Luciana Muñoz: ausencias y chicanas en una audiencia a casi un año de su desaparición en Neuquén
El caso por falso testimonio contra un exnovio es la única vía judicial abierta, pero también quedó empantanada entre chicanas y dilaciones. Mientras tanto, Luciana Muñoz sigue desaparecida.
«Alguien del Ministerio Público Fiscal tiene que venir a dar la cara», dijo el juez Juan Guaita, al límite de su paciencia. Después de una hora de espera apareció el fiscal Andrés Azar para pedir en persona lo que antes había solicitado por correo electrónico: la suspensión de la audiencia. La defensora particular Sol Pérez de León protestó. Y en medio de un vendaval de acusaciones cruzadas de «mala fe procesal» y «desprolijidades», la fiscalía logró su objetivo: ganar más tiempo. No se puede hablar de triunfo: todo esto ocurrió en el marco de la investigación por la desaparición de Luciana Muñoz en Neuquén, de la cual se cumplirá un año el 13 de julio de 2025. Si algo se perdió hasta ahora es tiempo.
Por la desaparición de Luciana no hay imputados y la causa principal sigue paralizada. El único y frágil eslabón que sostiene la fiscalía es Carlos Maximiliano Avilez, un exnovio acusado de falso testimonio porque supuestamente mintió sobre cuándo vio a la joven por última vez.
La audiencia de este lunes había sido solicitada por la defensora Pérez de León para pedir el sobreseimiento del joven. Su teoría del caso se apoya en un argumento técnico: cuando le tomaron declaración, Avilez ya era sospechoso de la desaparición, por lo tanto no debió hacerlo bajo juramento de decir verdad. Y nadie está obligado a declarar contra sí mismo.
Avilez —en libertad— asistió con un aire de total despreocupación. Miró a un lado y al otro mientras se producían los cruces entre abogados, y se entretuvo con su teléfono durante los prolongados cuartos intermedios. Lo acompañó su padre, tan ajeno a la tensión como él.
El pedido de suspensión
Cuando finalmente se abrió la audiencia sólo estaban presentes el juez Guaita y la defensora Pérez de León. Un agente de la Oficina Judicial informó que el fiscal Andrés Azar había pedido varias veces la suspensión, cancelación o reprogramación porque se le superponía con un juicio oral por homicidio agravado que se desarrollaba a esa misma hora, en otra sala y otro piso de la Ciudad Judicial.
También se ausentó el querellante, Alfredo Cury, quien representa a la mamá de Luciana. Hasta minutos antes había participado de una audiencia por la estafa con planes sociales, causa en la que está imputado.
El agente de la Oficina Judicial aclaró que al fiscal ya se le había rechazado el pedido de postergación y que el querellante había sido notificado. Guaita ordenó entonces que comparezca “alguien de la fiscalía”. “El Ministerio Público tiene muchos recursos. Alguien tiene que venir a dar una explicación”, insistió.
«Debo y quiero»
Alrededor de una hora después apareció Azar. Explicó que había tenido que abandonar un juicio «que estaba programado desde hace 20 días» y que “debo, quiero estar presente” en la audiencia de Avilez, por eso pidió la suspensión para otra fecha en la que pueda asistir. Para la fiscalía, la desaparición de Luciana es el caso más importante. Sin embargo, parece que Azar es irreemplazable.
La defensora Pérez de León retrucó: “El imputado no debe cargar con que la fiscalía no tenga gente”. Atacó: «creo que hay dilación para mantener a Avilez atado a este proceso». No es la primera vez que se frustra una audiencia para debatir el sobreseimiento.
Criticó también que no le entregan toda la prueba que necesita para ejercer su trabajo de forma eficaz.
Cruces y chicanas
Azar respondió que la abogada particular no comprende la organización interna del Ministerio Público. Con esa chispa, se abrió un capítulo de chicanas: se cruzaron reproches de “mala fe procesal” y acusaciones de trabas y desprolijidades.
La tensión entre ambos no es nueva: Azar y Pérez de León ya protagonizaron una disputa seria en el caso Valeria Lobos, la joven asesinada por Franco Montoya en Centenario. Allí, el fiscal intentó maniobrar a último momento con una acusación por femicidio, la defensora se opuso y la jueza Carina Álvarez le dio la razón, reprochando el intento de la fiscalía.
Audiencia suspendida
De vuelta en la sala, sin acuerdo a la vista y con la discusión trabada, Guaita suspendió la audiencia. Le recordó a la fiscalía que debe extremar los esfuerzos para evitar escenas como esta: “Entiendo que Azar no tiene un reemplazante idóneo, pero alguien tiene que dar la cara”, repitió.
Antes de cerrar, ordenó que la fiscalía entregue en un plazo de 10 días hábiles (luego lo extendió a 12) toda la prueba pendiente para que la defensa de Avilez pueda ejercer su trabajo de forma completa. Al querellante Cury le impuso una multa (puede apelar) por su ausencia injustificada.
A los 12 días hábiles se agrega la feria de invierno, por lo que hasta mediados de agosto posiblemente no haya novedades.
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