La mamá que volvió a escuchar el corazón de su hijo

Después de tres años, Marisa, de Luis Beltrán, conoció al hombre de Roca al que trasplantaron el corazón de su hijo, Franco. “Fue como recibir una visita de mi hijo”, se emociona la mujer. “Sentimos los latidos de Franco. Ya era tiempo de conocerlo”.

Franco murió hace tres años, como consecuencia de un accidente. Tenía 24.
Eran las 9 de la mañana del domingo 18 de febrero de 2018, y su mamá, Marisa Albornoz Medel estaba en la casa, planchando. Oyó las sirenas y tuvo un mal presentimiento, cuenta ahora esta mujer de Luis Beltrán, que recuerda que sintió frío en todo el cuerpo. Un rato más tarde le llegaba trágico el aviso de la urgencia y de la necesidad de trasladar a su hijo a Roca. El daño era irreversible.
Ahora, tres años más tarde Marisa pudo escuchar los latidos del corazón de su hijo en otra persona. Fue un momento único y estremecedor, un manojo de profundos sentimientos y emociones, y pudo acariciar por un instante la vida llevando un manto de calma, al espíritu de la mujer.


En estos 3 años, la familia de Franco y la familia del roquense José Manuel Ruiz, de 67 años, quien recibió el corazón del muchacho, se buscaron, intercambiaron mensajes, dialogaron y finalmente se encontraron.

“Fue como recibir una visita de mi hijo”.

Marisa


“Sentimos el corazón de Franco. Mucha emoción. Creo que ya era el tiempo de conocerlo”, dice la mujer entre lágrimas. “Él -refiriéndose a Ruiz – es muy respetuoso y nos agradeció. Igual es difícil explicar. Pensé: mi hijo murió pero este hombre vive gracias a él”, se emociona Marisa otra vez.

El día trágico


Aquel domingo 18 de febrero Franco había salido a hacerle unas compras a un amigo que manejaba la cantina del balneario.
Al salir, cuatro chicos le hicieron dedo, y el joven decidió subirlos al auto para acercarlos. “Chocó contra un árbol justo en esa parte del camino. Sabemos que el análisis de alcoholemia le dio negativo. Nunca supimos que pasó. Ninguno nos contó cómo sucedió el accidente. Supimos que venía 60 km”, cuenta la mujer.

Franco era un promotor entusiasta de la donación de órganos. Según cuenta su mamá, lo veía como algo muy positivo para la ciencia y el hecho de ser donante lo convertía en alguien muy analítico sobre el tema . Hablaba de ese tema en la casa.
Por eso, la familia sabía que donar órganos era su decisión. Y sin embargo, asegura Marisa, “fue muy fuerte” cuando en la clínica los médicos le recordaron que se trataba de un joven donante.
“Señora, Franco, su hijo, es donante”, me dijo la médica de la clínica, en Roca, revive aquellos momentos Marisa.


“Entonces, mi esposo saca los documentos de mi hijo y con un nudo en la garganta me dice: Acá dice que es donante. Dios, mi hijo murió”,
recrea Marisa aquel duro momento.

El silencio hace espacio por unos minutos y agrega: “Nosotros sabíamos, solo que en ese momento por más que lo haya expresado en su documento, como padres nos podíamos negar. Sin embargo, aceptamos, en ese momento de tanto dolor, su voluntad”, expresó Marisa.

Promotora incansable


Desde entonces, Marisa aferrada a los valores y principios de su hijo Franco, se dedica a dar charlas para concientizar sobre la importancia de la donación de órganos.
“En mayo de 2018 invité a la Dra. Cristina Orlandi , jefa de terapia intensiva del Hospital Lopez Lima, a Beltrán a dar una charla en el colegio secundario, junto a Sandro, su papá y Betaina Maureria del hospital de Luis Beltrán”, indica Marisa.
Sobre fin de año se organizó un concurso para escuelas primarias de Beltrán sobre la concientización de órganos, del que participó mucha gente. En 2019, Marisa dio tres charlas más.
En diciembre del 2019, fue a Viedma y siguió fomentando la donación.

¿Quien era Franco?


Franco Emiliano Barlanda nació 5 de julio 1993. Hijo único, se crió en el seno de una familia lleno de amor. Era una persona con empatía con el dolor ajeno, ayudaba y era solidario, compartía con el que necesita. Siempre estuvo rodeado de muchos amigos ya que era muy sociable y se caracterizaba por ayudar al que necesitaba”, enumera la mamá.
Franco había empezado a estudiar medicina y se había decidido por radiología.

