A dos años del crimen de Báez Sosa, sus padres encabezaron un acto en Villa Gesell

Los padres de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado por una patota a la salida de un boliche de Villa Gesell, estuvieron al frente de un acto en memoria por su hijo.

La madre de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a la salida de un boliche en la localidad balnearia de Villa Gesell, dijo esta noche, al encabezar un acto en la escena del crimen al cumplirse dos años del hecho, que para ella «es como si fuese ayer» cuando recibió «la peor noticia» de su vida: que su hijo había muerto.

Minutos después de las 19, Graciela y Silvino, acompañados de su abogado Fernando Burlando, se presentaron ante cientos de personas reunidas bajo la lluvia en avenida 3, frente al local bailable Le Brique, en pleno centro geselino.

Bajo el lema «Amor para todos, odio para nadie», los manifestantes alzaron pancartas con reclamos de justicia y banderas con la imagen de Fernando, mientras que un moderador con micrófono fue presentado a cada uno de los oradores.

De a uno a la vez, representantes de cinco religiones dirigieron breves palabras al público que acompañó con aplausos y oraciones, al tiempo que los manifestantes gritaban por «perpetua» para los asesinos.

«¡Justicia!, ¡justicia!», exclamaron antes de que tomara el micrófono Silvino, quien agradeció a todos los presentes.

Luego dijo que los rugbiers detenidos por el crimen de Fernando «decidieron quitarle la vida» a su hijo y pidió «eternamente a todos» que los «sigan acompañando en esto», hasta que lleguen «a la verdad de la justicia».

«Fernando era un chico excelente, le gustaba Villa Gesell, venir al mar», señaló Silvino.

«Han pasado dos años y para mí es como si fuera ayer cuando recibimos la peor noticia de nuestras vidas», señaló Graciela entre lágrimas.

«Que esto no quede en la nada, quiero justicia por mi hijo», indicó la mujer, quien sostuvo que su vida «está destrozada para siempre» ya que era Fernando quien les «daba fuerza» para seguir y los «cuidaba».

«Le arrebataron la vida de una manera injusta», expresó con la voz entrecortada.

Graciela describió a su hijo como un joven «solidario» que ayudaba a sus amigos ni «discriminó a nadie», como sí lo hicieron quienes lo mataron.

«Siempre seremos así y aprenderemos a convivir con el dolor y seguir nuestra vida como podamos, tal vez alguna vez encuentre aunque sea un poquito de paz, un poquito de calma, el día que vea enjuiciado a los asesinos de mi hijo», aseguró la mujer.

En ese sentido, añadió: «Yo solo pido justicia y con la ayuda de todos ustedes sé que lo vamos a lograr».

«Gracias a todos de corazón», concluyó la mujer ante un aplauso sostenido de los manifestantes.

Luego de sus últimas palabras, Graciela sufrió una descomposición y debió ser trasladada en ambulancia a un hospital cercano.


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