Ampliación de la Ruta 22: un proyecto paralizado que afecta a miles de conductores diariamente
Los vehículos que transitan el tramo entre Roca y Cipolletti cada vez son más. Tres de los cinco tramos en que fue adjudicada la ampliación tienen avances superiores al 80%, pero en los últimos años no tuvieron avances significativos. El sector entre Roca y Cipolletti es el más complejo.
Recorrer la Ruta 22 entre Chichinales y Cipolletti es como ingresar a un embudo. Desde el tránsito fluido por los tramos de autovía entre Chichinales y Godoy, y de autopista entre Godoy y Cervantes, se llega a la zona de Cipolletti, en la que el tráfico se complejiza. Allí hay obras a medio terminar que quedaron paralizadas en 2022 y numerosa presencia de camiones con arenas para fracking que tornan un calvario llegar a los puentes que comunican con Neuquén.
Por la Ruta 22 en Roca ya circulan por día 10.000 vehículos. En el puente con Neuquén pasan diariamiente unos 50.000 automóviles (entre ida y vuelta), y en el Tercer Puente esta cifra oscila entre 17.000 y 18.000 vehículos, según estima Vialidad Nacional.
El tránsito por la Ruta 22 crece a un ritmo mucho mayor que un 3% anual, la media de referencia a nivel nacional.
Todo este escenario choca de plano con un dato que sirve para ilustrar la desidia: van 17 años del inicio de la ampliación de la Ruta 22 y hoy, aproximadamente, el grado de terminación promediando el estado de cada tramo estaría entre el 50% y el 60%.
Transitar la Ruta 22 no es solo tedioso, también es riesgoso por las múltiples posibilidades de accidentes que hay a lo largo de la traza.
La historia de la ampliación de la Ruta 22
Para analizar la situación, hay que hacer historia. Entre Chichinales y el cruce con el acceso a Isla Jordán (calle Julio Salto), en Cipolletti, la obra ampliación fue dividida en cinco sectores.
El tramo 1 entre Chichinales y Godoy comenzó a construirse en 2008 y fue terminado en 2011. Ese tramo es una autovía de 22 kilómetros aproximadamente.
En 2010, el gobierno de Néstor Kirchner licitó los otros cuatro sectores en simultáneo: Godoy-Cervantes (sección 2); Cervantes-J.J. Gómez (sección 3); J.J. Gomez-Fernández Oro (sección 4); y Fernández Oro-Acceso Isla Jordán (sección 5).

La particularidad del segundo tramo es que allí la Ruta 22 se transformó en autopista, y esto generó la paralización de las obras en las dos ciudades más importantes de los sectores 3 y 5: Roca y Cipolletti.
Es que al ser autopista, implica construir puentes elevados en los cruces claves a su paso por Roca, o en el acceso a Isla Jordán en Cipolletti. Estas estructuras, que en la región son construidas de piedra y calcáreo con el argumento de que la cantidad de canteras abaratan costos, fueron rechazadas en Roca en 2016 por medio de un amparo colectivo que lideró el municipio a través del entonces intendente Martín Soria.
El argumento fue el impacto visual y de comunicación que generaría.

También el exintendente de Cipolletti, Claudio Di Tella decidió, en 2020, que se frenen las obras del tramo 5 por una elevación en la autopista de la mismas características.
La realidad es que además, entre las parálisis y los saltos inflacionarios que sufrió el país, los contratos quedaron desactualizados y actualmente se está tratando de ordenar la parte contractual, que implica negociar con las adjudicatarias para que sigan con las obras o dar de baja los contratos. No se puede avanzar si hay un tramo adjudicado, se advirtió desde Vialidad Nacional.
El delegado de Vialidad Nacional en Río Negro, Enzo Fullone, detalló cuál es el estado de los cuatro tramos que se licitaron en 2010.
El estado de la Ruta 22 por cada tramo
Fullone señaló que el tramo Chichinales-Godoy fue terminado al 100%.
Por el paso de los años, se observan, sin embago, en ese sector deformaciones en el asfalto, como en el ingreso por Pioneros en Regina, o en la zona de Chichinales.
El segundo tramo está concluido en un 90%, señalaron desde Vialidad Nacional: todavía falta señalética y algunas alcantarillas. En la parte final de este sector, hay pozos de importantes dimensiones en la zona de puentes elevados al este de Cervantes.
El tramo entre Cervantes y J.J. Gómez tiene un avance del 20% y hubo movimiento de suelos con ensanchamiento de banquinas y nivelado. Actualmente Vialidad Nacional está tratando de localizar a la empresa adjudicataria, aunque sin éxito, para ver si retoma las obras.

