Se abre la puja para modificar el precio del barril criollo

Desde las refinerías independientes reclaman que el precio sostén baje a 40 dólares o se autoricen aumentos en el precio de los combustibles. Sostienen que trabajan a pérdida, cuando las productoras venden el crudo al mercado externo a un menor precio. Provincias y productoras defienden el actual precio del crudo.

Con un poco de pirotecnia de por medio, la puja entre los dos sectores nodales de la industria hidrocarburífera, llevó a que ya se reclame una baja en el precio sostén del barril criollo como alternativa al aumento en el precio de los combustibles que se estancó la semana pasada.

El planteo de bajar el precio del barril criollo de los actuales 45 dólares a unos 40 ó 41 dólares es impulsado por las refinerías no integradas, y si bien todavía no fue presentado al gobierno, desde el sector se advirtió que están trabajando a pérdida tanto por la devaluación y la inflación nacional, como por la suba del precio internacional del Brent.

La medida se sustenta en que el Decreto de Necesidad y Urgencia 488/20 que instauró el barril criollo, prevé que se realicen revisiones trimestrales, y precisamente el primer plazo para esa revisión comienza mañana.

En el pedido de las refinadoras no faltaron declaraciones alarmistas en torno a que por la falta de petróleo para procesar se podría tener que recurrir a la importación de gasoil, una situación que se encuentra lejana en las refinerías integradas en donde su capacidad de trabajo está por debajo de lo normal por la falta de demanda de los consumidores.

Pero el punto de las refinadoras independientes es que desde la puesta en marcha del barril criollo el contexto nacional cambió y hoy están trabajando a pérdidas. Según detallaron, por el DNU 488 están obligadas a comprar el barril de crudo a 45 dólares, pero luego de refinado y vendido en pesos, el retorno que reciben equivale a 35 dólares.

Este desfase podría ser corregido de dos formas, una vía un aumento de al menos un 10% en el precio de los combustibles y la otra con una rebaja en el precio sostén.

Desde estas refinadoras se advirtió que es contradictorio que una parte importante de la producción nacional se esté exportando a un menor precio que el barril criollo por las reglas internacionales, pero a las refinadoras no se les permita comprar a ese precio.

Es por esto que plantearon que la determinación del precio sostén pase a ser la paridad de exportación, que hoy es de unos 40 a 41 dólares o que por el contrario se les autorice a importar productos, algo que también está vedado al no darse autorizaciones automáticas con el fin de proteger a la industria nacional.

En la vereda opuesta a las refinerías se encuentran las empresas productoras de petróleo no integradas, que dependen de la venta de su crudo para funcionar. Las firmas defienden la vigencia del barril criollo como una herramienta que les permite obtener un mejor precio para poder apalancar su producción, dado que por la caída de demanda durante varios meses debieron cerrar pozos productores o exportar a precios realmente bajos.

Desde el sector se advirtió que no hay ningún tipo de faltante de stock en las terminales por lo cual señalaron que no tiene sentido frenar las exportaciones que están siendo fundamentales para dinamizar el sector y sostener niveles de actividad en un momento complejo por la pandemia global y que además requieren mantener la periodicidad para mejorar el precio del crudo argentino en el exterior.

Además se apoyó una recomposición en el precio de los surtidores que permita acompañar el precio del barril criollo, ya que tras enfatizar el «el precio sostén no se discute», remarcaron que «no hay que tener visiones de corto plazo porque la verdadera pérdida para el país es cada pozo que deja de perforarse y eso es lo que permite mantener el precio sostén».

Desde el sector de las productoras se aseguró que «la única lectura posible es que las refinadoras están queriendo instalar un escenario de posible desabastecimiento, para infundir temor en el gobierno y de esa manera acelerar un aumento de precios en surtidor o bien, impulsar un precio de barril criollo a la baja».

Casualmente, una de las refinadoras que advirtió que por la falta de petróleo que tienen en sus instalaciones en el país podría faltar gasoil, se sumó en mayo a la larga lista de firmas que exportaron. En ese momento, esta refinadora adquirió crudo a muy bajo costo y lo exportó un mes más tarde prácticamente al doble del precio de compra, en una llamativa jugada que puede observarse en los registros públicos de Nación.

El tercer actor que interviene en esta puja son las provincias productoras de hidrocarburos, desde donde se advirtió que a través de la Organización de los Estados Productores (la Ofephi) se defenderá a regañadientes la vigencia del barril criollo, como un elemento clave que permitió a las jurisdicciones recomponer en buena medida los ingresos que tienen por regalías para afrontar la crisis socioeconómica que está generando la pandemia.

Días atrás desde el gobierno nacional se advirtió que se analizará el DNU del barril criollo, teniendo en cuenta además que el precio de referencia, el Brent, se recuperó y está muy cerca a dejar sin efecto el precio especial para el petróleo argentino.


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