El laberinto del que Unter no puede salir

El gremio docente de Río Negro rechazó cuatro ofertas de aumento salarial en 45 días. Las elecciones provinciales juegan fuerte dentro del escenario sindical interno.

Fue hace más de 15 años. El que escuchaba con atención era un ascendente dirigente de ATE. Y el que hablaba, un referente consolidado de la Unter. “Antes de entrar, lo importante en un conflicto es saber cómo salir”, fue la enseñanza de ese docente, que a esa altura había batallado contra los gobiernos de Pablo Verani, de Miguel Saiz y que también había conocido las descalificaciones de Carlos Soria.

Ese consejo, que el dirigente de ATE aplicó de manera eficiente una y otra vez en la década siguiente, no parece haber llegado a tiempo para la conducción actual del sindicato de trabajadores de la educación de Río Negro.

Un mes se cumplirá mañana desde el inicio del ciclo lectivo en la provincia y la Unter no consigue dejar atrás el laberinto al que ingresó con ímpetu, pero que hoy recorre con signos de extravío.

El empuje inicial tenía lógica. Un gobierno en campaña para retener el poder, con las elecciones encima, es blanco fácil para sacarle una pauta salarial por encima de la media nacional.

Lo que no parece haber leído a tiempo la conducción provincial es que el proceso electoral del 16 de abril también se estaba jugando puertas adentro del gremio y que la falta de votos para controlar las decisiones en los congresos de la organización los exponía a un riesgo muy alto.

La idea de sacarle un poco más se transformó rápido en una oportunidad para complicar al gobierno hasta las horas previas a las urnas y entonces ya nada fue suficiente para el gremio, que rechazó cuatro ofertas en 45 días, llegando al punto cúlmine con el desconocimiento de la semana pasada a la conciliación obligatoria dictada por Trabajo.

Es cierto que el gobierno aportó para este presente belicoso, a partir de cierta impericia. Iniciar negociaciones paralelas e informales con el sector que perdió las elecciones de Unter en octubre pasado no sirvió más que para radicalizar al oficialismo del gremio.

De esa manera, además de verse desafiado por los sectores de izquierda y por las agrupaciones adherentes al peronismo que enfrentará a Juntos Somos Río Negro, Educación cosechó también el enojo del sector Azul Arancibia.


Los ocho días de paro resueltos esta semana dejaron a los docentes lejos de sus aliados ATE y Sitrajur. Y hasta lograron la unidad pública de Carreras y Weretilneck.


El problema es que ese legítimo malestar se convirtió en un plan de lucha fuera de todo contexto.

La Unter decretó ocho jornadas de paro en tres semanas al mismo tiempo que ATE -uno de sus aliados en el Frente Sindical Estatal- aceptaba el aumento ofrecido por el gobierno para marzo, pidiendo seguir negociando para los meses venideros.

Sitrajur, tercer integrante de esa coalición gremial, también rechazó las propuestas iniciales del STJ, pero limitó sus protestas a una jornada de inactividad y algunas manifestaciones en los edificios del Poder Judicial.

Tan fuera de foco quedaron los docentes con sus medidas, que lograron lo que nadie pudo durante las últimas semanas: una acción pública coordinada entre la gobernadora, Arabela Carreras, y el senador Alberto Weretilneck.

El candidato a gobernador por JSRN venía de fuertes censuras a la mandataria, primero por su anuncio conjunto con ATE para el pase a planta permanente de 3.100 estatales y luego por las erráticas políticas de seguridad. Sin embargo, esta semana se puso de su lado y expuso a la Unter -sobre todo a su conducción- como un gremio poco confiable, que busca comprometer al Estado con recursos que no tiene.

Esa sintonía entre los poderes político e institucional parece haber marcado una luz verde dentro del gobierno, que activó mecanismos de presión inéditos ante los docentes, como el sistema informático para notificar la asistencia al puesto de trabajo.

Bajo este nivel máximo de tensión, mañana se volverá a reunir el Congreso docente, para resolver si acata o no la conciliación obligatoria.

Y sin ingresar en el debate sobre las facultades de ese órgano gremial para cumplir o no una ley, lo que no puede perderse de vista es la diferencia entre la Unter y otros sindicatos nacionales para exponerse a sanciones ante una rebeldía.

“Con ATE, UPCN, Camioneros o con la UTA, todos saben que si tocás algo acá, involucra a toda una estructura nacional. Con Unter, más allá de alguna solidaridad política, todo lo legal empieza y termina dentro de la provincia”, advirtió un experimentado referente del mundo sindical.

Una razón más para tener presente la máxima de aquél dirigente y empezar a resolver cómo salir del conflicto, antes de que se torne inmanejable.


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