La intendenta María Emilia Soria remarcó la necesidad de la ampliación de la vía nacional por la peligrosidad que implica transitar por la ruta y atravesar los cruces. Pero puntualizó que esto es obligación de Vialidad Nacional.
El tramo 4, entre J.J. Gómez y Fernández Oro no registró ningún avance desde que fue adjudicado. Es el único donde no se realizaron trabajos.
Por último, el tramo 5 es el más reclamado por las personas que diariamente deben transitar por la Ruta 22. Allí hay un tramo de autopista que llega hasta aproximadamente un kilómetro antes de Puente 83, donde se mezclan colectoras que se utilizan diariamente, con sectores de la ruta sin habilitar pero que son transitados en forma irregular.
Con la empresa adjudicataria de este sector, CPC se está negociando la continuación de la obra para terminarla.
El intendente de Cipolletti, Rodrigo Buteler firmó un incluso un acuerdo con Vialidad Nacional donde aceptaba un tramo elevado en el cruce con el acceso Julio Dante Salto (acceso a Isla Jordán). Por ahora no hay avances.
El costo económico de las demoras
El impacto que produce el tránsito pesado petrolero fue usado como argumento por el gobernador Alberto Weretilneck en 2024 para pedir la provincialización de la vía, con la intención de que la conclusión de la obra de ampliación sea financiada en parte por las empresas de sector los hidrocarburos. Esta idea no tuvo eco en el Gobierno de Javier Milei. La provincialización quedó en una mera idea.
Fullone dijo que desde el Gobierno nacional sí se evalúa que la ampliación sea financiada por el sector petrolero de Vaca Muerta.
“Las empresas que son usuarios finales, como puntualmente el sector Oil and Gas, son las que hoy más camiones tienen arriba de la ruta. Ellos tienen un sobrecosto. Tienen alrededor de 20.000 camiones dando vueltas y pierden entre 2 y 4 horas por día por ir más despacio por el tráfico”, explicó Fullone.
“Eso cuando lo cuantificás, hace que estén muy interesados en bajar su sobrecosto”, remarcó y de esta forma dejó abierta una puerta para que participen en una obra que va camino a cumplir dos décadas sin dar soluciones a los habitantes del Alto Valle.
Qué dijeron Rodrigo Buteler y María Emilia Soria de la falta de avances
Rodrigo Buteler se mostró enojado con el Gobierno de Javier Milei y Vialidad Nacional por la falta de avances en la ampliación de la Ruta 22 en Cipolletti. Por su parte, la intendenta de Roca, María Emilia Soria argumentó cuáles fueron las causas del amparo que paralizó las obras en esta ciudad y se mostró dispuesta a trabajar para que la ampliación avance.
“Como cipoleños estamos indignados”, afirmó Buteler, quien dijo que no hay definiciones delGobierno nacional pese a que él mismo aceptó que se construya, con algunas condiciones, un puente elevado en el cruce de la vía nacional con Julio Dante Salto. Además planteó que no hay ningún tipo de plan de Vialidad Nacional para el tramo que va desde ese sector hasta la rotonda de empalme con la Ruta 151.
“Estamos igual que hace 20 años, con la ruta colapsada y sin mantenimiento”, afirmó el intendente cipoleño.

“Estamos igual que hace 20 años, con la ruta colapsada y sin mantenimiento”.
Rodrigo Buteler, intendente de Cipolletti.
El dato objetivo, aseguró, es que “el costo lo paga la gente”. Planteó que lleva un año y medio de gobierno y gestiones, pero “no hay avances”.
Pese a todo lo anterior aseguró que seguirán insistiendo ante el Gobierno Nacional para que se amplié la Ruta 22.
María Emilia Soria, por su parte, buscó aclarar que el Municipio a su cargo “nunca se opuso a la ampliación de la Ruta 22, lo que se rechazó fue el proyecto de la Muralla que habían diseñado en Capital Federal sin tener en cuenta las características y necesidades de nuestra región”. También planteó que no fue sólo del Municipio el rechazo, sino que fue “una postura que convalidaba toda la comunidad roquense, que quería ser escuchada y que tenía múltiples argumentos para rechazar el proyecto de la Muralla”.

«El Municipio nunca se opuso a la ampliación de la Ruta 22, lo que se rechazó fue el proyecto de la Muralla que habían diseñado en Capital Federal».
María Emilia Soria, intendenta de Roca.
Indicó que todas las posturas fueron expuestas en Audiencia Pública. “¿Qué hizo Vialidad Nacional con lo que se planteó en esa instancia? Nada”, aseguró la jefa comunal. Por último, remarcó que los cruces internos de la ciudad sobre la Ruta 22 son responsabilidad de Vialidad Nacional: “Garantizar la seguridad en esos cruces, es competencia del organismo nacional. Por supuesto que desde el Municipio vamos a colaborar en todo lo necesario tal como lo hemos hecho hasta ahora”.
“Mi mayor anhelo es que la gestión actual esté dispuesta a hacer algo diferente que sus antecesores”, concluyó.
Recorrer la Ruta 22 entre Chichinales y Cipolletti es como ingresar a un embudo. Desde el tránsito fluido por los tramos de autovía entre Chichinales y Godoy, y de autopista entre Godoy y Cervantes, se llega a la zona de Cipolletti, en la que el tráfico se complejiza. Allí hay obras a medio terminar que quedaron paralizadas en 2022 y numerosa presencia de camiones con arenas para fracking que tornan un calvario llegar a los puentes que comunican con Neuquén.
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