La tasa al turista en Bariloche recauda menos y obliga a frenar proyectos

Hasta julio, ingresaron 20,5 millones de pesos, el 15,6% de lo proyectado para todo el año. El Ejecutivo admitió que se abocaron a concretar "de a puchitos" las obras que estaban a medias.

El municipio de Bariloche no pudo mantener el ritmo de obras que llevó adelante durante al menos tres años con dinero proveniente de la tasa al turista y debió congelar la planificación de nuevos proyectos, debido a la fuerte caída de la recaudación provocada por la merma de visitantes.

El mecanismo ideado por el intendente Gustavo Gennuso a fines de 2016 para ejecutar obras de infraestructura turística con una tasa que grava los alojamientos permitió construir miradores, paseos recreativos, el skate park, sistemas de riego y parquización, bicisendas, soterramiento de cables, las letras distintivas de la ciudad junto al puerto San Carlos, entre otros otros proyectos.

Todos fueron evaluados y aprobados por una comisión en la que participan representantes del Estado y del sector privado. Pero la planificación y priorización de nuevos emprendimientos entró en crisis desde el año pasado debido a la pandemia y a las limitaciones que rigen aun hoy sobre la actividad turística.

El secretario municipal de Ambiente y Desarrollo Urbano, Pablo Bullaude, reconoció que se concentraron en el último tiempo en terminar “de a puchitos” algunas obras que estaban ejecutadas a medias, como el paseo del Oeste hasta Virgen de las Nieves, o la senda parquizada en la calle Río Minero. Pero frenaron la aprobación de nuevos proyectos hasta que se normalice el flujo de fondos.

La tasa se aplica sobre los pernoctes en la ciudad (hasta un máximo de tres por pasajero) y el costo depende del tipo de alojamiento. El año pasado la recaudación se derrumbó a partir de abril, con el inicio de la cuarentena estricta y la prohibición al ingreso de visitantes, que se mantuvo hasta diciembre. Este año la expectativa era que el ingreso se recupere, pero hasta hoy sigue muy por debajo de lo esperado.

El representante de la Cámara de Turismo en la comisión de la llamada Eecotasa, Pablo Molteni, dijo que la recaudación “depende estrictamente de las noches/cama vendidas” y los planes se desbarataron porque en el pasado verano “parecía que todo volvía a la normalidad”, pero la realidad es que a partir de mayo “se cerró fuerte otra vez” y el impacto se hizo sentir.


Números magros



En lo que va de 2021, con la ejecución presupuestaria cerrada a julio, la tasa al turista aportó ingresos por 20,5 millones de pesos, apenas el 15,6% de lo previsto para todo el año. En 2020 a la misma fecha, también con la pandemia causando grave perjuicio en el turismo, había reunido 29,9 millones. La diferencia es aún mayor si se aplica el ajuste inflacionario.

Lejos están los números en años anteriores, cuando la Ecotasa tuvo su veranito de obras y los fondos se acumulaban con otra fluidez. En 2017 debutó con 20,9 millones para todo el año, en 2018 recaudó 37,6 millones y en 2019 llegó a los 69,3 millones. Fue por entonces cuando el municipio emitió un detallado informe con las 84 obras que llevaba ejecutadas con ese recurso por más de 134,1 millones de pesos y lo presentó como un “círculo virtuoso” que permitía canalizar los aportes de los turistas, encarar obras imposibles de costear de otro modo y que además generaba “trabajo para las cooperativas”.

El concejal oficialista Carlos Sánchez, también integrante de la comisión, admitió que “la recaudación es baja” y los obligó a replantear objetivos. Dijo que igual esperan algún repunte en lo inmediato, cuando empiece a notarse la mejora del turismo en invierno. “Además pasa también que algunos establecimientos se atrasan con las rendiciones y cuando empiezan a ponerse al día se nota en las cajas”, afirmó.

Bullaude dijo que tenían una carpeta voluminosa con proyectos que por ahora quedaron en suspenso, como un nuevo circuito y mirador en el parque Llao Llao, obras de mejoramiento en los balnearios (como los ya iniciados en playa del Viento) y algunos “ejes de intervención” más ambiciosos como costear con la Ecotasa las inversiones iniciales del parque Central.

Pero aclaró que no todo quedará postergado, porque una posibilidad es desvincular alguna de las obras del cronograma de la tasa al turista y buscarles financiamiento en el fondo de infraestructura turística que tiene la provincia.


Algunas razones



Pablo Molteni dijo que la recaudación de la tasa no es la prevista porque la recuperación del turismo sigue afectada severamente por las restricciones sanitarias. “Pensamos que la pandemia ya se iba, pero se instaló de nuevo”, afirmó.

Uno de los factores que impactan es la prohibición estricta que rige sobre el turismo estudiantil. Molteni recordó que el año pasado para la misma época la recaudación fue mayor porque “una empresa como Travel Rock había hecho un anticipo anual, que esta vez no existió”.

Pero no estarían allí todas las explicaciones.

El referente de la Cámara de Turismo y de la Asociación de Hostels coincidió con Sánchez en que algunos establecimientos alojativos que ya cobraron la tasa a sus pasajeros demoran las liquidaciones. “Es una realidad, hay gente que no ha pagado y que de algún modo se financian con el Estado”, admitió Molteni.

Apuntó además que “las nuevas modalidades de consumo” turístico también afectaron el rendimiento de la tasa. Explicó que la pandemia “impuso un cambio de perfil” y se multiplicó el número de visitantes que “se alojan en departamentos y casas que no están declarados, y no pagan ecotasa”.

Dijo que el turista compra alojamiento a través de portales especializados que trabajan con esos oferentes y “también mucha gente aprovechó la pandemia para hacer un mango extra, y eso también afectó la recaudación”.


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