Cómo transformar el desecho de granjas avícolas en insumos para el agro

En Ramón Castro, los residuos avícolas generan valor local: una experiencia piloto liderada por el INTA IPAF Patagonia convierte los desechos de la producción de pollos en un insumo agrícola con impacto ambiental y económico positivo.

En la localidad neuquina de Ramón Castro -departamento de Zapala-, un proyecto comunitario de desarrollo productivo está demostrando que los residuos generados por la cría y faena de pollos parrilleros pueden convertirse en un recurso valioso para la agricultura de la zona. A través del compostaje, estos subproductos avícolas se transforman en enmiendas orgánicas que mejoran la fertilidad del suelo y generan ingresos adicionales para los productores.

La iniciativa, impulsada por la Comisión de Fomento local junto a técnicos del INTA IPAF Patagonia y la Subsecretaría de Producción del Neuquén, busca cerrar el ciclo productivo de la avicultura intensiva mediante prácticas sostenibles. Los residuos, que incluyen camas usadas, plumas, cabezas o garras, son tratados en composteras prediales construidas con materiales accesibles.

Datos del proceso de compostaje



«La etapa termofílica del compostaje, con temperaturas superiores a los 55 °C, permite higienizar el material y reducir riesgos sanitarios asociados a los residuos de faena», explica la ingeniera agrónoma Myrian Barrionuevo, especialista del INTA IPAF Patagonia.

Myrian Barrionuevo con productores locales y técnicos del CAPAN1.


Este proceso de compostaje dura aproximadamente seis meses y produce un abono similar al humus. Este bioinsumo se vende localmente a un valor que oscila entre 30.000 y 35.000 pesos el metro cúbico. El producto mejora la calidad del suelo y suma ingresos para los productores de pequeña escala que se dedican a la actividad.

Alejandro Sánchez, referente del área de Producción de Ramón Castro, destaca que «con asesoramiento y datos aportados por el INTA, construimos una compostera de 2 m³ con división central, lo que permite procesar al mismo tiempo los residuos de dos faenas de 120 pollos cada una».

A partir de los residuos de estas dos faenas, junto con restos de cama, hojas y pasto seco, se obtiene aproximadamente 1m³ de compost. En términos de volumen, la faena de 10 pollos genera aproximadamente 12 litros de residuos. Y 120 pollos implican 144 litros de residuos.

«La etapa termofílica del compostaje, con temperaturas superiores a los 55 °C, permite higienizar el material y reducir riesgos sanitarios asociados a los residuos de faena».

Myrian Barrionuevo, especialista del INTA IPAF Patagonia.

Esta práctica ha despertado el interés de otros vecinos, quienes ya comenzaron sus propias experiencias avícolas. En la región, existen productores que ya aplican esta técnica para reutilizar los nutrientes en sus propios campos.

La producción avícola en la zona



La producción agroecológica de pollos se implementa con buenos resultados y con intervención del INTA en otras localidades como Plottier o Senillosa. También en Picún Leufú, Piedra del Águila, El Sauce, Paso Aguerre o Santo Tomás, y desde aquí se lleva a faena en la Cooperativa Agropecuaria Paso Aguerre-Neuquén (CAPAN), actualmente integrada por cuatro socios fundadores. Desde esta planta se trabaja con más de 20 familias productoras de la región.

Restos de la faena de aves utilizados para el compostaje.


La planta de Paso Aguerre tiene capacidad para faenar 300 pollos por día y permite a los productores la venta directa al consumidor, involucrándose en todas las etapas del proceso, desde la crianza hasta la venta.

María Laura Taborda, ingeniera agrónoma de la Subsecretaría de Producción neuquina explica que «la avicultura tiene ventajas claras en este contexto: bajo requerimiento hídrico, rápida rotación y retorno económico, además de proveer proteína de calidad para el consumo local». En Ramón Castro, se proyecta además ampliar la producción incorporando un nuevo galpón para 500 pollos.

Variaciones en el uso de los residuos orgánicos



Otro dato importante en la valoración de desechos es que garras, alas y menudos como hígado y corazón de pollo son requeridos para la dieta BARF (del inglés Bones And Raw Food; en español: dieta a base de huesos y alimentos crudos). Esta dieta incluye también vegetales y otras carnes. Su precio de venta al público alcanza los 8.800 pesos por kilo.

Monitoreo de la temperatura del compost.


Hay emprendimientos en la zona que se dedican también a preparar ese tipo de dietas para mascotas o para los dueños de mascotas quienes compran los insumos para preparar personalmente los alimentos para sus animales de compañía, gatos y perros. También se requieren las patas para caldos ricos en colágeno que se comercializan en el mercado local junto con el caldo de huesos vacuno. El caldo tanto para consumo humano como animal, en la provincia del Neuquén, se comercializa frizado a un promedio de 16.500 pesos el litro.

La mirada local



Para consolidar la propuesta, el proyecto de compostaje en Ramón Castro contempla actividades de capacitación a productores y jornadas de sensibilización en escuelas rurales y otros organismos con vinculación entre actores locales. El objetivo es fortalecer esta cadena productiva y promover prácticas sostenibles en la comunidad, atendiendo a sus variadas utilidades.

Son este tipo de experiencias las que demuestran como, mediante la articulación interinstitucional y el compromiso local, es posible transformar residuos en recursos, generando beneficios ambientales, económicos y sociales.


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