para cualquier dirigente con ambiciones de llegar al sillón de la Intendencia. Ocurrió, por ejemplo, con Alberto Icare y Omar Goye. Y es una fuente de empleo por los contratos discrecionales que se pueden generar.

En la Lista Roja hay dirigentes que tiempo atrás estaban en veredas opuestas. El peronista Leandro Costa Brutten va como candidato a delegado por los rojos después de haber denunciado penalmente a dirigentes de ese sector por irregularidades cuando estuvieron frente de al conducción de la CEB. Denunció, por ejemplo, la “práctica ilegal de captación de recursos” mediante el cobro de sumas extras en el talón B de la factura eléctrica y el “desvío” irregular de fondos hacia la empresa AVC, vinculada la CEB. La denuncia en la fiscalía no tuvo eco.

El polémico talón B, que le permitió a la gestión de los rojos cubrir desequilibrios financieros durante años, lo eliminaron en septiembre de 2019 de la factura. Fue poco antes de las elecciones de noviembre de ese año que perdieron con los blancos.

La CEB debe renovar tres cargos de consejeros titulares, cinco consejeros suplentes, la comisión fiscalizadora completa (tres titulares y tres suplentes) y la asamblea de delegados integrada por 102 titulares y 46 suplentes. Entre las tres listas son más de 480 candidatos.

En la Lista Blanca y Celeste se anotó Matías Carzalo, hijo del dueño de la chocolatería Mamuschka, el excandidato a intendente por el Frente de Todos Daniel Natapof, el presidente de la Liga de Fútbol Bariloche, Horacio Fuentes, el exprecandidato a diputado por la UCR Antonio Zidar, entre otros.

En la Blanca y Verde figuran como candidatos a delegados los empresarios Jorge Elvira y Alfredo Carniel, la abogada y extitular de la junta electoral del municipio, Karina Chueri, el exgerente de Crear, el radical Pablo Vuotto, el abogado y exconcejal, Diego Breide y el hermano del sindicalista de la UTA, Rubén Iarlori.

Muchos dirigentes quieren una silla en la CEB, pero los asociados tienen la última palabra.

El balance último cerró con 88 millones en rojo

La asamblea general, conformada por los 102 delegados que serán elegidos el 6 de noviembre, deberá analizar el balance y cierre de ejercicio último de la CEB, que cerró con un resultado negativo de 88 millones de pesos, informó el gerente general, Federico Lutz.

Explicó que ese pasivo se originó en un año marcado por la pandemia. Dijo que el nivel de cobrabilidad cayó por debajo del 50%, sumado al aumento de los insumos que la cooperativa usa para sus operaciones, a raíz de la inflación, y los incrementos de los costos salariales. Hoy el nivel de cobrabilidad se ubica apenas en el 70%.

Sostuvo que durante todo ese ejercicio (que va desde finales de junio del año pasado hasta el 30 de junio de 2021), la CEB se sostuvo a costa de la pérdida de capital de trabajo y hubo que diferir pagos a proveedores, obligaciones fiscales, entre otros. “Creció la inflación, aumentaron los salarios y, por otro lado, disminuyeron los pagos y a la CEB le quitaron la posibilidad de cortar el servicio, todo en un contexto de tarifas congeladas”, comentó.

El resultado negativo del balance y ejercicio anterior (junio 2019/junio 2020) había sido de 18 millones de pesos. Lutz afirmó que la CEB mantiene su patrimonio neto y que los gastos corrientes mensuales ascienden a 175 millones de pesos.

Aclaró que esos 88 millones no corresponden a un déficit “porque nuestros créditos por cobrar superan nuestras deudas”. “Tenemos arriba de los 800 millones de pesos por cobrar”, comunicó.


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