La fecha, última carta de Omar Gutiérrez

Andrea Durán

Editora en Agencia Neuquén. Nació en 1988 en Neuquén capital. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional del Comahue y diplomada en Comunicación Política por la UBA. Escribe sobre la actualidad del gobierno y la política de la provincia. Colabora en medios nacionales como Econojournal y Letra P. En Diario RÍO NEGRO desde 2013.

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Si el gobernador quisiera, podría firmar el decreto de convocatoria mañana y los neuquinos estaríamos votando el 26 de febrero.


La fecha de las elecciones provinciales en Neuquén es la última carta que tiene para jugar el gobernador Omar Gutiérrez antes de largar la competencia que lo encontrará, después de ocho años de protagonismo, mirando el espectáculo desde afuera. De su firma depende el tiempo que tendrán los partidos para preparar sus estrategias y por ello, y porque es de su interés aventajar al Movimiento Popular Neuquino, viene guardando con celo una definición que puede oscilar entre marzo y septiembre del año que viene. Jorge Sapag se animó a ir más allá esta semana: dijo que hasta es posible que sean en febrero.

La ley electoral que aprobó la Legislatura en el 2016 perdió una oportunidad de clarificar ese escenario. Mejor dicho, la perdió la oposición porque está claro que ningún oficialismo mostraría interés por encorsetar una decisión que hoy es casi 100% a gusto del gobernador.

La pauta más concreta la tiene el artículo 57 que obliga al Poder Ejecutivo a convocar a elecciones provinciales “por lo menos con 150 días de anticipación a la finalización de los mandatos”. No hay límite hacia atrás.

El resto de los plazos que hacen al cronograma electoral (tiempo para presentar listas, para distribuir el padrón), dejan un espacio de no más de 90 días entre el decreto de convocatoria y el día de la elección. Es decir, si Gutiérrez quisiera, podría firmar mañana y los neuquinos estaríamos votando el 26 de febrero.

El MPN ya tiene ventaja sobre todos sus rivales políticos porque, con la interna del domingo, terminó de definir sus listas de candidatos para el gobierno de la provincia, para el de los 57 municipios y comisiones de fomento y hasta para los consejos escolares. Esta semana también selló su alianza con el UNE, el partido de Mariano Mansilla que sigue teniendo una pata en el Frente de Todos y que, por primera vez, apoyará como colectora a un postulante a gobernador del oficialismo que en 2006 se había propuesto vencer.


Lo que Figueroa todavía adeuda revelar es el sello para su espacio, que por ahora sigue cobijado bajo el imperativo “Neuquinizate”


En la misma línea ordenadora, el MPN reunió el viernes en el club BPN a su máxima dirigencia y candidatos para la firma de un documento compromiso “para que Neuquén esté primero, siempre”. El martes a las 14, Gutiérrez convocó a la planta política de la provincia al Espacio Duam para lo que, formalmente, llamó un “encuentro de trabajo”.

Ya se conoce que de ese tipo de mitines sale un pedido, más o menos amable, para que todos los empleados en esa categoría trabajen en pos de las candidaturas del partido de gobierno. Para el resto, también se envió un mensaje: antes de que termine el año legislativo, se aprobará el convenio colectivo general de toda la administración pública que Sapag le prometió a Carlos Quintriqueo en 2014.

En la vereda de enfrente, el adversario Rolando Figueroa juntó esta semana otro par de figuritas y completó candidaturas importantes para su lista del año que viene: la intendenta de Plottier, Gloria Ruiz, irá para vicegobernadora y, la médica Luciana Ortiz Luna, como primera postulante a diputada. Para la última significa un triunfo asegurado, sea cual fuere el resultado del 2023, y una retribución por su acompañamiento en la boleta de las elecciones nacionales del año pasado.

Lo que Figueroa todavía adeuda revelar es el sello para su espacio, que por ahora sigue cobijado bajo el imperativo “Neuquinizate”. El jueves dijo frente a sus simpatizantes: “estamos listos, cuando quieran pongan la elección”.

El partido Comunidad, que el candidato aún no menciona como propio, pero que está lleno de nombres vinculados a su armado electoral, quedó el viernes a 13 fichas de adhesión de obtener el piso que exige la ley para otorgarle el reconocimiento provisorio. Si es ese el sello que usará para disputarle el gobierno al MPN, probablemente espere a que la jueza federal Carolina Pandolfi le apruebe el trámite para salir a presentarlo.

Una convocatoria más postergada en el tiempo puede servirle al oficialismo para extenuar a sus competidores. Pero, un decreto acelerado, para encontrarlos con los papeles sin firmar.


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