Adanil, la Asociación que ayuda a personas con problemas motríces y neurológicas, cumple 60 años, en Roca
La directora Marcia Guevara y la vicepresidenta Sara Crozo, recondaron cómo ha sido el trabajo de la institucuión a lo largo de los años.
Marcia y Sara recordaron la historia de Adanil. Foto: Andres Maripe.
La Asociación de Ayuda al Niño Lisiado (Adanil) es una organización no gubernamental que, en conjunto con el Área Programa del Hospital Francisco López Lima en la ciudad de Roca, trabajan para rehabilitar a personas con discapacidades motrices y neurológicas. Marcia Guevara, la presidenta, y Sara Croza, la vicepresidenta, se reunieron con Diario RÍO NEGRO y recordaron la historia del lugar a 60 años de su nacimiento.
Todo inició en 1955 con la epidemia de la poliomielitis y un grupo de interesados decidió reunirse y crear un centro de rehabilitación para hacerle frente a las consecuencias de la enfermedad y mitigar el dolor de los afectados.
Con el tiempo surgió la idea de generar una sociedad sin fines de lucro, para ayudar a aquellos pacientes que no tuvieran recursos. Así nació IREL, la cual hizo frente a las secuelas de la epidemia.
“Debido a mi vinculación con personas que organizaron la institución, me solicitaron ayuda en Roca para conseguir apoyo económico”, contó Rina en un libro escribo de la asociación y agregó Marcia agregó que la tarea no fue fácil debido a que eran una familia recién llegada a la ciudad.
Un 9 de diciembre de 1959 se hizo una reunión donde surgió por primera vez la comisión de Adanil, que comenzaría a funcionar en Chacabuco 2175.
“Es muy difícil ponerse en la cabeza de Rina en ese momento porque ideó algo que trascendió a lo largo de los años y que solamente a ella se le podría haber ocurrido. Que inteligente, que capacidad y que riesgo porque no sabía qué respuesta iba a tener”, expresó Sara.
“Era un trabajo en familia. Estaban Rina, su esposo y sus hijas. Cuando venían de vacaciones también, todos trabajaban”, indicó entre risas la vicepresidenta.
“Cuando hacíamos la fiesta del globo para recaudar fondos varias personas colaboraban. En ese momento no se hacía ninguna fiesta en Roca. Adanil llenaba tres camiones de globos llenos de helio y hacíamos juegos, había puestos de comida”, recordó.
“Para mí Adanil es mi hermana menor. Nos criamos con Adanil. Una de mis sobrina años atrás escribió que para su abuela Adanil siempre fue un hijo más”.
Con el tiempo Adanil siguió fortaleciéndose. “Los socios de IREL pasaron a ser de Adanil”.
Hoy en día el lugar cuenta con un amplio edificio el cual cuenta con diversos sectores: psicología, trabajo social, rehabilitación respiratoria, consultorios, un gimnasio, un salón de usos múltiples, área de rehabilitación neuropediátrica, audiología y terapia ocupacional.
Gestión pública y privada
“Llegó un tiempo en que Adanil no podía sostener todos los gastos e hicimos un convenio con la provincia”, explicó Marcia.
Adanil dependía del hospital Francisco López Lima de la ciudad, pero eso generaba un obstáculo para el labor de la asociación debido a que sentían que lo que hacían no recibía la suficiente atención por parte de las autoridades del hospital.
Las urgencias diarias que tenían hacía que las acciones de recuperación quedaran en segundo lugar.
Fue así que se generó una ley que contempló una gestión mixta, que formalizara la participación de la ONG y estableció que tuviera un director propio que pudiera discutir de igual a igual la adjudicación de recursos desde el nivel central y que abriera la institución a la comunidad.
“Tenemos nuestra ONG y la parte de salud, que pertenece al Ministerio de Salud de la Provincia, que son todos los profesionales, la administración y el equipo de limpieza desde el año 1998”, explicaron Marcia y Sara.
Así la asociación comenzó a funcionar de manera mixta entre la gestión privada y la pública.
“La aparatología que tenemos hoy es de última generación. Lo que el profesional pide a medida que va cambiando, siempre se va modificando”, esto es gracias a los socios que aportan mes a mes para que el espacio se mantenga.
Actualmente hay 35 personas trabajando en el lugar. Ellos hacen posible que los pacientes puedan recibir la mejor atención.
“La gente que se viene a tratar sale muy conforme con la atención de los profesionales, con la amabilidad y el cariño con la que los atienden. Salen muy contentos”, indicó Marcia.
“Tenemos profesionales de excelencia. El paciente agradece cómo lo recibimos, cómo son tratados y cómo está limpio y cuidado el lugar”, agregó Sara.
Y es cierto, el lugar cuenta con diversas salas, con las mejores herramientas y diversos juegos para la rehabilitación de los más pequeños.
Finalmente, las impulsoras de la ONU expresaron qué cosas deseaban para el espacio.“Nos gustaría poder terminar de hacer varias cosas, una es la pileta especial para rehabilitación y el Adanil pediátrico”, señaló la directora.
«Adanil no tiene comparación»
Paula Calcano es empleada pública en Adanil y forma parte de un equipo de 35 personas que hacen que Adanil se destaque por la atención que brindan a sus pacientes.
La mujer contó cómo era trabajar en el espacio y destacó el trabajo realizado desde la institución.
“Nosotros ayudamos a personas con o sin obra social”, indicó.
“Ayudamos a la gente sin importar su situación económica y a todos se les trata de brindar la mejor atención”, destacó.
La mujer a lo largo de los años se fue capacitando y hoy es especialista en atención pediatrica.
“Para mí Adanil es un centro sin comparación. En Roca no existe nada a nivel patológico como este lugar”, expresó.
“Hacemos de todo y tenemos instalaciones y equipamiento de primer nivel”, señaló y agregó “sin ese labor mucha gente que no tiene recursos debería acudir al sistema privado y muchas veces es imposible”.
Con respecto a su labor y el de sus compañeros señaló que trabajan sin la presión de atender cientos de pacientes día a día, lo que les permite enfocarse en la recuperación y rehabilitación de los pacientes.
“El objetivo es brindar la mejor atención posible y no fijarnos en las estadísticas”, finalizó la
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