Curan heridas con avances científicos y amor: así salvan a niños graves en el hospital de Roca

El equipo de enfermeras de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) lidera procedimientos avanzados de curación pediátrica. El caso de Teo, un niño que llegó desde Buenos Aires con una herida en el cráneo, empezó a cicatrizar.

En la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del hospital no todo es dolor, también hay alivio. Los profesionales del Francisco López Lima se perfeccionan todos los días en la curación de heridas con metodologías avanzadas y ayudan a niños internados en grave estado de salud. 

Con estas técnicas, no invaden más de la cuenta, evitan el estrés a los pequeños y no llegan a ser intervenidos en quirófano. Esa es la misión de un grupo de enfermeras intensivistas que empezó a capacitarse para poder dar un servicio de calidad y cada vez más avanzado en salud. 

El caso de Teo, de cinco años recién cumplidos, es por demás esperanzador. «Teo llegó con una herida de diez centímetros de ancho”, aseguró Santiago Garay, jefe médico del servicio, quien admitió que se sorprendieron la primera vez que la vieron.  

La herida de Teo cicatriza. Foto: Juan Thomes.

Lo recibieron derivado de la Provincia de Buenos Aires, con una escara por una necrosis occipital. Se trata de un nene que atravesó un proceso inmunológico del cerebro, que requirió una cirugía compleja y estuvo hospitalizado un largo tiempo en otro centro asistencial.  

«Quizás por su estado clínico no le pudieron hacer una adecuada movilización y eso generó una gran lesión en la piel. Lo más preocupante en ese caso fue que estaba pegado al sistema nervioso central porque es una parte donde no había cráneo. Entonces el cuidado de esa herida llevó mucho trabajo”, aseguró Garay, por la fragilidad e importancia neurálgica de la zona.  

Teo había llegado en enero a Roca y luego volvió a ser trasladado a su ciudad de origen, pero hace algún tiempo regresó al López Lima. Cuando lo internaron por segunda vez en la terapia los profesionales notaron que la escara estaba igual. 

«A este niño no hizo falta una intervención de la neurocirujana en quirófano, sino que se le hicieron curaciones dentro de la unidad de cuidados intensivos con presencia de sus padres», contó Cecilia Pineda, una de las enfermeras capacitadas. Ahora, pudo celebrar su cumpleaños número cinco en el servicio. 

“Estas curaciones consisten en buscar el equilibrio de húmedad en la herida, y en la medida que se pueda, usar dispositivos de tecnología avanzada, como apósitos”.

Cecilia Pineda, enfermera Unidad Cuidados Intensivos Pediátricos hospital de Roca.
El servicio de cuidados críticos de pediatría. Foto: Juan Thomes.

Otro caso fue a una beba de un año de Conesa con quemaduras en la vía aérea, rostro y manos. «Mientras estuvo ventilada se le hicieron las curaciones de sus heridas en la UCI con presencia de sus padres y una vez que la nena no estuvo más ventilada, a upa de su madre y con sus muñequitos le pudimos ir haciendo a nosotros las curaciones como mínimo cada 24 horas», contó Cecilia. 

Foto: Juan Thomes.

Ponen el conocimiento por delante, la tenacidad y mucha delicadeza, y así fueron logrando buenos resultados en la práctica cotidiana. El apoyo de las familias es clave.  

En muchos casos, se trata de chicos con respiración mecánicamente asistida y cuyo estado es delicado por distintos traumas, siniestros de tránsito, quemaduras o patologías de distinto tipo.  

Curar es un trabajo en equipo en la terapia pediátrica de Roca


Miriam Sánchez, enfermera del servicio, comentó que tras intensas capacitaciones, el equipo de enfermería comenzó a implementar estas curaciones avanzadas y de a poco van dejando atrás los métodos tradicionales. Ahora están realizando una diplomatura. 

Miriam Sánchez. Foto: Juan Thomes.

“Las curaciones son todos los días, es un trabajo de equipo. Todos tenemos que funcionar de la misma manera. No lo puede hacer uno solo”, dijo Miriam. Es un proceso, hora a hora, minuto a minuto a pesar del cambio de guardias y de manos: el desafío es curar.  

«Hacemos lo que podemos con lo que tenemos”, agregó Miriam, ya que en el mercado hay productos muy costosos, pero que no están a disposición en el hospital público. Existen insumos para la higiene y desinfección de la herida muy avanzados, pero muchas veces se cuenta con lo más básico. 

Esos procedimientos avanzados ayudaron a dos niños con lesiones críticas en el último tiempo, pero el 100% de los pacientes se beneficiaron porque ninguno hoy tiene lesión asociada a la internación. 

“Hacemos lo mejor que está a nuestro alcance y eso mejora la vida de los chicos, es gratificante”, contó Ana, otra de las enfermeras. Para Eve, sienten satisfacción de poder generarles un alivio. “Y da orgullo cuando los padres lo pueden ver y te lo dicen”, comentó.


En la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del hospital no todo es dolor, también hay alivio. Los profesionales del Francisco López Lima se perfeccionan todos los días en la curación de heridas con metodologías avanzadas y ayudan a niños internados en grave estado de salud. 

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