La octava maravilla: con los pies sobre los glaciares

Se pueden ver desde miradores, desde el agua o en un trekking. Si bien el Perito Moreno es el más famoso, es solo uno de los glaciares que forman el Parque Nacional Los Glaciares en Santa Cruz.

Miles de personas que lo visitan concuerdan en que es difícil describirlo con palabras, fotos o videos lo que se siente cuando estás frente a los glaciares. “Hay que ir, hay que vivirlo”, aconsejan y para eso, hay que saber todo lo que se puede hacer.

Al entrar al Parque Nacional Los Glaciares, el paisaje pasa de la estepa al bosque andino patagónico. El parque tiene 724.000 hectáreas y desde 1981 integra la lista del Patrimonio Natural de la Humanidad de la Unesco.

Parque Nacional Los Glaciares

La estrella del Parque es el glaciar Perito Moreno, de 5 km de frente por 60 metros de alto y unos 257 km² de superficie de puro hielo. Nace en el inmenso campo de hielo ubicado al oeste de la provincia de Santa Cruz, que es la cuenca de alimentación de muchos de los glaciares de Chile y la Argentina.

Aunque los más grandes del Parque son el Upsala y el Viedma, el Moreno tiene la ventaja de ser el de más fácil acceso. Además, es el único que permanece en equilibrio, ya que toda la masa de hielo que recibe de su cuenca de alimentación en invierno, la pierde paulatinamente en verano. Esas “pérdidas” son el plato principal para los turistas.

Pasarelas y navegación

El Perito Moreno puede verse y disfrutarse desde unas pasarelas que fueron ampliadas y remodeladas en 2008; en total hay 4000 metros de mirador, que ofrecen diferentes ángulos para apreciar la impactante masa de hielo. Quien busque una mejor aproximación puede contratar alguna de las navegaciones breves que bordean el glaciar por sus caras sur y norte; son paseos de entre una y dos horas.

Las pasarelas que fueron ampliadas y remodeladas en 2008

Para sentir este fenómeno de la naturaleza realmente de cerca, la excursión más tradicional es el minitrekking, en la que se cruza el lago Rico en barco para luego caminar sobre el hielo del glaciar durante de dos horas, con la ayuda de grampones. Es de dificultad moderada, y por lo tanto apta casi para todo público.

Intimidad con el hielo
Pero los espíritus aventureros que quieran ir más allá, pueden apuntarse –siempre y cuando su físico y nivel de entrenamiento lo permita– en Big Ice, una exigida pero apasionante caminata de siete horas sobre el hielo.

Big Ice una caminata exigente de siete horas sobre el hielo.

Así se descubren grietas profundas, sumideros, cuevas y lagunas de un azul inverosímil. Desde ya, es imprescindible llevar adecuada ropa de abrigo e impermeable, buen calzado de trekking, anteojos oscuros y protector solar y no admiten mayores de 45 años.

Se puede llegar a la zona de pasarelas en auto, en excursión o con los servicios de transfer desde El Calafate.

Glaciares escondidos del sur

Sobre el límite con Chile y entre afiladas montañas, cascadas, valles y lagunas con témpanos, constituyen para el turista una alternativa, en un ambiente casi virginal en medio de los inmensos hielos continentales llamados el “Tercer Polo”.

Esta visita demanda un trekking de 14 kilómetros de ida y vuelta, navegaciones por dos lagos y un largo tramo por ruta de ripio. En los 55 kilómetros por la ruta provincial 15 desde El Calafate hasta el punto de embarque, en el Lago Argentino, se pasa de los bajos matorrales amarillos y rojizos de coirones y vinagrillos de la seca y polvorienta estepa al bosque de altura.

En un ambiente virginal en medio de los inmensos hielos está el llamado “tercer polo”.

En el mismo tramo se pueden ver en la estepa algunas “rocas erráticas”, bloques algo esféricos que hace miles de años viajaron sobre los glaciares y quedaron en los valles. Se entra al PN los Glaciares por el acceso Lago Roca y la primera navegación comienza en el brazo Rico del Lago Argentino y sigue por el brazo Sur, sobre aguas verde “lechosas”, cuyo tono obedece a livianos sedimentos provenientes de los glaciares.

17.000 km
de extensión lo convierten en una de las reservas de agua potable más importantes del mundo.
$800
sale la entrada al Parque Los Glaciares, residentes nacionales $ 410 y niños $ 200. Está abierto de 8 a 18 durante el verano (del 1° de septiembre al 30 de abril).

A la distancia, se ve el prominente Dedo del César, que acompañará el resto del trayecto con su pico señalando al cielo. Después de unos 45 minutos se desembarca en una playa de gruesa arena oscura, donde comienza el primer trekking, con un empinado ascenso hasta el lago Frías para el siguiente abordaje.

La segunda navegación es en aguas azul profundo, sobre un gomón tipo Zodiac. En una playa de guijarros comienza otra caminata. El viento es más fuerte cuando se llega a un promontorio y se ve la Laguna de los Témpanos y sus grandes bloques de hielo más abajo, y en derredor las lenguas blancas de los glaciares.

En la región existen varias estancias para visitar.

La frutilla del postre la conforman tres importantes glaciares, el Dikson o Frías, el Gorra o Cubo, todos en el límite con Chile, y el Grande, del que no se ve mucho su cuerpo pero sí los numerosos témpanos.

– La temporada de primavera/verano es la mejor y finaliza hacia el mes de Abril en Semana Santa, durante este tiempo compartirás con personas de distintas partes del mundo, aún de los lugares mas remotos.

– En la región existen varias estancias. Es posible visitar alguna de ellas y contemplar de cerca el trabajo de la esquila además de recorrer las instalaciones. Otras, se han dedicado de lleno al turismo y proveen toda la experiencia y el encanto del trabajo rural.

– El Calafate cuenta con una capacidad de 8455 camas. Es aconsejable hacer las reservas con no menos de un mes y en lo posible más.


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