Debate presidencial: Carta Abierta de un integrante de H.I.J.O.S al candidato Javier Milei

«En sus 8 mil y tantos desaparecidos que Usted dice, mis padres, dónde están», le espetó Pablo Hodola al candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei, por sus expresiones negacionistas durante el debate presidencial que se realizó el 1 de octubre. En una carta abierta al candidato, Hodola le recordó que hablar de números «a la vuelta del tiempo» resultaba irrisorio y sinsentido, ya que por cada uno que el Terrorismo de Estado desapareció y mató, hay familiares que aún buscan saber su destino.

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«Señor Javier Milei, Nunca Más es Nunca Mas. Aquí estamos», le planteó Hodola. En una carta en la que se presentó, explicó la desaparición de sus padres en lo que ahora es Ituzaingó (villa Udaondo en mayo de 1977) y la crianza que estuvo a cargo de sus abuelos maternos y paternos.

«Mis padres ¿en qué lado de su pobre estadística están? preguntó en la misiva en tanto enumeró que tampoco se sabe dónde están quienes eran sus compañeros de trabajo en YPF como Miguel Angel Pincheira, Rodolfo Marinoni, Horacio Girardello, Manuel Jesús González o desde el sector compras de YPF, Hector «Tito» Campos, cuya denuncia sus familiares hicieron en 2013.

«En qué lado está, en ese algoritmo que consulta, o en la data que le tiran, el anexo actualizado de la lista de desaparecidos tras la reedición del Nunca Más, o Emiliano Ginés Scotto, el bebé con síndrome de Down que fue llevado a la casa cuna y murió abandonado» escribió Hodola mientras que planteó que «así hubiese sido solo uno de los desaparecidos y de las desaparecidas y los muertos por el Terrorismo de Estado, hay hermanos y hermanas que esperan, hay tios, sobrinos, hijas e hijos que queremos saber dónde están nuestros padres, también nietos y nietas de aquellos y aquellas, y muchos más».

El integrante del grupo de Hijos e hijas por la Identidad, la Justicia, contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) de la comarca petrolera opinó que hablar de números resultaba irrisorio, pobre y sinsentido, pero que le obligaba a decir que debiera saber, como «ciudadano y candidato», la necesidad de medir en sus discursos las palabras que afectaban el Estado de derecho, la democracia y las instituciones «por las cuales bregamos con respeto, igualdad y accesibilidad» para todos.