La lluvia salvó a Rafa Nadal en Roma

“La interrupción por la lluvia fue importante, no creía que me fuera a ayudar, pero sí que lo hizo. Después de eso fui capaz de volver con las ideas más claras”. Así lo admitió Rafael Nadal, a quien la lluvia le devolvió las fuerzas para conquistar ayer por octava vez en su carrera el Masters 1000 de Roma, última gran cita antes de Roland Garros.

Rafa superó en la final al joven alemán Alexander Zverev por 6-1, 1-6 y 6-3, con lo que recuperará hoy el número 1 del ranking ATP.

Nadal, eliminado hace un año en cuartos de final en la capital italiana por el austríaco Dominic Thiem, necesitaba levantar el trofeo para desbancar a Roger Federer de lo más alto de la clasificación mundial. El suizo optó por no participar en la temporada sobre polvo de ladrillo, incluido Roland Garros, para concentrarse en la de hierba y especialmente en Wimbledon.

La victoria del mallorquín de 31 años sobre el número 3 mundial llegó después de una interrupción por la lluvia en el tercer set, cuando Zverev ganaba 3-2 y servía para ponerse 4-2. Sin embrago el español encadenó cuatro juegos a su favor tras la reanudación y pudo derrotar así al defensor del título.

Zverev (21 años), campeón en Múnich y Madrid en las semanas anteriores, estuvo cerca también en Roma, pero la reacción final de Nadal se lo impidió. Se confirmó, en cualquier caso, como uno de los grandes aspirantes en Roland Garros.

“Llegué aquí con 13 victorias seguidas y me quedo ahora tan cerca… Pero bueno, perder contra Rafa en esta superficie es algo que te puede pasar”, bromeó el alemán durante la ceremonia de entrega de trofeos.

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