Franco, en una selfie, con su mamá.

Marisa cuenta que ella siempre fue temerosa de los accidentes y esperaba con gran preocupación cada vez que Franco viajaba hasta que este le avisara si había llegado bien.
Un recuerdo que quedó patentado en su mente fue cuando, al renovar sus documentos, le dijo: “Mamá soy donante”.
Además, Franco amaba el folklore y siempre escuchaba una canción de Marcelo Miraglia, “El corazón”, la historia de una nena, la que su papá le dona su corazón.

La otra parte de la historia.


El roquense José Manuel Ruiz padecía una enfermedad congénita, pero su dedicación al deporte ayudó bastante a mantener su salud y a mejorar sus condiciones de vida.
La misma afección sufrían sus padres, sus dos hermanos y sus tíos, quienes fallecieron como consecuencia de la misma dolencia.


“A los 54 sufrí un infarto a causa de arterias bloqueadas, afectando un 40% del corazón, lo cual me llevó a la colocación de dos stents”, explica José a Río Negro y añade: “Me fue bien hasta el 2012”.
Según cuenta el hombre, era paciente del Instituto Favaloro desde el 2009 donde se determinó una cirugía de revascularización coronaria (un procedimiento quirúrgico) para tratar el taponamiento de los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón (oclusión coronaria) y mejorar el flujo de sangre.
“El 20 de febrero del 2018 recibí un trasplante”, recuerda José.
“Estuve con un corazón artificial durante 30 días”, cuenta José, que en aquel entonces tenía de 64 años y figuraba en la lista de espera para trasplante eporque su corazón había entrado en emergencia nacional.
“El accidente fue el 18. El 19 Franco Berlanda, hijo único de la familia, entraba en coma irreversible y sus padres deciden donar. El chico estaba en lista de donantes”, explica Ruiz quien tiene muy presente las fechas. No es para menos.
Aquel corazón tenía nuevo destino y lo esperaba en Buenos Aires, ansioso y desesperado, por una oportunidad y esperanza de vida.


A los 15 días del trasplante, Ruiz recibió el alta provisoria, pero se quedó en Buenos Aires. hasta el mes de julio, antes de regresar a Roca.
Pasaron tres años de aquel suceso y hoy, Manuel sigue realizando sus recorridos ciclísticos, además de poder disfrutar de su familia: sus hijos y sus nietos.
Sin embargo, siente un profundo sentimiento por Franco. Lleva muy dentro de su alma a aquel muchacho de Beltrán que paradójicamente le regaló una nueva oportunidad de vida.

“Me decidí: quería conocer a los papás. Sabía que eran de Beltrán, pero no me animaba”

José


Gracias a amigos que lo ayudaron a investigar, José pudo dar con ellos.
“Nos comunicamos por mensajes por un tiempo hasta que me animé a ir y pude saber que nos buscamos mutuamente”. “La obligación era ir yo con mi familia”, acota José.

El papá de Franco escucha el corazón de su hijo


El encuentro además de emotivo y de gran congoja para ambas familias fue sin dudas una gran enseñanza sobre la importancia de donar órganos, a pesar de la tristeza de las circunstancias. Hoy, el corazón de Franco vive y sigue latiendo y escucharlo- seguramente envolvió en un a brazo de paz a sus padres- ante la terrible pérdida.
“Marisa, la mamá de Franco, mi donante es una gran defensora de la donación de órganos”, comentó Ruiz a Río Negro.
“Hoy si bien me manejo casi normal es con mucha medicación y actividad física. En verano me levanto a las 7 a desayunar y tipo 8 salgo a la ruta o las bardas”, dice Ruiz quien se dedicó durante 30 años a deportes extremos, entre tetras, pruebas combinadas y ciclismo, durante todo el año, jubilado tempranamente a causa de su salud.


José Manuel tiene 4 hijos: Verónica, Pablo, José y Mariano y sus nietos: Analía Azul, Joaquín, Juliana y Jimena. Vive con su esposa, Graciela Stadler, compañera desde hace 44 años. “Toda una guerrera, se bancó todo desde 2008 hasta hoy, una luchadora de las hostias, gracias a ella la pude contar” .


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios