Gennuso se juega la reelección con un envión de obra pública

En intendente de Bariloche apura los plazos para poder mostrar avances antes de las elecciones de septiembre. La oposición opina que tras 3 años de parálisis, el plan de trabajos tiene mucho de electoral.

No es sorpresa para nadie que el intendente Gustavo Gennuso funda buena parte de su proyecto de reelección en el desarrollo de la obra pública, con el acento puesto en la diversidad y la distribución geográfica de los proyectos antes que en el monto de la inversión total.

Esto último no es fácil de precisar porque los recursos son de origen diverso y los aportes del municipio con fondos propios son los de menor peso en el total. En este renglón aparecen las obras costeadas con el fondo fiduciario para asfalto y bacheo aprobado por ordenanza el año pasado, las del tramo municipal del Plan Castello y las afrontadas con la tasa al turista en las cuáles no tiene injerencia exclusiva el gobierno, porque la decisión sobre cómo se gasta ese dinero depende de una comisión con presencia del empresariado.

El fondo fiduciario alcanza los 86 millones de pesos y las primeras obras ya están en plena ejecución, a pesar de que el envío del dinero por parte de Nación sigue demorado.

La tasa al turista fue aplicada en los últimos meses a la parquización, bicisenda y ornamentación del ingreso este, y también a la construcción del pump truck de la Costanera (ya estrenado) y del skate park, que está en plena obra. En total ese gravamen tiene previsto recaudar 47 millones a lo largo del año.

Ha costado llegar a este punto (de ejecución de obras), para que se vean. Porque hubo que ordenar antes muchas cosas”.

Viviana Gelain, concejal de Juntos Somos Bariloche.

De distinta naturaleza es el empréstito por 2,5 millones de dólares acordado por intermediación provincial en el marco del plan Castello para construir un nuevo puente sobre el arroyo Ñireco y las obras de ampliación y mejoramiento del cementerio.

Pero los proyectos más importantes se ejecutan con dinero ajeno al municipio, como el segundo módulo de la planta depuradora (Nación) y la modernización de la calle Mitre (provincia), que Gennuso tomó a su cargo y espera terminar sin sobresaltos antes de la primavera.

Fuera de esos casos, el municipio apostó a una grilla de emprendimientos de baja escala que atienden también demandas históricas y contribuyen a mostrar una gestión atenta y resolutiva.

La cercanía de las elecciones municipales (faltan casi cinco meses) no es un dato indiferente a la hora de tomar esas decisiones. Se nota en el esmero puesto al programar los tiempos de licitación de cada proyecto y la adecuación a las imposiciones de la veda climática.

La idea es mostrar resultados cuanto antes, con oportunas inauguraciones o bien con trabajos en marcha que modifiquen la fisonomía de la ciudad, pongan verde donde no lo hay y alivien malestares crónicos como las calles intransitables en temporada de lluvias.

La comunicación institucional del municipio suele detenerse cada vez más en la descripción y el avance de las obras.

En la última semana hubo un repaso sobre la construcción de 180 nuevos nichos en el cementerio, a los que se suma la ampliación y mejora del edificio destinado a la morgue, el osario y la administración del complejo.

Pluviales en el barrio El Cóndor. (Foto: Alfredo Leiva)

También fueron subrayadas las obras de pavimentación que están en marcha en la calle Pasaje Gutiérrez y las que delínean los perfiles del futuro skate park.

La dinámica buscada incluyó la apertura de sobres, en días sucesivos, de cuatro licitaciones de asfalto convenientemente distribuidas en distintos puntos de la ciudad.

Componen ese paquete la repavimentación de la avenida Herman y de la calle Mange entre Quaglia y Beschtedt (en el Alto), la calle España en pleno centro y calle Furman entre Pioneros y Bustillo, en la zona Oeste.

Cuerda sensible

El intendente Gennuso dijo que esos proyectos apuntan a resolver “pedidos muy importantes de la comunidad”, y también incluyó bajo ese título a los pluviales de Nahuel Hue y a las cloacas del San Francisco.

Entre otras obra menores ejecutadas con fondos municipales aparecen el llamado Puente Negro en Villa Los Coihues, el embellecimiento de la Costanera y un plan de construcción de bicisenda, ordenamiento vial y parquización de la avenida Herman, que comenzará antes del invierno.

Obras grandes, abstenerse

Gennuso sabe que el municipio sólo puede encarar inversiones dentro de lo “alcanzable” con un presupuesto modesto, que destina el 80% del gasto al pago de sueldos. Pero entiende que las obras que dejan marca son de una categoría distinta.

Dijo que los pedidos de ayuda a Nación para afrontar otros proyectos, por ejemplo para resolver el problema del tránsito, no encontraron eco alguno.

«La negativa fue total” cuando presentó al ministro Guillermo Dietrich un pedido para incluir en el presupuesto nacional la reconversión y ensanche de la avenida Bustillo, valuada en 2.000 millones de pesos. Por la misma razón estaría postergada la iniciativa de construir un tren o un tranvía urbano.

A Gennuso le preocupa también que la Nación -a medida que completa las obras de saneamiento y del aeropuerto que están en pleno desarrollo- “no plantee nuevas licitaciones de envergadura, por ejemplo en proyectos viales y en viviendas, que son muy demandantes de mano de obra”.

en la Costanera se construye un skate park donde estaba la pileta. (Foto: Alfredo Leiva)

Una valoración distinta de los trabajos

El énfasis que la actual gestión puso este año en la obra pública genera reacciones distintas en el terreno político. Para la concejal oficialista Viviana Gelain, Bariloche vive “un gran momento” en materia de obras.

Señaló que “ha costado llegar a este punto, para que se vean. Porque hubo que ordenar antes muchas cosas, como pasó con el Promeba para los barrios Malvinas y Nahuel Hue”, donde la Nación retuvo fondos hasta contar con las rendiciones atrasadas y los proyectos adecuados “bajo nuevas reglas”.

Gelain destacó el compromiso de “cerrar el ciclo de lo prometido con hechos”.

Admitió que la principal frustración es llegar al final del mandato sin contar con la nueva terminal y entre las deudas mencionó la ruta a Llao Llao y el Centro de Congresos.

En la vereda de enfrente, el concejal del FpV Daniel Natapof evaluó que el auge actual de la obra pública “es claramente una movida electoral” y la contrastó con “tres años y medio de una casi inactividad” en ese rubro. Le achacó a Gennuso “haber apelado al viejo recurso de no hacer obras y largarlas todas juntas”.

Dijo que su gestión estuvo “plagada de promesas incumplidas, como el plan de veredas, y las obras que iban a hacer las juntas vecinales con fondos transferidos por el municipio”.

A su juicio, el efecto de multiplicar las obras en estos meses tendrá poco efecto electoral porque “la gente no es tonta y mide toda la gestión”.


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