Ibuprofeno inhalatorio: la nueva polémica alrededor del coronavirus en Neuquén

Luego del golpe que significó la muerte de un niño cuya familia aseguró haberle dado dióxido de cloro, se abre un nuevo debate, pero más complejo, porque en este caso se trata de una droga que se usa de otra forma y para otras patologías.

Los tratamientos y supuestos medicamentos vinculados al coronavirus vuelven a generar polémica en Neuquén, luego del golpe que significó la muerte de un niño de cinco cuya familia dijo haberle dado dióxido de cloro. En este caso, el producto señalado es el ibuprofeno inhalatorio, sobre el que se han expresado el Ministerio de Salud, farmacéuticos y la Red Argentina Pública de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (Redarets) . Además, hace casi un mes se presentó un proyecto para que la Legislatura apruebe su uso.

Para comenzar a esclarecer la situación, la diferencia entre el dióxido de cloro y el ibuprofeno es que este último es una droga que fue aprobada para el consumo humano, aunque para otras patologías y no en la versión nebulizable. El primero no es apto para el consumo de personas, está comprobado el rápido efecto adverso sobre distintos órganos y no hay estudios científicos en el mundo que avalen un uso terapéutico -aunque sus promotores usen estrategias para desmentirlo-.

Si bien el ibuprofeno es una droga habilitada, lo que no se conoce aún, aseguran tanto de Redarets, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y el Ministerio de Salud de Neuquén, es el efecto de la versión inhalatoria. El 18 de septiembre, la Red destacó que se conocían dos estudios, pero tres días después se informó sobre el pedido para realizar uno más, el de “Luarprofeno” (ibuprofeno en solución inhalatoria y nebulizable).

Esto quiere decir que la Anmat no aprobó el ibuprofeno inhalatorio.


Los estudios sobre el ibuprofeno inhalatario


Los estudios están vinculados a Córdoba. Uno está relacionado a pacientes con fibrosis quística. Consiste en ensayos in vitro que demostrarían acción sobre bacterias. Desde la Redarets destacaron, entonces, que no se conoce el efecto real en un cuerpo humano ni sobre virus y que este tipo de presentación de la droga no fue autorizado por ANMAT.

El otro estudio al que hace referencia la Red es el «Córdoba trial» que, según explica, se utiliza en pacientes con coronavirus dentro de los términos del «uso compasivo». Según Salud, «es un acto médico de empleo de un medicamento o una terapia, bajo la prescripción de un profesional, considerada de última instancia, destinado a salvar la vida o mitigar el sufrimiento de un paciente individual».

«Córdoba trial» comenzó a recolectar datos en mayo de este año y espera tener resultados para enero del próximo. Los participantes son 40 pacientes con coronavirus que reciben ibuprofeno por inhalación tres veces al día, además de la atención estándar, hasta que tengan un resultado negativo, su médico lo considere suficiente o el paciente solicite dejar de hacerlo.

Para Redarets «no es un ensayo clínico controlado ni aleatorizado que constituye el gold standard para establecer si un nuevo tratamiento es efectivo y seguro» ¿Y cuál es la importancia de que un medicamento se estudie bajo estos parámetros?: garantizar la calidad de los datos, reduciendo al mínimo posible los sesgos, o sea, favorecer resultados que avalen la teoría inicial, por sobre otros.

«La RedArets no recomienda el uso de ibuprofeno inhalatorio hasta no contar con evidencia sobre su eficacia y seguridad proveniente de estudios clínicos bien diseñados con bajo riesgo de sesgo como los ensayos controlados aleatorizados».

Extracto del comunicado de la Red Argentina Pública de Evaluación de Tecnologías Sanitarias.

¿Es legal?


El Ministerio de Salud neuquino adhirió a la postura de la Redarets de no recomendar el uso del ibuprofeno inhalatorio «hasta no contar con
evidencia sobre su eficacia y seguridad proveniente de estudios clínicos bien diseñados con bajo riesgo de sesgo como los ensayos controlados aleatorizados».

El presidente del Colegio Médico de Neuquén, Omar Álvaro, se expresó en el mismo sentido. «Nosotros institucionalmente nunca vamos a avalar el uso de un producto que no esté avalado correctamente por los organismos correspondientes».

Sin embargo, esto no quiere decir que el uso del medicamento sea ilegal. Quien explicó sobre este aspecto fue el abogado del Ministerio de Salud de Neuquén, Juan Schumacher, quien explicó que hay tres vías para la utilización de esta clase de drogas.

Una es por el uso compasivo, o sea en última instancia, que hace referencia a la Disposición 840 de 1995, que regulaba la «prescripción individual y/o importación de drogas no comercializadas en el país, fundamentada en razones médicas debidamente justificadas». Sin embargo, fue derogada por una nueva, la 4616, del año pasado, que creó el Régimen de Accesibilidad de Excepción a Medicamentos que establece el procedimiento de autorización de importación para productos que no están disponibles en el país.

Otra de las vías, explicó el abogado, es que un médico decida suministrarle a su paciente un medicamento que existe, que fue aprobado por la ANMAT, pero no está probado que funcione en esa enfermedad sino en otra.

La tercera vía que mencionó Schumacher es la de que un médico recete una fórmula magistral, lo que puede estar previsto dentro de un protocolo de investigación. En estos casos, los profesionales son los únicos responsables de lo que pueda ocurrir.

Los farmacéuticos que preparan las formulas no deben promocionar los productos ni tenerlos de elaboradas anteriormente, o sea, en «stock». Un grupo de farmacéuticos neuquinos ha declarado en distintos medios que está elaborando el ibuprofeno inhalatorio bajo receta y cuestionaron la postura de Salud.

La medicina no es una ciencia de resultados, sino de medios»,

reflexionó el abogado del Ministerio de Salud, Juan Schumacher.

El rol de las provincias


A comienzos de septiembre, según Télam, Córdoba, Buenos Aires, La Rioja y Jujuy permitieron el uso del ibuprofeno inhalatorio. Poco tiempo después se sumó Santa Fe y, a comienzos de octubre, lo hizo Mendoza. Los permisos surgieron desde los órganos legislativos, creando un «Protocolo de Actuación Destinado a Facilitar la Indicación del Plan de Uso Compasivo Ampliado (UCA) de Medicamentos en Enfermedades Pandémicas”.

Según Schumacher, es la autoridad sanitaria la que avala o no el uso de medicamentos, teniendo en cuenta las vías que se explican anteriormente. En Neuquén, Lucas Castelli y Ayelén Quiroga, de Juntos por el Cambio, presentaron en la Legislatura un proyecto de resolución para que el Ministerio de Salud autorice el “uso compasivo” de ibuprofeno sódico hipertónico nebulizable en pacientes con Covid-19 graves o en estado terminal. 

En la propuesta aseguran que en las otras provincias tiene «buenos resultados, sin efectos negativos comprobables y con una evolución favorable en los pacientes a los que se les suministró el ibuprofeno inhalado». De hecho, el 31 de agosto la Sociedad Argentina de Neumonología emitió un comunicado apoyando «los esfuerzos de los científicos y médicos involucrados en el tratamiento con Ibuprofenato de sodio hipertónico nebulizable a pacientes con Covid-19″.

Sin embargo, tanto la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y la Sociedad Argentina de Infectología manifestaron una postura similar a la de la Red Argentina Pública de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, mirando con preocupación que se utilicen medicamentos cuya eficacia no fue comprobada.


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