La muerte de Florencia Soto: la madre pide «que se investigue la violencia»

La joven de 26 años murió de un disparo en la cabeza el 19 de marzo en Vista Alegre. No hay imputados. Lo que se sabe hasta ahora de la investigación.

Florencia Micaela Soto se aisló de su familia de un día para el otro. Más bien la aisló él, dice su madre Verónica Leal, en referencia al ex policía de Neuquén con el que se relacionó y se fue a convivir a Vista Alegre a principios de año. A partir de ese momento abandonó sus trabajos, espació sus visitas a ella y a su hijo de 7 años y su hija de 3, cambió de celular por lo menos dos veces, entre otras conductas inhabituales. El 17 de marzo le avisó a la madre que iba a empezar un nuevo empleo. El 19 murió de un disparo en la cabeza que recibió esa madrugada, en la vivienda de Vista Alegre. Pasaron cinco meses, y su mamá necesita saber qué pasó.

«Ella tenía 26 años, un hijo, una hija y muchos proyectos», relató Verónica a Vos a Diario, el programa de RN Radio. «Pero cuando conoció a este hombre se terminó todo».

Quien fue su pareja es un ex policía de 49 años cesanteado por hechos de corrupción. Nadie de la familia de Florencia lo conoció, según reveló hoy su madre.


Un cambio brusco


«Ella se aisló mucho de nosotros. Dijo que vivía en Centenario, y estaba en Vista Alegre», añadió.

Verónica describió a su hija como «muy pegota» antes del cambio. Pero en esos meses «a mí me operaron y mi hermana la tuvo que llamar para que viniera a verme. Recién ahí apareció un ratito y se fue enseguida. Yo la llamaba y no aparecía».

El 17 de marzo, Florencia le dijo que iba a empezar un trabajo nuevo. «Estaba contenta, me dijo que yo le iba a cuidar a la nena. Pero nunca me dijo qué trabajo, ni dónde. Tampoco sabíamos que había dejado los otros trabajitos que tenía».

El jueves 19, a las 8 de la mañana, una persona se acercó a su vivienda en Neuquén y le dijo que llamara al celular de su hija sin darle explicaciones. La atendió un policía de la comisaría 49, y le pidió que viajara a Vista Alegre a buscar a su nieta.

Cuando preguntó por Florencia, no le anticiparon nada. Sería el primero de una larga serie de episodios de maltratos que le descargó la policía, que se prolongaron hasta las dilaciones para entregarle el cuerpo después de la autopsia.


Esa madrugada


La marcha fue para pedir justicia por la muerte de Florencia. (Yamil Regules)

Entre las 5.20 y las 6.20 de la mañana de ese día, en la vivienda de Vista Alegre, Florencia recibió un disparo en la cabeza. El arma fue una pistola calibre 9 milímetros con numeración limada. Su pareja dice que él la encontró tirada un tiempo antes y la llevó a la casa.

La casa está colmada de cámaras de seguridad. Hay diez, aunque solamente funcionan cuatro según reveló Verónica: todas las que vigilan los movimientos externos.


La versión del expolicía


El expolicía no está imputado. Según declaró, alrededor de las 5 de la mañana tuvieron una discusión y él se fue de la casa. Subió al auto, dio unas vueltas por Centenario y regresó. Las cámaras registran la salida y la vuelta, con horarios.

Dijo que encontró a Florencia en el suelo, con el arma a su lado. La hija de 3 años dormía.

«A mí la policía me dijo ‘su hija tuvo un raspón en la cabeza, peleó con su pareja, se la llevó la ambulancia pero no se preocupe, acá hay muchas cámaras y van a saber qué pasó», relató hoy Verónica.

No era un raspón. La bala le había atravesado la cabeza.

Con el tiempo, pudo ver lo que registraron las cámaras. «Él (por el expolicía) llegó a las 6.26, estuvo como 15 o 16 minutos adentro, salió muy despacito hablando por celular. No llamó enseguida a la ambulancia, fue tranquilo, abrió la tranquera (la vivienda está en una especie de chacra) pero con pasos tranquilos, despacito».

«Declaró que llegó y la encontró muerta. Pero el primer policía que la vio se dio cuenta de que respiraba, se le movía la pancita, y dijo hay que llamar a la ambulancia, esta chica está viva«, contó Verónica.

«Si la hubieran atendido enseguida tal vez se hubiera salvado. El médico del hospital me dijo ‘perdió mucha sangre. Hicimos lo que pudimos, despídanse’. Mi hija se murió.»


¿Se perdieron pruebas?


En la Ciudad Judicial de Neuquén, familiares y amigas de Florencia pidieron que se sepa la verdad. (Yamil Regules)

En el hospital tiraron la ropa manchada con sangre que vestía Florencia. «Lo hacen por protocolo», explicó la fiscal María Eugenia Titanti, a cargo de la investigación. «Nos ha pasado otras veces, les pedimos que no lo hagan pero ellos, lo que tiene sangre lo tiran».

También le lavaron las manos, lo que borró todo posible rastro de pólvora. «Nos dicen que priorizan las maniobras para salvar la vida del paciente«, dijo Titanti ante las consultas de Río Negro.

En la ropa del expolicía había restos de pólvora, «compatibles con quien manipula un cuerpo, no con quien dispara», señaló.

Titanti dijo también que en la pulsera y el anillo de la víctima «no quedan rastros de pólvora, por eso no fueron secuestrados». Hoy la mamá de Florencia declaró que estaban con sangre y que ella los tiene en su poder, además de una cartera de su hija.

«Me dieron todas esas pertenencias a mí y yo las tengo en una bolsa de residuos, por si sirven como prueba y me las piden», señaló.

Río Negro le preguntó cómo se gana la vida el expolicía, y la fiscal evitó responder. «Ya lo informé adonde correspondía», dijo. Es probable que se refiera a que debe intervenir otro fuero en la investigación.


La violencia


Verónica se quejó debido a que «a él no le hicieron test de alcoholemia, de drogas, no le requisaron el auto, nada de eso ¿Por qué?»

Añadió en declaraciones a radio UNC CALF que Florencia «apareció dos veces con celular nuevo. Dijo que se lo habían robado, pero hay testigos que cuentan que él se lo rompía».

Además relató que «él la tenía vigilada, la llevaba al trabajo, la iba a buscar. Por eso yo quiero que se investigue la violencia».


Una pregunta


El legajo no está cerrado, y cualquier decisión que tome la fiscalía «no causa estado. No habrá un sobreseimiento ni nada que impida reabrir el legajo en el futuro», señaló Titanti.

La familia de Florencia «tiene abogadas que la representan como querellantes, pueden ofrecer prueba y están al tanto de la investigación de la fiscalía».

En el teléfono de la joven hay indicios que invitan a orientar la investigación en una dirección. Quizá el desafío está en encontrar respuesta a la pregunta: ¿era libre Florencia?


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios