Santander: «La pandemia agudizó los problemas de una educación vieja»

El docente, investigador y escritor, Alejandro Castro Santander, analiza el ciclo lectivo y descarta que haya sido una tragedia o un año perdido. "Lo peor es el modelo", asegura.

A la par de la pandemia fue creciendo la pregunta. ¿El ciclo lectivo 2020 es un año perdido?. ¿Es una tragedia? Los efectos de la pandemia no se pueden dimensionar, pero sí está claro que dejará huellas y hasta la calidad de la formación que reciben los estudiantes en este tiempo son motivo de discusión y sin horizonte claro.

Pero hay una mirada más amplia que ayuda a entender el fenómeno desde otra perspectiva y es la de Alejandro Castro Santander, colaborador de la ONG Argentinos por la Educación, escritor, investigador y Docente de la Universidad Católica Argentina de Mendoza.

“No es una tragedia ni un año perdido este 2020. Más tragedia es tener que transitar por años en una educación de mala calidad como la que tenemos en el país”, afirmó en una entrevista con este diario.

A la hora del balance de este ciclo lectivo lo definió como “sin dudas negativo, pero desafiante al mismo tiempo, como tantas veces que hemos tenido desafíos en la educación. La pandemia nos da otra oportunidad para repensar la educación que queremos. Lo lamentable es que cuando volvamos haremos lo mismo de siempre, no habremos aprendido ni mejorado, salvo tal vez en la cuestión sanitaria que sí puede venir con aprendizajes.

P: ¿Y cómo se arregla esto?

R: Con educación. Esto se arregla con educación, pero tenemos que resolver cómo hacemos para incluir aprendizajes en un modelo educativo distinto.

P:¿Este será el año del desprestigio para los estudiantes que egresen de séptimo grado o de quinto año y peor aún de la universidad?

R: Su pregunta me recuerda a algo que comentó un director de una escuela técnica de Córdoba. Un alumno le dijo que le daba vergüenza egresar este año y que en algún momento le dijeran “vos sos de los que egresaron por decreto”. No creo que sea el año del desprestigio.

“Lo lamentable es que cuando volvamos haremos lo mismo de siempre, no habremos aprendido ni mejorado”.

Alejandro Castro Santander.

P:¿Van a tener que lidiar con esto los chicos que egresan este año, con la tanda de egresados de la pandemia?

R: No creo, pensemos un segundo que el quinto año del secundario es bastante particular. Hay un relajamiento que es muy frecuente, se piensa mucho en fiesta y en cómo divertirse. A la par otros ya están preparándose para el ingreso a la universidad. Es decir, un año con educación virtual no es lo ideal, pero no creo que el daño sea terrible. Recordemos cómo educábamos previo a la pandemia y cómo lo hacemos ahora y con todo el tiempo que se pierde en una hora de clase presencial no hay grandes diferencias. Si tuviéramos un sistema educativo exigente, el último año del secundario debería ser diferente, al igual que séptimo grado. El gran desafío de la educación es entender cómo articular el secundario con la universidad y para eso hay que repensar, de modo que si perdés un día de educación sea significativo.

P: Está instalado que este año es el de la catástrofe educativa, ¿Usted qué opina?

R: Insisto. No es una catástrofe. En todo caso debemos preguntarnos qué es peor, si lo que estamos haciendo ahora en pandemia o la educación de mala calidad. Y para mi es peor lo segundo, tantos años con educación vieja y de mala calidad.Mire, si comparamos con otros países donde la educación sin dudas está un paso adelante, al final terminan teniendo el equivalente a dos años más de formación que en nuestro país. Ese es nuestro déficit.

P: ¿Y eso por qué sucede?

R: Tenemos que repensar las brechas que no solo se deben a la pandemia, como la brecha de calidad educativa, la tecnológica, presupuestaria. Si esas brechas se acortan vamos a mejorar.

P: Pero no podemos negar que la pandemia hizo daño.

R: Sí, hizo daño, pero en todo caso la pandemia agudizó todo. No estábamos preparados para afrontar esta virtualidad o la educación de este modo sin tecnología y se hizo como se pudo porque la conectividad en el país es mala, decididamente mala. De un día para el otro tuvimos que empezar a enseñar de otro modo y no estábamos en condiciones ni tecnológicas ni pedagógicas. No es lo mismo enseñar en presencialidad que a través de la virtualidad.

