Hoteleros de Bariloche describen un panorama «devastador»

El nuevo horizonte de apertura de la actividad turística es septiembre aunque no hay certeza. El aumento de casos de coronavirus en la ciudad, preocupa.

 Los peores presagios que corrieron al inicio de la cuarentena terminaron por cumplirse y los empresarios turísticos ya tienen asumido que el invierno pasará de largo sin siquiera una mínima reactivación, como la que algunos habían vaticinado en abril y mayo.

En el sector viven con particular desesperanza los partes sanitarios que día tras día describen la progresión de contagios y muertes por coronavirus y describen el panorama como “devastador”.

La cámara nacional de la actividad hotelero gastronómica (Fehgra) dijo hace un par de días que en la actual situación el 70% de sus asociados en todo el país prevé la quiebra de sus emprendimientos. La entidad reclamó respuestas más firmes de parte del gobierno, porque “están en juego 650 mil empleos” en todo el país.

El informe tuvo fuerte repercusión en los medios nacionales y el presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Bariloche, Claudio Roccatagliata, dijo que los números en Bariloche son similares y la preocupación se agrava día a día por “el aceleramiento de los casos”.

Dijo que hace un par de meses muchos se aferraron al vaticinio de que “la curva” empezaría a decrecer como producto de la cuarentena estricta y en esta época estarían en plenos preparativos para una apertura condicionada de la temporada invernal, con “turismo de cercanía”.

Roccatagliata aceptó que hoy esa meta “se alejó totalmente” y el nuevo horizonte es “septiembre”, aunque otra vez sin garantía alguna.

“La crisis se está sintiendo muchísimo y lo peor es la incertidumbre de no saber cuándo y cómo volvemos a trabajar -afirmó el dirigente-. Es algo demoledor”.

A comienzos de junio la Asociación Empresaria Hotelera y Gastronómica informó que en Bariloche ya habían cerrado una decena de restoranes. Roccatagliata dijo que los hoteles tienen algo más de resto pero van en el mismo camino. Al menos le consta que un establecimiento de ese tipo, sobre la calle Moreno, ya dispuso su cierre y rescindió el contrato de alquiler.

Señaló que para el empresario no hay muchas opciones, porque “está prohibido trabajar y también despedir”. Dijo que en los casos de cierre definitivo la relación con el personal se resolverá “con la apertura de procedimientos de crisis, y eventualmente el concurso y quiebra”.


Ayuda extra


Roccatagliata dijo que la Fehgra emitió su mensaje de alerta mientras intensifica la gestión para lograr el dictado de la emergencia turística para todo el país y un nuevo paquete de ayuda.

Dijo que el error de cálculo (o las estimaciones que pecaron de optimistas) quedan a la vista con el plazo de gracia de tres meses concedido a quienes tomaron créditos en marzo, con una tasa subsidiada del 24%.

Roccatagliata dijo que “no fueron muchas empresas porque el trámite era engorroso, pero ahora tienen que empezar a pagar las cuotas caídas y siguen con actividad cero”.

También la emergencia económica municipal fue aprobada por 90 días y está a punto de ser extendida por otro plazo similar.

El dirigente empresario dijo que la pretensión del sector a nivel país es lograr la exención de impuestos (no el diferimiento, como hasta ahora) y la continuidad del programa ATP para el pago de salarios con recursos públicos “por lo menos hasta fin de año”.

Dijo que también hay expectativa para que el gobierno avance en la prometida operatoria de créditos con sustento del BID, que serían a tasa cero y con amortización a partir de 2021.

A nivel local, a los hoteleros les preocupan el alto volumen de costos fijos, que deben afrontar aun con las puertas cerradas. Entre ellos el cargo por potencia eléctrica instalada, que ronda los 100 mil pesos, cualquiera sea el consumo. Roccatagliata dijo que no consiguieron hasta ahora que el EPRE disponga la suspensión de ese cargo para Río Negro, como ya ocurrió en otros distritos. Las notas enviadas a la secretaria de Energía Andrea Confini no tuvieron respuesta.

“El cierre formal del restorán o del hotel es la única forma de evitar ciertos costos que siguen corriendo, como seguros e impuestos -explicó-. Se pide la baja comercial y hay un ahorro inmediato. Aunque tal vez no sea definitivo”.

Insistió en que la perspectiva que enfrentan hoy es peor que antes porque “la temporada de invierno no se posterga, sino que se perdió en forma definitiva, Y volver en septiembre, si bien es lo deseable, sería para trabajar varios meses a pérdida, porque hará falta recomponer capital de trabajo, la mercadería perdida, los insumos, pintar los hoteles y muchos gastos acumulados”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios