Bariloche quiere recaudar un 152% más con las multas y pone el foco en los radares

Con fotomultas y controles de exceso de velocidad, el municipio apuesta a incrementar los ingresos por faltas en el tránsito el próximo año. El servicio está tercerizado y la comuna solo se queda con 40% de las infracciones pagas.

Bariloche cuenta ya con 20 cámaras colocadas en semáforos y homologadas para efectuar “fotomultas”, que se suman a los 12 los cinemómetros destinados a controlar los excesos de velocidad y que se convirtieron en importantes fuentes de recursos económicos para el municipio.

El dato fue debidamente apuntado por la secretaría de Hacienda a la hora de elaborar el proyecto de presupuesto 2023, donde el estimado de recaudación por multas e infracciones en general fue fijado en 626,5 millones de pesos, cuando el presupuesto actual prevé solo 248 millones, un 152% más.

El ajuste aplicado es muy superior a la pauta inflacionaria del 95% que se tomó para calcular los incrementos de otras tasas e impuestos municipales. El secretario de Hacienda, Diego Quintana, justificó lo abultado de la recaudación esperada por multas en el sistema de registro y cobro que implementó el municipio para las faltas de tránsito.

En Bariloche hay 12 los cinemómetros destinados a controlar los excesos de velocidad. Foto: Marcelo Martinez

Al igual que otros municipios, el de Bariloche privatizó el control de los automovilistas que cometen excesos de velocidad o pasan semáforos en rojo. La empresa a cargo es Vial Control SA, que se ocupa de documentar las faltas y notificar a los infractores.

El sistema se complementa con un convenio firmado con los registros de la propiedad automotor, que permite cobrar las multas en todo el país, cada vez que el titular de un vehículo realizar una transferencia. Si le aparece una deuda con el municipio de Bariloche debe pagarla antes de completar ese trámite.

Quintana dijo que existe otro acuerdo similar con la Agencia de Seguridad Vial para aplicar a los conductores que tramitan sus licencias habilitantes en los municipios de toda la Argentina, siempre que tengan a su vez convenios con la Agencia. “Son muy pocos los que quedan afuera”, aseguró el funcionario.

Del total recaudado por esas multas al municipio le queda un 40%, pero es suficiente para que ese renglón de ingresos pase a ser de los más importantes en el total, solo por detrás de la coparticipación, la tasa comercial y la tasa de Servicios.

Durante años las multas fueron un aporte menor a las arcas del municipio. En 2016, por ejemplo, representaron un 3,4% de los ingresos totales de jurisdicción municipal, en 2019 llegaron al 3,7% y en el presupuesto 2023 -que envió el Ejecutivo hace pocos días para su evaluación en el Concejo- esa proporción crece al 4,8%.


La incidencia del turismo en las multas de tránsito



Quintana dijo que, cámaras y radares mediante, las infracciones se multiplicaron y que se registra también “un incremento significativo en el pago voluntario”. Esto último se debe a la necesidad del infractor de evitar costos mayores (se ofrece un descuento del 50% por pago inmediato), ya que dejarse estar con ese plazo inicial encarece la sanción, a sabiendas de que tarde o temprano deberá pagar igual, por ejemplo al renovar su licencia.

Los radares de las avenidas de Bariloche son la prueba para aplicar sanciones a los infractores de la velocidad. Foto: Marcelo Martinez

Hoy una multa por semáforo en rojo o exceso de velocidad puede ir de los 33.400 a los 66.800 pesos. Otro factor que aporta ingresos importantes (aunque no fueron mencionados por Quintana) son las alcoholemias positivas, que rondan entre las 15 y 20 por semana y que pueden deparar multas de hasta 225.000 pesos.

Sobre los controles con fotomulta mediante las cámaras instaladas en los semáforos, el funcionario dijo que Bariloche tiene una particularidad que la favorece y que no se da en otras ciudades. Explicó que la experiencia indica que cuando se instala el sistema, “hay un crecimiento exponencial de infracciones a conductores residentes, pero después se estabiliza”, porque la gente empieza a conocer dónde están las cámaras, se ajusta y cumple las reglas de tránsito. En consecuencia, baja el número de sanciones.

Pero si entre los locales la recaudación por multas empieza a decrecer, con los turistas no pasa lo mismo, porque están inadvertidos de la fiscalización y por eso (en proporción) son los que acumulan mayor número de sanciones. En otro tiempo esas actas era difíciles de tramitar y cobrar, pero hoy, con la informatización de los registros y los convenios existentes esas trabas tienden a desaparecer.

Afirmó que la gestión para el municipio “tiene un bucle de unos ocho meses”, pero al final las multas se cobran.

Quintana dijo que para entender la situación de Bariloche en relación con las infracciones de tránsito basta con tomar en cuenta que “entran a la ciudad alrededor de un millón de autos por año” que son ajenos a la jurisdicción. Y ese factor tiene relación directa con la cantidad de multas.


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