Juicio de Fernando Báez Sosa: los gestos de los rugbiers tras la primera audiencia de alegatos
Reviví la transmisión de la Suprema Corte de Justicia Provincia de Buenos Aires donde captaron los rostros de los ocho rugbiers. En silencio, escucharon a los fiscales y a los abogados de la familia del joven asesinado en Villa Gesell.
A lo largo de la primera parte de los alegatos, los ocho acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa se mostraron atentos a cada palabra del fiscal Gustavo García y los videos que fue exhibiendo durante las dos primeras horas de la jornada. La tensión aumentó durante la segunda parte, cuando tocó el turno de la querella y los abogados de la familia Báez Sosa, apuntaron uno por uno, a los acusados.
Con gestos de preocupación y caras indiferentes, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, fueron testigos del pedido de la Fiscalía.
Sin emitir ninguna palabra, cada uno de los acusados mantuvo una postura cabizbaja y con manos cruzadas entre las piernas. Algunos miraban de reojo las declaraciones del fiscal Dávila y las cámaras los mostraron inquietos. Otros, mantenían la vista al frente inmutables.
Por su parte, los familiares de los imputados estaban sentados detrás de ellos, ocupaban tres pupitres. Eran quince. De ellos, entre tres y cuatro sólo seguían lo que se iba mostrando en la pantalla. No hablaban entre sí, permanecían con la cabeza agachada o tomándose el rostro.
«Señores jueces, se ha acreditado tanto lo que es la materialidad ilícita en la cual debe ser calificada como homicidio doblemente agravado. Por haber sido cometido por alevosía, premeditado por dos o más personas, en concurso ideal con el delito de lesiones leves reiteradas», aseguró el fiscal Juan Manuel Dávila, y sentenció pidiendo «que sean condenados a la pena de prisión perpetua».
Las caras de los rugbiers reflejaban la incertidumbre sobre cómo finalizará el tratamiento penal del juicio que afrontan. Luego de escuchar y ver en detalles los videos tras las acusaciones de la Fiscalía, a los rugbiers solo les restaba esperar los alegatos de Fernando Burlando y su equipo jurídico.
«Todos, absolutamente todos participaron. Todos asesinaron a Fernando Báez Sosa», comenzó Fernando Burlando su intervención después del cuarto intermedio del primer día de alegatos, este miércoles.
Al escuchar las primeras intervenciones de la querella, los acusados mantuvieron el mismo accionar que tuvieron durante la primera etapa de alegatos: miraron para adelante y ninguno gesticuló, solo Blas Cinalli quien fue el único que cruzó los brazos por debajo de las axilas, mientras observaba seriamente cada una de las exposiciones.
Siguiendo con los familiares de los acusados, los padres de los rugbiers permanecieron en la sala y se los observó conmovidos. El papá de Enzo Comelli se comió las uñas y su esposa se mostró muy conmovida. La madre de Luciano y Ciro Pertossi se mostró muy afectada, la mamá de Ayrton Viollaz rompió en llanto, en cada pedido de prisión perpetua.
Sin dudas, la madre de Máximo Thomsen fue quien más se mostró abatida por la situación. Tuvo la cabeza apoyada en el pupitre de enfrente y se ocultó la cara con un brazo. La tensión crecía en la mujer cuando se refirieron a su hijo como el líder del «plan» que argumentó tanto la Fiscalía como la querella, en la exposición ante el Tribunal.
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