Mercedes Iberó, la médica detrás del parte diario de coronavirus

Cada noche, la médica cirujana suma más de 3.500 seguidores en vivo cuando ofrece el informe de situación de Río Negro. Cómo es el día a día y la integración familiar para el rostro visible del Gobierno en tiempos de pandemia.

Cada noche, desde hace tres meses, asume la responsabilidad de transmitir las noticias más esperadas por los rionegrinos con el mismo ritual. Se coloca los anteojos, se acerca al micrófono y cuando la luz roja de la cámara se enciende, Mercedes Iberó detalla el reporte de todos los nuevos casos activos de coronavirus.

La transmisión por Facebook promedia los 3.500 seguidores pero ha llegado a registrar 7.000 visitas. La médica cuenta incluso con una página de seguidores llamada «Yo banco a Mercedes Iberó».

«Es todo una locura. Mi vida cambió por completo. Si antes trabajaba 10 horas, ahora trabajo 24. El teléfono no para. No hay un rato que pueda dedicarme a otra cosa que no sea coronavirus», confió la secretaria de Políticas Públicas del Ministerio de Salud de Río Negro.

Lo que más lamenta Iberó respecto a su trabajo “en épocas de pandemia” es cómo modificó la vida de sus hijos, Luna y Santiago. «El más chico me reclama que, al menos durante la cena, no atienda el celular», contó.

La secretaria de Políticas Públicas comparte su tiempo de trabajo full time con su familia. Foto: Gentileza

Cada mañana, la funcionaria se reúne con los epidemiólogos para evaluar las últimas novedades. Llama también a cada uno de los directores de los hospitales de la provincia para conocer en detalle cuántos casos sospechosos surgieron, cuántas altas se esperan y las camas disponibles. Abundan las reuniones por Zoom con otros grupos de trabajo, los referentes sanitarios de las zonas con más casos, autoridades de Nación y de la provincia.

A última hora, esta médica cirujana se aboca a elaborar el parte informativo. Ya como estudiante de Medicina en la Universidad del Salvador, intentaba transmitir con la mayor simpleza posible. “Siempre quise que me entendieran y lo cierto es que esto hoy ayuda mucho. A veces, me jugaba en contra porque si hablás fácil, no sos buen médico. No vende”, esgrimió Iberó.

Allá por el mes de enero, las autoridades sanitarias de la provincia comenzaron a reunirse para plantear distintos escenarios en relación a la posible llegada de la covid-19 a Río Negro. En ese momento, suponían que el virus sólo afectaría a las grandes ciudades. “Cuando apareció en Chimpay, nos resultaba algo imposible”, admitió Iberó.

El momento más difícil, reconoció, fue cuando se registró el primer caso en Viedma ya que tomaron la decisión de cerrar la escuela a donde concurren sus hijos. Recordó también el crudo relato del director del hospital de Choele Choel ante las autoridades sanitarias de Nación. “Habló de abril, como el mes más feo de su vida, cuando no paraban los casos y se morían los pacientes. Es un lugar chico donde todos se conocen. Y tenés en tus manos la responsabilidad de la salud de tu pueblo. Hoy hace más de un mes que no tienen casos”, dijo con tono victorioso.

Mercedes Iberó se prepara cada noche con el equipo de Comunicación de la provincia para transmitir en vivo el parte diario. Foto Gentileza

La ansiedad diaria ante la cantidad de personas hisopadas no le juega a favor. “Es tremendo estar pendiente de la cantidad de testeos, pensando cuántos pueden dar positivos y festejar cuando son pocos”, subrayó esta mujer oriunda de Zárate, provincia de Buenos Aires.

Tampoco es indiferente a la situación económica que golpea a muchos rionegrinos. “Se que vivo en una casa donde mis hijos duermen en su cuarto y yo en el mío. Tengo un sueldo y para comer. Hay gente viviendo en un cuadradito, sin saber si van a poder comer a la noche. Entiendo que a ellos no les importe el coronavirus”, concluyó.


De los inicios difíciles al crecimiento exponencial


Allá por 2003, en unas vacaciones, Iberó conoció al padre de sus hijos que trabajaba como guardavidas en Las Grutas.

Siempre había soñado con vivir en la Patagonia y junto a su pareja decidieron radicarse en Puerto Madryn, donde nacieron Luna y Santiago.

“Era muy difícil la vida al ser una mujer cirujana. Cuando me ofrecieron trabajar en el hospital de San Antonio, ni lo pensamos. Tiempo después, me preguntaron si me animaba a asumir la dirección del hospital de Bariloche”, relató.

Vivió tres años en la ciudad cordillerana. El crecimiento laboral “fue inmenso”, definió, pero también en esa ciudad, murió su esposo cuando sus hijos tenían 9 y 11 años. “Viví un año sola cuando falleció mi marido y no hay manera de explicar la grandeza de la gente. Mis mejores amigos están ahí”, indicó la mujer de 51 años.

No dudó en trasladarse a Viedma cuando le ofrecieron un puesto en el Ministerio de Salud de la provincia. “Me costó hacerme un lugar porque yo venía de ser médica. Y en el medio, me agarró la pandemia. Sé que es algo histórico”, esgrimió.

Hoy esta funcionaria se imagina una semana sin que suene su celular. Anhela también reencontrarse con su familia en Buenos Aires. “Sacando esa parte, esto es un aprendizaje constante y me reconforta el poder comunicar y entender lo que le pasa al otro”, planteó.


Férrea defensora del equipo de salud


«¿Se nos estará pasando algo?», era la pregunta constante que se hacía Iberó cuando se registró el brote de coronavirus en Valle Medio. Por eso, la médica insistía en consultar a los referentes de Nación. “Nos decían que nos quedemos tranquilos porque íbamos en buen camino”, mencionó.

Iberó valoró el trabajo de su equipo de salud. «Soy la cara visible pero hay un equipo atrás. Y tener a Fabián (Zgaib) como ministro es una tranquilidad. Soy muy ansiosa y siempre me dice que soy muy intensa”, bromeó.

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