P: ¿Y cuál fue el rol de los docentes en este escenario?.

R: Los docentes no estaban preparados en lo didáctico para lo virtual. Años de educación presencial con déficit tecnológicos severos no ayudan. Es como hacer un curso acelerado para la virtualidad y poner en un ciclo lectivo mecanismos de enseñanza que no manejamos. Y evaluar a los alumnos también es un problema en este contexto.

P: ¿Este año de virtualidad va a condicionar en el futuro a los que egresen de las universidades?

R: No me parece. Antes se medían las notas, los desempeños en las materias, ahora se miran otras cosas. Las empresas, las instituciones que dan trabajo miran las habilidades llamadas blandas, la creatividad, la empatía, la capacidad para trabajar en equipo. Creo que a la hora de la selección de personal no se mira solo la acumulación de conocimientos.

P: ¿Este año se mimetiza en esta educación de mala calidad?

R: Primer grado lo siente. ¿aprendieron o no aprendieron?. Hace poco encontré mi cuaderno de primer grado y pensé que hoy no estamos ni cerca de eso, de todo lo que aprendíamos en primer grado y que ahora se dejó de aprender. Y el secundado también lo siente. Nunca nos pusimos de acuerdo por diversas razones en los cambios que debían hacerse en primaria para llegar a secundaria, si extender la primaria para asimilarlo a secundaria.

“Más tragedia es tener que transitar por años en una educación de mala calidad como la que tenemos en la Argentina”.

Alejandro Castro Santander, docente, investigador.

P: ¿Cómo se sale de esto?

R: Por empezar no podemos hablar del ciclo lectivo 2020 o 2021. creo que el tema se extenderá hasta el 2022, tendremos que pensarlo como un ciclo lectivo de tres años hasta ponernos a tono. Es como un gran ciclo lectivo porque tenemos que compensar aprendizajes desde una mirada con más tiempo, tiene que haber una proyección curricular.

Alejandro Castro Santander, escritor, investigador y docente de la Universidad Católica.

P: ¿No es importante el año irregular?

R: Sí lo es, pero llevo muchos años asesorando en educación y hoy hay mucha gente obsesionada con los tiempos y en realidad el tiempo se desaprovecha también en años que podríamos considerar normales. Para que tenga una idea, en una hora de clases, con toda la ceremonia, las interrupciones y otros factores solo se aprovecha la mitad. Y estoy hablando de presencialidad, de modo que eso del tiempo perdido este año es relativo.

P: Su diagnóstico no es tan pesimista respecto de este año sino más bien respecto de la calidad de educación.

R: Tal cual. Tenemos un modelo de educación que es muy viejo. Tanto que conviven ese modelo viejo, con escuelas del siglo 19 con padres milenials y con niños que estarán trabajando a mitad de siglo. Siempre tratamos de parchar, de pequeños parches.

P: ¿Y qué se hace para salir de este panorama?

R: Poco y nada, se hacen… yo diría cositas, pero con mirada vieja. Le doy un ejemplo, la última ley de Mendoza, que es donde yo vivo y trabajo se hizo en el 2002 y se basó en otra más vieja aún.El mayor condicionante de la calidad educativa es el clima escolar. Así como pensamos qué hacemos con los chicos con dificultades de aprendizaje, tenemos que resolver qué hacer con los chicos talentosos, qué hacemos por ellos. La educación actual está mirando para atrás, no para adelante.

P: ¿Hay un modelo federal de educación?

R: No hay federalismo en la educación. Si bien existe un Consejo Federal de Educación, cada provincia tiene autonomía para sus propios modelos y a su vez cada director, cada escuela, cada docente hace lo que mejor le sale pero es necesario otro modelo. Deberíamos ir por ejemplo enseñando a los chicos de quinto año a moverse como en la universidad, ir acercándolos a ese modelo.

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El entrevistado


Alejandro Castro Santander es docente, investigador y escritor. Es psicopedagogo institucional, licenciado en Gestión Educativa, especialista en Gestión de la Convivencia y Prevención temprana de la Violencia en el ámbito escolar.

Además es catedrático en la Pontificia Universidad Católica Argentina. El entrevistado tiene un extenso currículum, en el que se destaca una innumerable cantidad de libros sobre violencia escolar.


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